Marató de Barcelona: Análisis del recorrido
Por Tono Fernández para carreraspopulares.com
Km 0-5. Un gran Maratón: busca tu hueco. Ligera pendiente de subida.
La salida del Marató de Barcelona es de esas que gustan. Música emocionante y una gran explanada con amplísimos cajones. Nada más cruzar el arco de salida (lo hayas hecho cuando lo hayas hecho, ya que hay varias oleadas y puede que pasen unos largos minutos hasta que te toque a ti), te encontrarás una buena serie de público aplaudiendo. Están ahí por ti, así que devuélveles el saludo de vez en cuando. Así hasta la primera rotonda y encarar la gran recta de Sants. Vamos, que nada más arrancar, apenas unos cientos de metros después, te encuentras la primera gran recta, de unos dos kilómetros.
Es ideal para ir posicionándose y, en teoría, buscando nuestro ritmo. Decimos en teoría porque, lo irás apreciando de vez en cuando, te encuentras en un tramo con una ligera pendiente de subida. Se llega a percibir, aunque no sufres, pero es complicado ir a ritmo objetivo. En tus planes debería estar presente esa situación: es probable que pierdas unos segundos por kilómetro en este tramo (km 0- km 5), cuenta con ello.
En general, encontrarás un barrio donde la gente se está despertando y la marea del maratón es aplaudida por algunos vecinos desde los balcones y los paseantes de primera hora. Tiempo para concentrarse. Ojo especialmente al tramo que hay nada más pasar el kilómetro 4.
Km 5-10. Seguimos en ligera subida. No pienses, sigue adelante.
Que nadie se desespere. Te encontrarás en tramos que aún tienen ligera pendiente ascendente, especialmente hasta el kilómetro 7. No es que no te vayan las piernas, es que vas hacia arriba, aunque muy levemente. Ojo porque si te pasas y aceleras demasiado, podrías gastar unas fuerzas que te serán necesarias más adelante. Esta situación debe ir en tu plan de carrera: debes ir cómodo, aunque sea unos pocos segundos por debajo de tu ritmo objetivo.
A partir del kilómetro 7 vas llaneando un par de kilómetros (ideal para buscar, ahora sí, el ritmo que quieras llevar), hasta el 9,2 aproximadamente, cuando empiezas a notar ¡un ligero descenso! Aprovéchalo y, aunque tampoco sea muy evidente, lo ideal es que recuperes confianza.
La zona, nuevamente, es quizás la más apagada del recorrido (es cierto que serán alrededor de las 9:00 de la mañana). Pasas por el Camp Nou y el inicio de la Diagonal.
Km. 10-15. Tramo ‘favorable’ y aparece el público.
Bueno, quizás te haya saltado una sonrisa al leer lo de ‘favorable’. Pero sí, lo hemos puesto entre comillas. El caso es que hasta el kilómetro 12 estás en esa pendiente de descenso que hemos comentado, pero en el 13 vuelves a subir hasta el 15. Lo bueno es que, quizás ya vengas con la inercia y el ritmo grabado en las piernas. Según te respondan, hazles caso. Si no te das mucha cuenta, con precaución, continua así. Si ves que te piden un poco de calma, hazles caso y afloja unos segundos en esos kilómetros.
Aquí sí que te encontrarás público. En el kilómetro 11 la carrera cambia en cuanto a animación. La gente empieza a aparecer por ambos lados de la carrera. Por una parte, buena parte del público de la salida se ha acercado hacia este punto (kilómetro 11,4 aproximadamente). Por otra parte, entramos en zonas y en horarios donde la gente ya conecta más con la prueba. Los ánimos ya no te abandonarán hasta bien entrados los kilómetros.
Km 15-20. Sagrada Família y subida a Meridiana: gente, gente y corredores, corredores.
Hasta el kilómetro 18, en general, no encontrarás ya pendientes que te pongan en dificultades. Toca ir a ritmo objetivo sin pensar en los kilómetros, ya que aún no estás ni en la mitad. Pero este tramo tiene cosas muy buenas. En la zona de los kilómetros 16-17, nos encontraremos en la Sagrada Família y alrededores. Es un lugar repleto de gente. Muchísimos son turistas que se acercaban al edificio y que se han quedado a disfrutar del espectáculo que ofrecéis los corredores de Maratón. Es inevitable sentirse con algo de orgullo, ya que la gente disfruta con vuestras zancadas.
Una vez pasado, seguimos hasta que llega el kilómetro 17,800 aproximadamente. Empieza la Meridiana. Es una enorme avenida de 4,3 kilómetros. Los dos primeros los haremos en un sentido, daremos media vuelta y haremos los dos siguientes, en el contrario. Con ello quiere decir que durante esos 4 kilómetros os estaréis cruzando con maratonianos. Esto tiene cosas buenas y malas. Por una parte, porque verás a corredores que van muy por delante y con ritmos muy vivos, pero por otra parte, también te servirá para animarte y que se pase el tiempo más rápido viendo a todos esos compañeros.
Ojo porque el tramo de ida de Meridiana es, también, levemente inclinado hacia arriba. Ya estamos en un punto donde, no escuece del todo, pero sí que pica levemente.
Km 20-25. Todo lo que sube, baja.
Justo en el kilómetro 20, llegamos al final de Meridiana y, por lo tanto, al final de esa subida ligera. Efectivamente, ahora recorremos los dos siguientes kilómetros en ligero descenso. Puedes recuperar algo de fuerzas y arañar algunos segundos si los has perdido anteriormente.
Te seguirás cruzando con compañeros. En este caso, gente que ya va por detrás de ti y, seguramente, esforzándose al máximo.
Al llegar al final de la avenida, se suele amontonar mucho público, ya que al ser tramo de ida y vuelta, se puede ver la carrera dos veces. Además, hay una parada de metro muy cercana que suele ser parada obligatoria a la hora de transportar a familiares y amigos por los diversos puntos del Maratón.
Y más buenas noticias. Aunque te encontrarás con un par de subidas cortas y evidentes, en general, es un tramo suave y sin problemas. Toca seguir a nuestro ritmo. Adelante.
Km. 25-31. Más ida y vuelta.
Tras un kilómetro de transición (25), volvemos a una de esas avenidas que harás en tramo ida y vuelta, la Diagonal en el tramo marítimo. Los dos primeros kilómetros (26-28), nuevamente los harás mirando a tu izquierda a los compañeros que van más adelantados. Esta vez hay una mediana en el centro donde se sitúan algunas animaciones que nos vendrán bien. En el tramo final de la ida también suele haber una buena dosis de público, justo cuando te encaminas a la Torre Agbar. Aprovecha para llenarte de ánimos y, cuando des la vuelta, ya estarás ‘desandando’ el camino. Los compañeros te quedarán a la izquierda. En general, no es un tramo donde te tengas que preocupar por las rampas. Esos sí, nos acercamos a la fachada marítima. Quizás haya algo de viento, aunque los edificios son grandes y lo suelen aliviar mucho.
Km. 31-35. La zona marítima y el muro (que derribaréis).
Objetivamente nos podemos encontrar en un tramo con algunas dificultades. Justo al acabar Diagonal Mar, nos adentramos en la zona marítima de Barcelona. Verás la playa, con sus cosas buenas, y con su brisa marina. Generalmente no suele hacer viento, pero debes pensar que estás en el momento más exigente, y que es lógico que puedas sufrir algo. La presencia de público en estos kilómetros tampoco es abrumadora (vamos, que no hay mucha mucha gente), con lo que toca sacar a relucir todo eso para lo que te has preparado y superar este tramo. Hay un par de leves repechos. Tu cabeza manda.
Km. 35-40. El centro, el público, se huele la gloria.
Este tramo es un ‘toma y daca’. Los dos primeros kilómetros se hacen algo duros, y ojo porque estamos ya en el 35-37. No es el momento de dudar, sino de seguir adelante. Sin embargo, es el tramo donde vas a discurrir por zonas con más ambiente y más emblemáticas.
Por una parte, l’Arc de Triomf. Encontrarás mucho público tras las vallas, y tras un giro y una pequeña rampa, la carrera te hará pasar por bajo mismo del arco. La recta, de lo bonita que es, se te hace corta. Posteriormente, seguirás por calles del centro hasta plaza de Catalunya. Ahí hay un gran respiro. Habrá muchos ciudadanos animando y turistas preguntándose qué pasa aquí. En cualquier caso, serás el centro de atención. Y ojo porque nada más dar el giro desde Sant Pere y entrar en la Plaza, la carrera tiene una bendita cuesta hacia abajo.
Km. 40-42. Pero, ¿a quién se le ocurrió esto?
Salvo problema físico grave, si llegas aquí, sabes que llegas a meta. Una vez superado el centro, tocamos ligeramente la zona litoral para preparar el gran final: el Paral·lel. Esos dos últimos kilómetros lo hacen todo más épico.
Parece mentira, pero cuando transitas por esa avenida como turista o ciudadano, no te parece una rampa significativa. Sin embargo, cuando vas por ahí como maratoniano, te preguntas: ‘¿Pero qué loco puso este final para el Maratón?’. Efectivamente, son dos kilómetros finales de continua subida. Una gran recta y, poco a poco, más público cada vez.
Los vítores de los curiosos y familiares se entremezclan con los gritos de ánimo de muchos corredores que, por ellos mismos y por el resto, van chillando para que parezca que ‘no hay dolor’. Solo te queda apretar los dientes y no dejar caer mucho tu ritmo. Ojo porque es una zona donde, inevitablemente, se te escapará el crono (o para mejorar o para empeorar), porque es difícil ir a ritmo concreto. Las pulsaciones también se te pueden ir, debido a la subida.
Pero todo lo que empieza, acaba. Y la Marató, al igual que la recta del Paral·lel, tiene un final donde empezó. De nuevo esa rotonda, de nuevo los aplausos y de nuevo el arco, ese arco que tan bonita hace la carrera porque, al cruzarlo, serás una persona diferente. Serás otro maratoniano con 42 kilómetros más a sus espaldas. Enhorabuena.