Cuando un maratón se queda corto
Por Carlos Domingo para carreraspopulares.com
Cuando un maratón se queda corto
Los planes de entrenamiento inundan a día de hoy las páginas web y revistas especializadas de nuestro país. Son muchos los que se lanzan a la aventura de prepararse físicamente para la dureza del maratón, una prueba con origen en la antigua Grecia y donde los kilómetros en las piernas son más que importantes. Pero hoy hablaremos de la cabeza.
Hablar de Asier Cuevas (Eibar, 16 de enero de 1973) es hacerlo de alguien que sabe de sobra lo que es ser el mejor en la distancia de Filípides. Debutó en su tierra en el Maratón de Donostia de 2001. Un estreno no se olvida nunca. Y fue sumando kilómetros hasta llegar a ser campeón de España en Valencia 2008. Alguien que ama el atletismo y que disfruta practicándolo sabe que no debe quemar etapas a la ligera, por ello siguió luchando con los mejores en esta distancia en la que logró dos subcampeonatos nacionales más en 2009 y 2011. El armero sabe que es importante la memoria que van adquiriendo los músculos con el paso de las carreras y esto le permitió conocer su cuerpo a la perfección antes de emprender nuevos objetivos. Esto ... y la fortaleza mental.
Hora de cambiar
Estancarse no va con Asier. Siempre busca nuevos retos y multiplicar los 42 kilómetros y 195 metros por más del doble sin duda lo era. Tras el segundo subcampeonato de España de 2011 decidió dar el salto a los 100. Un centenar de kilómetros, 100.000 metros para muchos una hazaña. Para la gran mayoría una auténtica utopía.
Estrenarse con victoria es el debut soñado. Y soñado fue su estreno en el Campeonato de España que se organizó en Santa Cruz de Bezana. Esta localidad cántabra le vio cruzar la línea de meta más rápido que ningún otro español. Una marca de 6:38.56 que fue el comienzo de su idilio con la distancia.
Cuando se le pregunta por los cambios en la preparación que le supuso el doblar distancia lo tiene claro, “es similar a un maratón pero a menores ritmos”. Ponerse a punto le cuesta 22 semanas de una planificación minuciosa con 12 de plan específico y bastante trabajo de gimnasio. Sus poco menos de 50 kilos le permiten ser ligero pero como todo corredor de su nivel necesita potencia para los momentos decisivos. Alguien que ha llegado a correr un maratón en 2:14.23 lo sabe bien.
Y llegó la selección
Uno de sus sueños era vestir la elástica española en competición oficial. Ese sueño siempre lo tuvo para el maratón. Nunca llegó. Pero sí le permitió mantener encendida la llama de la ilusión en una distancia en la que encontró su horma perfecta. Debutó en 2011 y en 2012 ya llegó su primer gran resultado internacional. Ataviado con equipación rojigualda fue cuarto en el Campeonato del Mundo de Seregno, en plena Lombardía italiana. Allí logró la mejor marca española de siempre en 50km (02:57:35 - 09/04/2016), todavía vigente, y rozó el podio en los 100. Escalones que sí pisó en 2013. Tan solo un año después de su debut en la distancia viajó a Belvès con la firme intención de dar un golpe en la mesa y conseguir algo grande en el Campeonato de Europa. Fue allí, en Francia, donde consiguió su mayor éxito hasta la fecha, el título de campeón continental confirmó que había acertado con el cambio.
Dos platas mirando al cielo
Pero como dicen que lo difícil no es llegar sino mantenerse llegó 2015. Ese año fue especialmente duro en casa de Asier. Con el objetivo fijado en los Países Bajos tuvo que pasar momentos duros. La enfermedad terminal que arrastró su suegro hizo que tanto él como su mujer tuviesen que multiplicarse para conciliar vida personal y laboral con unos entrenamientos más que exigentes.
Lejos de abordar esto como un problema y con el añadido de perder a su suegro menos de una semana antes de viajar hacia Winschoten, lo tomó como “un aliciente” y quiso dedicarle una gran actuación.
Finalmente se colgó una plata que fue doble ya que esta prueba neerlandesa fue al mismo tiempo Campeonato de Europa y Mundial. Dos preseas que colocaron a Asier entre los mejores atletas del planeta y le hicieron cruzar la línea de llegada con la mirada puesta en el cielo.
Felicidades Asier Cuevas
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ASIER CUEVAS
