El Maratón de Berlín, desde dentro (1)
Por José Manuel Torralba para carreraspopulares.com
Berlín es una de las grandes maratones. El término grande alude no solo al tamaño de la participación, sino a un conjunto de características que concurren en la maratón que la hacen grande: historia, organización, recorrido, participación, animación. Por eso es una maratón incluida en el llamado Grand Slam de las maratones: las 6 Majors. Berlín, es además, una de las ciudades con más historia, arte y arquitectura del mundo. El próximo 28 de septiembre celebra su 41 edición .
Historia de la Maratón
La historia de la maratón de Berlín es mucho más reciente que otras Majors (especialmente Boston, la más antigua), pero no por ello deja de ser una historia con mucha intensidad. Arrancó en la misma época que otras grandes maratones europeas, incluida la de Madrid, pero con la limitación que suponía tener un muro dividiendo la ciudad. La maratón nace en el Berlín occidental en el año 1974, en plena guerra fría. En 1981, por primera vez, se corrió en parte por Berlín oriental, gracias al apoyo decidido de los ejércitos francés y estadounidense, y a pesar de los mil problemas que pusieron la policía oriental y la Stasi.
Aun así, solo unos pocos y vigilados corredores del Este podían correrla, siempre y cuando consiguieran los permisos y manteniendo la organización en secreto sus nombres hasta el último momento, para evitar interferencias de la policía secreta. En el año 1990 se corrió la primera maratón después de la caída del muro. Dicen las crónicas que la mayoría de corredores alemanes no pudieron evitar llorar al cruzar por la Puerta de Brandemburgo. Pero en la historia de la Maratón de Berlín, también entran los 5 records del mundo batidos allí. Ninguna otra Maratón popular presenta este palmarés.
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Organización
La organización se puede decir que roza la perfección. La feria del corredor es enorme (aunque prácticamente no se encuentra nada realmente competitivo en precio) y organizada en el antiguo aeropuerto de Tempelhof (utilizado durante el bloqueo oriental al Berlin occidental). Al contrario que en otras ferias, prácticamente no se encuentra nada gratis, ni un mísero gel de regalo, y casi todo es muy caro (los que fuimos el jueves tuvimos la suerte de poder tomas una cerveza gratis, pero solo ocurrió ese día). La bolsa del corredor, único punto negro del Maratón, era miserable. La camiseta conmemorativa se vendía aparte al módico precio de 25 euros (al día siguiente de la maratón, 20 euros por internet).
Los accesos al punto de salida están perfectamente indicados. Guardarropa, servicios; todo perfecto (en las cabinas portátiles había hasta agua caliente y jabón). La llegada, impecable, con avituallamientos generosos, ninguna cola en el guardarropa. Vamos, lo que se espera de una organización alemana. A los corrales de salida (perfectamente dimensionados) se accede a través del Tiergarden, por lo que muchos corredores con urgencias de distinto tipo pudieron aliviarlas en plena naturaleza. Durante la carrera se ofrecía, además del preceptivo servicio médico, fisioterapeutas en varios puntos. Se podían encontrar en los avituallamientos, además de agua y bebidas isotónicas, geles, frutas variadas.
Lo único negativo es que la bebida se entregaba en vasos de plástico, difíciles de gestionar corriendo (los de papel son mejores para esto) y eso hacía que casi todo el mundo perdiera bastantes segundos bebiendo, especialmente por culpa de los muchos corredores novatos que se quedaban parados en mitad de la zona de avituallamiento.
Participación
La participación es multitudinaria, tanto en corredores como en público. El público alemán anima relativamente poco, considerando la cantidad de personas que siguen la carrera, pero como entre los alemanes hay muchos turistas de muchos sitios, estos normalmente tienen alguien a quien animar y hace que se oigan gritos de ánimo casi de continuo.
En algunas zonas, cerca de paradas de metro o lugares emblemáticos, es emocionante. Los casi cinco mil daneses que la corren se llevan consigo a miles de animadores que realmente estimulan la carrera (junto con mexicanos, italianos o españoles). Como en casi todas las carreras grandes, muchos corredores disfrazados dan aún más color a la Maratón. Y quizás una de las cosas más distintivas: más de una banda de música por kilómetro. Bandas que también te acompañan todo el camino. Algunas de ellas, realmente excepcionales.
Próximamente publicaremos la segunda parte de este artículo.