¿Por qué agujereamos la zapatilla a la altura del dedo gordo?
Por Álvaro Porres para carreraspopulares.com
Muchos corredores nos hemos preguntado el por qué de ese agujero a la altura del dedo gordo del pie que hacemos a veces a la punta de la zapatilla, que es semejante al que hacemos al calcetín (el famoso “tomate”). Puede parecer sencillo de solucionar, pero si se analiza bien, nos puede llegar a dar información del momento de estado de forma en que nos encontramos.
El dedo gordo del pie juega un papel fundamental en el mundo del corredor. Las estructuras que conforman ese dedo y el primer metatarsiano se han ido adaptando hasta la bipedestación, y es un elemento crucial para la locomoción humana.
Los científicos han podido demostrar cómo el cuerpo humano es una máquina perfecta que ha padecido el fenómeno de la evolución, para ir adaptándose a las diferentes adversidades.
En la mano, la anteposición de nuestro dedo pulgar y el primer metacarpiano le liberó de la función de la marcha, de andar, y le otorgó la función prensil o de agarrar. Y en el pie, la alineación del dedo gordo y del primer metatarsiano le otorgó la habilidad para andar y correr de forma más fácil largas distancias.
Estos dos factores ayudan al andar bípedo y al desarrollo simultáneo de un gran cerebro en etapas posteriores que nos diferencia enormemente de nuestros antepasados homínidos.
De ahí la clave propioceptiva que relaciona directamente nuestro cerebro con el dedo gordo y sus estructuras adyacentes. Para adaptarse al impacto, el dedo gordo hace un ligero gesto de extensión hacia arriba, a diferencia de los dedos pequeños, que realizan un gesto ligero de flexión o agarramiento. Recae sobre la estructura del dedo gordo y primer metatarsiano más del 75% de toda la estabilidad que proporciona el pie. Es una parte muy importante.
Las alteraciones que hacen que el dedo gordo tenga que elevarse hasta agujerear la zapatilla, o que nuestros dedos pequeños se encojan hasta romper estructuras laterales del calzado, nos señalan un factor de inestabilidad.
Las causas
Este factor, para que lo entendamos los populares, se puede simplificar en tres causas fundamentales:
1-Una muy de principiantes, relacionada con la elección y correcta utilización del calzado que compramos. Y que también nos puede hacer padecer de uñas negras, durezas o ampollas.
Afecta a la carrera, pero también a otros deportes como el tenis o el fútbol. En el caso del running, el dedo gordo hace pequeña extensión en la fase de la carrera y debe ser respetado y no alterado por falta de higiene o por una talla de calzado inadecuado.
En cuanto a la falta de higiene, la explicación es muy sencilla: si no nos cortamos bien las uñas, éstas provocarán microtraumatismos repetitivos que, además de romper los tejidos técnicos del calcetín y el calzado, generarán deformaciones en los dedos. El corte de la uña debe ser recto y respetar los bordes ungueales. Si tenemos dudas sobre cómo hacerlo, lo mejor es ir al podólogo.
En cuanto a la talla, es fundamental para la sujeción la correcta elección del modelo adecuado. Si la talla es pequeña o estrecha, el dedo gordo tocará en la punta del calzado hasta producir un agujero, o incluso uñas negras (hematoma subungueal).
Lo ideal es comprar el calzado un dedo más amplio respecto a nuestro dedo del pie más largo, es lo que tomamos como referencia. Eso puede suponer un número más largo o medio número, dependiendo de la forma de nuestro pie y la marca de las zapatillas.
Si, por el contrario, nos pasamos en la talla y es demasiado larga o ancha, será un calzado demasiado inestable para la carrera continua y el dedo gordo tendrá que dar estabilidad elevándose demasiado.
Sobre la sujeción, las zapatillas vienen con un patrón de acordonado determinado, que puede ser o no el adecuado para la morfología de nuestro pie. A veces debemos revisarlo y cambiarlo, e incluso puede ser conveniente hacer el famoso nudo del corredor para sujetar mejor el tobillo, utilizando los últimos agujeros de la parte superior del ‘upper’ de la zapatilla.
Cada persona que vemos en nuestra consulta tiene patrones estructurales diferentes. Lo que conlleva que cada corredor tenga que elegir un modelo de zapatilla específico. Si la sujeción es insuficiente, provocará inestabilidad y un exceso de hiperextensión en el dedo gordo.
Por suerte, o por desgracia, en este deporte encontramos un inmenso mercado de zapatillas y modelos para la carrera continua. Lo ideal para encontrar el modelo adecuado a nuestro pie es ir a tiendas especializadas de corredores o a un podólogo deportivo que nos aconseje.
2-La segunda causa tiene que ver con el estado de forma y la técnica de carrera. Aún con el calzado adecuado, al hacer esfuerzos largos y repetitivos, el dedo gordo puede seguir agujereando la zapatilla.
Está muy de moda y se puede observar muy bien en la actualidad con el tema del confinamiento. Y nos puede pasar a lo largo de nuestra vida de corredor popular en otros momentos cuando ganamos peso, perdemos propiocepción o empeora nuestro estado de forma. En esos momentos perdemos la capacidad de utilizar correctamente los pies durante la carrera continua. Nos lleva a un mayor arrastre de los pies. Este arrastre produce un mayor agarre de los dedos pequeños y una exagerada elevación del dedo gordo.
Este año hemos visto en nuestro centro médico que tras el confinamiento muchos de los corredores que han vuelto a la carrera y no han podido entrenar apenas en casa, han tenido que bajar los ritmos para evitar lesiones. A la mayoría de los que no han respetado esta parada, ya lesionados muchos de ellos, en el área de la podología, les hemos podido observar una gran deformación del calzado. Modelos de zapatillas que en otras ocasiones duran 800 kilómetros o un año, las han deformado en apenas unos meses. Han perdido propiocepción y estabilidad.
La forma de recuperar el estado de forma es empezando desde la base del entrenamiento. Corriendo menos distancia, bajando la velocidad de impacto, fortaleciendo la musculatura intrínseca del pie, con una dieta equilibrada para el peso y haciendo un entrenamiento cruzado para recuperarnos del impacto: bicicleta, gimnasio, andar o nadar.
Y es importante además volver a ensayar técnica de carrera, hacer series, cuestas cortas y cambios de ritmo.
3-La causa más importante: la biomecánica. En el pie se puede reflejar un problema morfológico de adaptación o que compensa otro problema de una zona estructural de nuestro cuerpo: rodilla, cadera o espalda
Puede ser por una lesión antigua de otra zona del cuerpo (un esguince de tobillo o una cirugía de rodilla) que genere inestabilidad. Entonces, el primer metatarsiano, junto con el dedo gordo, tiene que compensarla. O podría ser un problema estructural no adquirido, como el caso de los juanetes y los metatarsianos cortos o insuficientes. Cualquier desequilibrio anatómico va a condicionar la aparición de lesiones. De ahí la importancia del estudio biomecánico de la pisada para diagnosticar posibles alteración en el aparato locomotor.
Los podólogos deportivos realizamos estudios biomecánicos de la pisada y de la carrera continua para prevenir que se dé cualquiera de las tres opciones comentadas: ya sea para detectar que la causa sea algo tan simple como el calzado, algo intermedio como trabajar el estado de forma o algo más serio como la estructura de nuestro pie.