A veces, cumplir la recomendación de ingerir mucho líquido al día bebiendo solo agua se hace un poco pesado. Pero antes de nada debemos decir que esa recomendación tan manida de que hay que beber de dos a tres litros de agua al día es muy general. Lo ideal es personalizar. Depende del rango de edad, por ejemplo. Las personas mayores y los niños tienen más riesgo de deshidratación y deben beber más.
También son importantes la actividad física y la temperatura. No tiene nada que ver la cantidad de líquido que necesita una persona en invierno, sin calor y en un día que no hace deporte y no suda, a la que debe tomar una persona en verano si practica deporte. En este último caso, con el sudor perdemos mucho líquido y minerales.
Tenemos que beber agua, evidentemente. Debemos hidratarnos porque casi el 80% de nuestro cuerpo es agua. Pero tenemos por qué tomar exclusivamente agua. De hecho, ni siquiera es necesario que nos hidratemos únicamente con líquidos. Nos tendríamos que hidratar más o menos al 70 u 80% con líquidos y el resto con alimentos sólidos, que son casi en su totalidad agua.
Alimentos sólidos
Los alimentos sólidos más recomendables para hidratarnos son las frutas y las verduras. No hay que olvidar que las frutas, por ejemplo, están compuestas básicamente de agua, fructosa, fibra, vitaminas y minerales. Entre ellas destacamos la sandía o el melón. De las verduras, el pepino o el apio, ambas con mucha agua también.
Así, cuando comemos frutas y verduras nos estamos hidratando. Una manera de tomar las verduras es mediante cremas frías o en forma de gazpacho. Con las frutas es mejor no hacer zumo, porque si retiramos la fibra, el impacto de la fructosa en nuestro cuerpo es mucho más alto. Es preferible hacer un batido de frutas o un ‘smoothie’. Si queda poco líquido, podemos batir las frutas antes y añadir hielo o agua. Al mantener la pulpa el impacto del que hablábamos es mucho más bajo.
Otros líquidos
-Infusiones. Nos podemos preparar todo tipo de infusiones, con algo de cafeína o teína si queremos. Y podemos tomarlas frías o calientes, añadiendo algo de fruta o de menta.
-Café. También es una buena opción, aunque conviene no tomar una dosis muy alta, por encima de dos cafés al día. La cafeína tiene efectos positivos a nivel de rendimiento deportivo, pero no hay que atiborrarse.
-Agua con gas. Puede ser un buen refresco para tomar con hielo y limón si nos apetece. Aunque tenemos que comprobar que es agua naturalmente gasificada.
-Leche. Es prácticamente agua, casi al 80 o el 90%. Y tiene una proteína de mucha calidad. Es un alimento muy hidratante y muy interesante a nivel deportivo, siempre y cuando siente bien a la persona que la tome. Sería una buena bebida para después de entrenar, por ejemplo.