Guía del corredor novato: ¿Y si me cruzo con un perro?
Por Mario Trota para carreraspopulares.com
Cuando empezamos a correr, cada día descubrimos cosas nuevas. Y vivimos experiencias que ni siquiera habíamos previsto. De ahí que nunca esté de más que corredores con algunos miles de kilómetros en sus piernas te den algunos consejos ante ciertas situaciones que te puedes encontrar en una carrera, entrenando en grupo o corriendo por tu cuenta. De ahí que desde hace años comenzara a escribir estos textos. El de hoy tiene que ver con los perros. Pero no los que corren con nosotros, sino los que nos podemos cruzar en un parque y supongan un peligro de algún tipo. ¿Cómo debemos actuar? Antes de nada, vamos a ponernos en situación.
No todos los perros suponen un peligro. La gran mayoría de los canes y sus dueños no representan ningún riesgo para el corredor. Y luego entenderéis por qué cito también a los dueños. El caso es que hay ocasiones en las que, cuando vamos corriendo por el camino de un parque, lugar también muy frecuentado por ellos, podemos pasar junto a perro o un grupo de ellos, y, o bien se cruzan y nos obstaculizan el camino, o comienzan a ladrarnos y perseguirnos.
Las ordenanzas municipales establecen, por otra parte, en qué momento los perros deben ir atados con correas o cuándo pueden ir sueltos. Varía dependiendo de la ciudad, pero, independientemente de que a ciertas horas los animales puedan ir sueltos, todas esas normativas establecen que el dueño debe estar pendiente del perro para que no provoque ningún problema a otro ciudadano o a otro can.
También hay que dejar claro que muchos de los corredores son además dueños de perros (no es mi caso). Así que seguro que ellos saben de lo que hablo. La intención no "criminalizar" a todos los perros y a sus dueños, evidentemente. La idea es alertar sobre comportamientos de ciertas personas y sus canes que puedan resultar en un problema con los corredores.
El principal problema del que vamos a hablar tiene que ver con la posibilidad de tropezar con un perro o por tratar de esquivarlo y dar de bruces con el suelo. Aunque a veces, las menos, puede desembocar incluso en alguna mordedura. Vamos con algunos consejos sobre cómo actuar en esos momentos.
Consejos
-Ve siempre muy atento cuando corras por un parque en el que sabes que puedes cruzarte con perros. Aunque esto deberías hacerlo siempre. Nunca sabes si alguien distraído puede aparecer detrás de un árbol y cruzarse en tu camino, o si un niño que está jugando corre sin mirar hacia tus piernas. También puedes tener un econtronazo con un ciclista.
En cualquier caso, es cierto que los movimientos azarosos, rápidos y erráticos de muchos perros pueden jugarte una mala pasada. Un perro que ves tranquilo unos metros por delante de ti puede de repente iniciar un sprint, cruzarse delante ti y hacerte tropezar.
-Cuando eso pase, intenta frenar rápido, parar, y esperar a que el animal concluya su maniobra. Si intentas esquivarle quizá sea peor, de nuevo por lo impredecible de sus movimientos. Es más, el perro se puede asustar tanto como tú.
-Si lo que ocurre es que el perro comienza a correr a tu lado o delante de ti mientras ladra, sigue adelante, intenta no alterarte, pero extrema tu atención. Lo normal es que, si no es un perro agresivo, se canse unos metros más adelante y te deje en paz. Pero, de nuevo, un movimiento inesperado del animal, que puede meterse entre tus piernas, pondrá en peligro tu verticalidad.
Lo habitual es que, si el dueño está cerca, te lance el manido (y para mí algo irritante) comentario: "Tranquilo, que no hace nada". Y tú pensarás, o dirás en voz alta: "Sí, seguro que no me va a morder, pero como me tropiece con él puedo hacerme daño, así que mejor llámele y que me deje correr".
-En muchos casos, puede ocurrir que te encuentres con más de un perro, que están ocupando buena parte del camino. Esto suele pasar porque un grupo de personas, que normalmente se han conocido en ese parque paseando a sus animales, están charlando en ese mismo lugar y sus perros están jugando a su alrededor. Es bastante molesto para corredores, ciclistas o cualquier transeúnte. En esos casos hay que bajar la velocidad y pasar lo más tranquilo que puedas esquivando a todos.
-Y llega el consejo clave. Es lo más importante que he aprendido en todos estos años corriendo por parques. Nunca te enfrentes con el dueño o con la dueña de un perro. Son numerosas las experiencias desagradables que o he vivido yo o algún amigo o conocido corredor. Lo normal es que la gente con la que te encuentres sea sensata y tranquila. Pero puedes encontrarte con personas realmente agresivas.
Además, si tienes algún incidente, estás a punto de tropezarte con un perro o uno te persigue y te molesta, lo habitual es que te pongas nervioso y te enfades. El tono de tus palabras puede ser desde el primer momento algo elevado. A lo que esa persona agresiva que puedes tener la mala suerte de cruzarte responderá con algún improperio, insultos y gritos. Y si les llamas la atención por llevar el perro suelto en un horario en el que está permitido, te lanzarán otra frase muy habitual: "¡puedo llevarlo suelto a esta hora!". Por mucho que le digas que te conoces las ordenanzas municipales y que sólo pueden llevarlo suelto si está vigilado y no provoca problemas (como el que te acaba de causar), no entrará en razón. La discusión y el mal rato están asegurados, si no es algo peor
Por eso, yo hace mucho que decidí armarme de paciencia, ir siempre con cuidado y, si tengo que reprender a alguien por no tener controlado a su perro y causarme algún incidente, hacerlo de la manera más calmada y amable posible, aunque mi tono suene severo. Eso siempre que no haya ocurrido nada grave. Si la situación ha acabado contigo, corredor, por los suelos con alguna herida o con alguna mordedura, tienes todo el derecho a denunciarlo.
Espero que nunca tengas que llegar a ello. En realidad, lo ideal es que todos, corredores, peatones, perros, dueños, ciclistas o patinadores, convivamos en los mismos lugares con respeto hacia los demás. Todos tenemos derecho a disfrutar de nuestros espacios de ocio.