El sueño de Balck se cumplió en Chamonix
Por Carlos Domingo para carreraspopulares.com
El sueño de Balck se cumplió en Chamonix
Si los amantes al deporte cierran los ojos y escuchan el nombre de Chamonix seguro que les vienen a la cabeza mil y una imágenes relacionadas con el ejercicio físico. Cuna de una de las carreras a pie por montaña más mediáticas del planeta, el Ultra Trail del Mont Blanc, es también punto de partida de los Juegos Olímpicos de Invierno.
Cuando a finales del siglo XIX el Barón Pierre de Coubertin decidió desempolvar los Juegos Olímpicos tras cientos de años olvidados algo empezó a carburar. El movimiento olímpico empezó a rodar como una pequeña bola de nieve que, dejada caer sobre una pendiente, crece y crece hasta convertirse en una verdadera avalancha.
Aquel 23 de junio de 1894 donde el Comité Olímpico Internacional comenzó a dar sus primeros pasos, el Barón francés no estaba solo. Doce fueron los países representados en el primer congreso con sus respectivos representantes. El continente americano acudió a la cita con Jose Benjamin Zubiaur representando a Argentina mientras que William Sloane lo hizo por los Estados Unidos. De Oceanía el país presente fue Nueva Zelanda con Leonard A. Cuff. Y Europa fue el más representado en aquel congreso fundacional con nueve banderas. Grecia no podía faltar y allí estuvo Dimitrios Vikelas –a la postre primer presidente del COI-, Jiri Guth-Jarkovsky por Austria-Bohemia, Maxime de Bousies por Bélgica, Hungría acudió con Ferenc Kemény y Rusia con Alexei Dmitrievich Butowski. Estos países estaban representados con un solo hombre. Con dos miembros estuvieron presentes Italia con Mario Luccesi Palli y Andria Carafa, Reino Unido con C. Herbert Ampfhill y Charles Herbert, Francia con Ernest F. Callot y obviamente el Barón Pierre de Coubertin, y Suecia representó a los países escandinavos con Viktor Gustaf Balck. Y fue precisamente el General Balck quien puso la semilla del olimpismo invernal.
Este militar sueco, que tenía la disciplina como algo principal, fue el conocido como el ‘padre de los deportes suecos’. Precisamente creó los Juegos Nórdicos que se hicieron realidad con su primera edición de 1901. Influido por su presencia como miembro fundacional del COI quiso trasladar los deportes más practicados en los países escandinavos a un movimiento olímpico que a principios del siglo XX iba tomando forma pero aún estaba en pañales.
Invierno al arrullo del verano
Hubo varias intentonas. La primera edición de los Juegos Olímpicos de la era moderna se celebraron en Atenas en 1986. Aquella no tuvo participación invernal. París 1900 y San Luis 1904 tampoco tuvieron representación de deportes de invierno aunque el movimiento ya estaba tomando forma en el seno del Comité. Fue precisamente en la edición de Londres 1908 cuando los Juegos de verano tuvieron por primera vez presencia de un deporte relacionado con el hielo. Fue el patinaje y se organizaron cuatro pruebas.
La prueba pudo haber tenido continuación en 1912. La organización olímpica pisaba tierras suecas por primera vez y esta edición de Estocolmo podía ser la de su afianzamiento definitivo, pero no fue así. Precisamente el conde italiano Eugenio Brunetta d´Usseaux quien propuso organizar una semana de deportes de invierno como parte del programa olímpico pero la organización se opuso. No se quería quitar protagonismo a los Juegos Nórdicos y se veía cierta dificultad en integrar este tipo de pruebas en el calendario olímpico de verano.
Pero como cuando algo puede salir mal saldrá mal llegó la edición de 1916. Para esos Juegos encargados a Berlín ya se logró integrar esa tan deseada semana invernal incluyendo pruebas de patinaje de velocidad, patinaje artístico, hockey sobre hielo y esquí nórdico. Todo estaba listo hasta que estalló la guerra. La Primera Guerra Mundial acabó con todo, incluida esta edición de 1916.
Y el sueño de Balck se hizo realidad
Tras la Gran Guerra se retomó el ciclo olímpico y fue Amberes la ciudad sede en 1920. Allí repitió el patinaje artístico y se sumó el hockey sobre hielo. Pero fue definitivamente en 1924 cuando aquella tan añorada semana invernal se hizo realidad. El General Viktor Gustaf Balck vio por muy poco cumplido su sueño. Muchos años tratando de incluir los deportes suecos en un calendario plagado de multideporte sin frio, nieve ni hielo, y fue la VIII edición organizada en París la que tuvo el privilegio de entrar en la historia. Aunque más concretamente lo hizo Chamonix, capital de los deportes de montaña, la ciudad que inauguró un 25 de enero de 1924 –cuatro años antes de la muerte del General Balck- la primera edición de la Semana Internacional de Deportes de Invierno, considerada la I edición de los Juegos Olímpicos de Invierno. Y éstos convivieron con los veraniegos hasta Albertville 1992. Desde entonces todo cambió, pero esa es otra historia.
Resultados oficiales I edición Juegos Olímpicos de Invierno
COI: Comité Olímpico Internacional