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Cómo influye mi peso a la hora de elegir zapatilla

Por Rubén Sánchez-Gómez para carreraspopulares.com

Estamos acostumbrados a que nos bombardeen con muchísima publicidad escrita y visual sobre la compra de zapatillas de running. El mercado está lleno de marcas, siendo Adidas, Nike, Asics, Mizuno, New Balance, Saucony y Brooks las más conocidas. Y dentro de cada una de estas marcas, existen infinidad de sub-modelos, donde la variación de la dureza y tipo de la suela, horma, puntera, cordonaje y peso, generan un vergel de posibilidades.

Y precisamente algunas de estas características comentadas hay que tenerlas en cuenta para poder elegir una zapatilla correcta adecuada a nuestro peso:

Teniendo en cuenta que el peso es el resultado del efecto que produce nuestra masa (kg) por el efecto de la gravedad (9,8 m/s2) sobre nuestros pies, tenemos que tener presente que los pies estarán soportando dicha masa en cada paso pero que existe una interacción directa con el suelo, que casi siempre es duro. Sí: incluso en parques, bosques y montañas, por muy amortiguada que sea la hierba o la tierra, siempre hay una base dura más abajo.

Los únicos terrenos que se libran de esta afirmación serían la arena seca de la playa y las pistas de atletismo. Es por esto que nuestro peso ejercerá una fuerza de acción sobre el tipo de suelo en el que corremos, y el suelo, por la 3a ley de Newton de acción-reacción, nos devolverá dicha fuerza en sentido contrario a cómo la aplicamos nosotros.

El único elemento que puede alterar, distorsionar o cambiar esta interacción peso-pie-suelo, son las zapatillas, y en concreto los elementos que componen su suela, tanto en grosor (grueso o fino) como en tipo de material capaz de amortiguar (duro o blando). Por tanto, dependiendo de nuestro peso, tendremos que elegir así una zapatilla más o menos amortiguada, pues si no, estaríamos interfiriendo negativamente en la conexión comentada de peso-pie-suelo. Una zapatilla con una suela de amortiguación excesivamente blanda para una persona de un gran peso sería inefectiva; igualmente una zapatilla excesivamente dura para una persona muy ligera, tampoco sería eficaz.

A modo de resumen diremos que, con respecto a la suela,

- Runners que pesen menos de 65 kg, deberán elegir una zapatilla con amortiguación baja (tanto en grosor como en dureza de la amortiguación)

- Runners que pesen entre 65 y 75 kg, deberán elegir una zapatilla con amortiguación media (o bien de grosor fino pero con amortiguación dura o bien de grosor medio y amortiguación blanda)

- Runners que pesen más de 75 kg tendrían que adquirir zapatillas de amortiguación alta (o bien de grosor medio con amortiguación dura o bien de grosor grueso con amortiguación blanda)

SOBRE EL AUTOR

Rubén Sánchez-Gómez
Equipo Pododinamica<BR>Expertos en Biomecánica

www.pododinamica.es


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