La historia de la falsificación de dorsales en el Maratón de Madrid
Por Luís Blanco y Chema Martínez Pastor para carreraspopulares.com
Acabas tu maratón, cruzas la meta, disfrutas del momento y te vas a casa alegre y satisfecho. Al día siguiente, cuando empiezas a sufrir las agujetas, entras en la web oficial de fotos de la carrera y buscas las tuyas. Sólo tienes que introducir tu número de dorsal y gracias a la tecnología de reconocimiento de caracteres, te salen todas en las que apareces. Con sorpresa, te das cuenta de que hay varios corredores más con tu mismo número en las fotografías. ¡Alguien ha falsificado mi dorsal y ha corrido con él!
Es lo que le pasó a uno de los más de 10.000 participantes que el pasado domingo cruzaron la meta del EDP Rock ´n´ Roll Madrid Maratón . Y como a él, a otros corredores. ¿Quién falsificó los dorsales y por qué? ¿Cómo se hizo? ¿Qué tipo de delito ha cometido? Y, lo más importante, ¿qué implicaciones puede tener para los culpables?
La versión de los implicados
La historia se gestó tiempo atrás. Y los protagonistas de este lamentable hecho pertenecen al mismo grupo veterano de corredores populares de Madrid. Como ellos mismos nos reconocen, "no tenemos estructura federativa ni oficial, nos agrupamos para correr y eso es lo que nos define. Casi todas las semanas llega gente nueva que se integra en el grupo junto con los que llevamos años y nunca hemos tenido ningún tipo de problemas".
Según un portavoz de este grupo, "alrededor de 15 corredores de nuestro grupo, todos los que iban a realizar el maratón entero, compraron como es habitual los dorsales correspondientes".
Pero varios, que sólo iban a acompañar al resto y que no tenían previsto realizar la maratón completa, en lugar de comprar su dorsal, hicieron uno falso. En realidad, copiaron un dorsal legal comprado por un miembro del equipo, modificaron de forma aleatoria algunos números y los imprimieron. Era una operación premeditada y más sofisticada de lo que estamos acostumbrados.
De esta manera, el número final coincidía con el ya adjudicado a otro corredor. Había, por tanto, dorsales duplicados. Aunque los falsos no llevaban chip. Y había otra diferencia: sobre el número, en lugar del nombre del propietario original del dorsal o el texto que éste hubiese decidido, ellos pusieron un mismo nombre, el de uno de sus compañeros que no podía correr.
"A un corredor del grupo que todos los años y sin falta realizaba el maratón de Madrid, le diagnosticaron un cáncer y esto ha supuesto un duro golpe para todos nosotros". Por ello, pensaron que sería una buena idea enviarle una foto con unos dorsales en los que figurase su nombre. "Ya puestos, aprovechamos los dorsales para coger agua en la carrera al acompañar a los que corrían el maratón completo".
Ahora, reconocen que fue una torpeza. "Esto es algo que no se puede hacer, y que puede tener graves repercusiones, pero, sinceramente, ni lo pensamos", asegura. "Nos consideramos personas serias y honestas y reconocemos el error cometido, algo que nunca debería haber ocurrido". El portavoz de este grupo de corredores populares añade que si de alguna manera pueden "resarcir el posible daño ocasionado", lo harán.
Consecuencias legales
Y, ciertamente, las consecuencias pueden ser graves. Porque correr con un dorsal falsificado es un hecho constitutivo de delito. Según el abogado Jesús Puente, el delito no es tanto la suplantación de identidad como la estafa, la cual, el código penal define de la siguiente manera: “Cometen estafa los que, con ánimo de lucro, utilizaren engaño bastante para producir error en otro, induciéndolo a realizar un acto de disposición en perjuicio propio o ajeno.” (Artículo 248 CP).
En estos casos, como si fuera otra estafa o hurto, cualquier persona puede denunciar, no sólo la organización o las personas a quienes han falsificado el dorsal. Según este abogado “sería como si ves a una persona entrando a un coche para robar un móvil”. El ánimo de lucro, en este caso, se demuestra en el hecho de que se benefician de la infraestructura y servicios que los organizadores de la maratón han dispuesto para sus “clientes” (avituallamiento, medalla, seguridad, cortes de tráfico...).
Al ser una estafa menor de 400€, el Código Penal tipifica la acción como delito leve. que está penado con una multa de 1 a 3 meses, lo que supondría una cuantía que puede llegar a los 3.600€, si bien lo normal es que esta multa oscilase entre los 150 y 900€. Eso sí, si la persona que comete ese delito leve hubiera sido condenada al menos tres veces con anterioridad por hechos tipificados como delitos contra el patrimonio (robos, estafas, hurtos...) podría ser condenada a penas de prisión de 1 a 6 años.
La versión oficial
La organización del EDP Rock ´n´ Roll Madrid Maratón & 1/2 asegura que cuando ocurren estos hechos los denuncian. Según el director de la carrera, Pedro Rumbao, "cuando detectamos que han falsificado un dorsal, se llama al titular del dorsal y se le toma declaración. Si nos dice que no ha permitido que se copie su dorsal, se localiza a la persona que ha hecho la copia". Y la tecnología lo hace más fácil. "Les localizamos porque tenemos sus fotos y son tramposos pero aficionados, porque van con la camiseta de su club". Una vez realizada la identificación, el departamento jurídico de la organización de la carrera "pone la denuncia pertinente por estafa y falsificación, y a partir de ahí son los jueces los que determinan en qué grado corresponde aplicar la ley".
Pero es aún peor. Porque correr con un dorsal falsificado no sólo puede tener repercusiones penales por el delito cometido en sí. Según expertos legales y del sector de los seguros deportivos consultados por CarrerasPopulares.com, en caso de que ocurriera una desgracia, el problema que se generaría sería aún más grave.
En primer lugar, si alguno de los que corre de forma irregular tiene algún percance y al ser atendido no está consciente, las asistencias sólo podrán identificarle por el número de dorsal. Y la organización identificará al propietario legal del mismo, avisando a sus familiares directos. Los problemas que todo esto puede generar son fácilmente imaginables: nervios y tensión de los familiares, problemas burocráticos con los seguros y las instituciones sanitarias implicadas, etc.
Pero no acaban ahí las consecuencias. Ni el seguro de la carrera ni la organización se harían cargo de los costes de traslado, hospitalización o tratamiento de ese corredor irregular, ya que no es un corredor oficialmente inscrito. Y la Sanidad Pública, dependiendo de la legislación de cada comunidad, puede que tampoco, ya que ha sido trasladado desde un evento deportivo en el que se había colado pretendiendo figurar como un corredor legal. Así nos lo explican los expertos legales consultados, que citan el caso ocurrido hace unos años en el Maratón Nocturno de Bilbao, en el que se reclamó a un corredor ´pirata´ la factura completa de su atención, traslado y hospitalización tras sufrir un accidente en carrera.
Pero imaginemos que ese corredor irregular provoca un accidente y heridas a otro. El seguro de responsabilidad civil que la carrera tiene contratado para cada participante no asumiría ningún tipo de compensación. Así que sería el propio ´pirata´ el que tendría que responder ante estos hechos. Haciendo un sencilla analogía, sería como provocar un accidente con un vehículo que no está asegurado.
Y todo ello, por no hablar de la indignación de la mayoría de los corredores legales que se sienten también estafados porque ellos han pagado su dorsal y otros se benefician de su aportación sin gastar un euro en la inscripción. En algunos casos, además, pasando por la línea de meta y recogiendo una medalla de ´finisher´ que no les pertenece.
"Es un fraude a los corredores que pagan su inscripción y a la organización", apunta el director del maratón, Pedro Rumbao. Entonces, si algún corredor quiere acompañar durante unos kilómetros a un amigo, ¿qué debe hacer?. "Ese corredor no necesita dorsal", responde Rumbao. "A ese nadie le retira de carrera. Muchos incluso cogen agua en los avituallamientos, con esos no nos metemos, no nos importa que cojan agua", añade. "Ahí no está la trampa, lo malo es cuando usa el dorsal falsificado para entrar en meta y conseguir su medalla".
En el caso detectado en Madrid esta semana, se ve claramente en las fotografías cómo muchos de esos corredores con dorsal falsificado están llegando a la línea de meta.
¿Entraron y recogieron su medalla aunque no les correspondía? ¿Cogieron un avituallamiento por el que no habían pagado? Es algo que sólo ellos saben. En caso de que así fuera, después del escarmiento que posiblemente reciban, se lo pensarán dos veces antes de repetirlo.