La revolución de la fibra de carbono y la vida después del 1:59
Por Víctor Cerón para carreraspopulares.com
Como decía Sabina: “y la vida siguió, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido”. Porque ¿qué sentido tendría ponerse a desarrollar calzado con una tecnología de la industria aeroespacial tan astronómicamente cara como la fibra de carbono? Para que os hagáis una idea, en según qué casos, la placa de fibra de carbono puede llegar a costar más que todo el coste de el resto de la zapatilla, más el ensamblaje y embalaje, juntos.
Pues aún así, durante los últimos meses, hemos asistido al lanzamiento de las diferentes apuestas de las grandes marcas, de su propia versión del milagro de la fibra de carbono.
Aparte de la archiconocida línea de Nike, tenemos las Brooks Hyperion Élite, Hoka One One Carbon X, Saucony Endorphine Pro, Skechers Speed Elite Hyper, Asics Metaracer, Adidas Adizero Pro, New Balance Fuel Cell TC y la lista sigue. Pero creo que como muestra es suficiente. No se ha visto una cosa así en el mundo moderno del calzado deportivo desde la aparición de las suelas de EVA, con una salvedad, la EVA era muy barata, y sin embargo la fibra de carbono es desoladoramente cara.
Y puede que os preguntéis ¿merece la pena? Pues veréis, las marcas de calzado piensan principalmente en dos cosas: desarrollo de tecnología y aumento de los beneficios (y no necesariamente en ese orden). La fibra de carbono es muy cara, es cierto. Pero cuánto más caro es el coste de fabricación, mayor puede ser el margen de beneficios, porque te permite justificar un P.V.P. mayor. Ninguna de las zapatillas de la lista anterior baja de los 180 euros (que estaba muy cerca del precio de las zapatillas más caras que podías comprar para hacer deporte hace ¿cinco años?) y las más caras de la lista llegan casi hasta los 300.
Precios de ¿locos?
¿Qué habríais pensado hace cinco años si al ir a comprar unas Nike Pegasus de 120 euros hubieseis visto otras al lado por 275? No sé vosotros, pero yo habría pensado que se habían vuelto locos y que se iban a estrellar. Y no obstante aquí estamos, y en la salida de cualquier carrera puedes ver que han brotado las placas de fibra de carbono como las setas después de la lluvia. Creo que una amplia mayoría podemos coincidir en cómo hemos llegado hasta aquí: el binomio ganador Nike+Kipchoge.
Lo cierto es que poco importa si es cierto que gracias a las Alpha Fly Kipchoge pudo bajar de las dos horas. Llo que importa es que de alguna manera creímos que sí, y Nike sabía que si nosotros creíamos que Kipchoge podía correr más rápido gracias a sus zapatillas, nosotros también las querríamos. Y como el único elemento claramente diferenciador era la placa de fibra de carbono (hay más, pero son tan diferenciadores), el resto de las marcas estaban obligadas a reaccionar.
Entonces, ¿es cierto que las placas de fibra de carbono te hacen correr más rápido?. Porque si no, todo esto no es más que una moda pasajera. Y cuando le gente empiece a usarlas verán que no hay un aumento real del rendimiento, y todo se acabará ¿no? Pues no. Es muy poco probable, porque el coste del desarrollo de la fibra de carbono es bastante alto, y los moldes y la fabricación más de lo mismo.
Las grandes marcas no se meterían en este berenjenal si a estas alturas no estuviera más que demostrado que las placas de fibra de carbono mejoran el rendimiento de una forma lo suficientemente evidente, como para que sea apreciable por el público general. Tanto es así, que a éste carro de carbono no se han subido las marcas que siempre han buscado su público entre los corredores más rápidos, si no que hay marcas como Asics, Hoka o Skechers, que tradicionalmente se asocian más con el confort que con la velocidad.
Cómo funciona la fibra de carbono
¿Entonces? Entonces hay que entender cómo funciona una placa de fibra de carbono.
La fibra de carbono es un material muy rígido y bastante flexible, que no tiene prácticamente efecto memoria y un ratio de rigidez/grosor/peso francamente ridículo. Esto es, que podemos hacer una plancha de material muy fino, que pese muy poco, y que sea muy muy rígida. Y si la introducimos en el interior de una mediasuela de una zapatilla de running lo que conseguiremos es que, en la fase de despegue, cuando se dobla la zapatilla, la placa se flexione dentro de la mediasuela cargándose de energía elástica, que se liberará de golpe en ese momento lanzando el pie hacia adelante.
Eso no significa necesariamente que corras más rápido, eso significa que vas a ahorrar un poco de energía en cada zancada, así que puedes correr más deprisa con la misma energía, o bien puedes correr más lejos con menos energía.
Basándose en este precepto, dentro de que evidentemente todas las zapatillas que llevan placa de fibra de carbono están enfocadas a la gente que mira el gps cada dos segundos para ajustar el ritmo y rascar unos segundos al crono, las hay más radicales, como las New Balance Fuel Cell TC o las Adidas Adizero Pro, para carreras más cortas y explosivas. Y las hay más sosegadas, con mayor amortiguación, pensadas para distancias más largas, como las Nike Vapor Fly, las Asics Metaracer.
Y vosotros ¿qué pensáis? ¿Se quedará la fibra de carbono con nosotros?¿O será otra moda pasajera?