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Guía del corredor novato: esclavo de las zapatillas

Por Mario Trota para carreraspopulares.com

Si mi casa se llena de camisetas para correr casi sin darme cuenta, lo de las zapatillas, a su nivel, tampoco es asunto baladí. Cuando empiezas a correr no es tan importante. No porque no tengas que usar unas zapatillas adecuadas, sino porque el hecho de que vas a usarlas poco y a bajas intensidades hace que con un par tengas para bastante tiempo y te sirvan para todo. Porque ese ´todo´ es, básicamente, trotar algunos minutos dos o tres días por semana.

Y digo esto porque es lo que deben hacer los principiantes. No como yo u otros que empezamos a correr hace unos años ya y nos lanzábamos a rodar sintiéndonos el Farah o el Fermín Cacho de turno casi desde el primer día. Y además lo hacíamos con las primeras zapatillas "deportivas" que teníamos por casa.

Con el paso de los años hemos aprendido que las primeras ´zapas´ para correr debe ser adecuadas y destinadas a nuestro deporte. Y para eso lo ideal es buscar a alguien que nos asesore. No hace falta gastarse mucho dinero en el primer par porque, como hemos dicho, al principio hay que ir despacio, paso a paso, y no quemar etapas en nuestra evolución para convertirnos en corredores habituales.

Pares y más pares

El problema llega cuando llegas a ese nivel y pasas de ser un corredor ocasional que intenta adaptar su cuerpo a una actividad física novedosa (hay que hacerlo así, no cometáis los mismos errores que yo) a ser un ´´enganchado´´ más a este deporte. En el sentido más positivo de la palabra, claro. No es nada malo ´engancharse´ a algo que, practicado con sensatez, te puede reportar beneficios de todo tipo.

Porque cuando entras en la dinámica del corredor de verdad, empiezas a cuidar más al material. Y te empiezas a enterar de que el material debe de ser de más calidad, y que las zapatillas hay que cambiarlas a menudo. Entre 600 y 1.000 kilómetros deben durarte, dice los que entienden de esto. Claro, al principio tardas muchísimos meses en desgastar un par de ´zapas´. Pero cuando empiezas a correr más, los tiempos se reducen.

Y entonces llega el día que te enteras de que con un solo par de zapatillas no te vale. Por dos motivos, según el responsable de esa tienda de ´´running´´ tan chula a la que vas y que, además de llevar años en el negocio, es corredor y entrenador titulado. Porque es mejor alternar zapatillas de entrenamiento y de "competición". "¡Pero si yo no voy a competir en nada!", le sueltas sorprendido. Y él te explica que se refiere a los día que vayas a participar en una carrera. Aunque vayas a llegar el último. O para los días que vas a correr menos o entrenamientos de series. Le miras extrañado, te encoges de hombros y le haces caso, aunque en el fondo pienses que te está vendiendo ´´la moto´´ para que le compres otro par de zapatillas.

Para cada terreno
El caso es que con el paso del tiempo te das cuenta de que tiene algo de razón. Las zapatillas para entrenar tienen a ser más amortiguadas y pesadas, las usas para ritmos más lentos. Bueno, en este artículo no voy a entrar en debates sobre minimalismo, correr descalzo o cosas así. Que es una tendencia que sigue un porcentaje muy bajo de corredores, aunque es muy respetable.
Las zapatillas "para competir" las usas en los días de rodajes más vivos, en las series y el día que haces tus carreras de 10 kilómetros. Hasta ahí bien. Pero entonces un amigo te dice que ha empezado a correr en la montaña y que tienes que subir con él porque es lo mejor que le ha pasado y que no puedes perdértelo. Y tiene razón, porque en general, correr por la montaña, también ´´engancha´´.

Así que te dice ese amigo (y tu lo vas confirmando con la experiencia) que lo ideal es que te compres unas zapatillas de ´´trail´´ para la montaña. Te comprar unas normalitas, baratas, porque vas a salir poco y porque al principio no vas a hacer pruebas muy técnicas.
 

El rey de la montaña
Pero cuando avanzas y sigues mejorando te pasa como con el asfalto. Si bien no es tan importante lo de la zapatilla más rápida o menos rápida, sí que hay que tener en cuenta los terrenos por los que vas a correr. Al final, acabas teniendo, al menos, un par de ´pisteras´, para pistas forestales, caminos o senderos, y otras que usas en las carreras donde te encontrarás tramos más técnicos, con rocas o suelos muy irregulares.

Yo llegué a este momento y tenia ya cuatro pares de zapatillas diferentes en casa... que, claro, iba renovando.

Pero no acaba aquí la cosa, porque las marcas hacen muy bien su trabajo y se sacan de la manga cada vez más modelos, mucho más específicos: zapatillas mixtas de trail/asfalto; zapatillas mixtas entrenamiento en ruta/competición; zapatillas voladoras (si tienes la suerte de pesar poco y correr muy rápido); zapatillas con membrana semi-impereable, ultraligeras, ultraamortiguadas...

Al final, si no eres capaz de controlarte, te encuentras con 7 pares de zapatillas diferentes en casa. Usas todas, o casi todas, pero algunas apenas una vez al mes. Así que, no sigáis mis pasos si no queréis acabar como unos esclavos de las zapatillas. Todo tiene un equilibrio.

SOBRE EL AUTOR

Mario Trota
Corredor popular


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