Prendas básicas para empezar a correr en otoño
Por Gema Payá para carreraspopulares.com
Empezar a correr en estos meses tras el verano parece que sea uno de los propósitos estrella con esto de la nueva temporada. Con los inicios siempre surgen las dudas, pero a veces descuidamos ciertos aspectos que pueden convertirse en fundamentales para que la práctica de un deporte llegue a ser 100% reconfortante. ¿Te has planteado qué prendas necesitas para correr en otoño?
Si eres corredor de toda la vida, difícilmente me equivocaré que estés pensando algo parecido a esto: “¿En serio? ¿Me vas a decir lo que me tengo que poner para correr, yo que he sido corredor de toda la vida? Lo básico y punto”. Recuerdo cuando corría con unas únicas mallas negras, una camiseta con publicidad estampada (esa que a veces usaba de pijama) y unas zapatillas, sin tanto marketing detrás. Pero, también es cierto que antes éramos muy pocos los que corríamos y no éramos mercado suculento para las marcas. Ahora ocurre totalmente lo contrario.
Las firmas de deporte lanzan constantemente nuevas prendas, zapatillas con tecnología cada vez más complicada de recordar, tejidos para todo tipo de climatología y complementos que ni siquiera nos habíamos planteado que inventarían. Este contexto, para aquellos que se inician en el running puede resultar un jardín de dudas.
Considero interesante acercarte algunas prendas básicas y muy útiles para empezar a sumar kilómetros este otoño. Damos la bienvenida a una nueva estación, pero también a un tiempo loco.
Las cuatro prendas básicas para correr en otoño:
1.- Chaleco cortavientos: Para mi es la prenda de las “medias tintas” dirigida tanto para frioleros como para calurosos. En esta época del año puede resultar excesivamente pronto pasarse al cortavientos de manga larga, pero si ya empiezas a notar el fresco, seguir corriendo con tirantes o camiseta de manga corta ya no empieza a gustar tanto. Es por ello que el chaleco cortavientos te permitirá tener libertad de los movimientos de tus brazos y te protegerá el torso del viento y el frío. Importante, ten en cuenta que el chaleco tenga dos capas: la exterior, que es la que aísla del frío, y la interior con microporos para ayudar a un mejor drenaje del sudor.
2.- Mallas: Diré que los hay quienes son de pantalón corto y no se hable más, y aquellos que cuando empieza a refrescar se pasan a las mallas. Vas a toparte con mallas de todo tipo y lo importante es que tengas presente cuatro aspectos:
· Longitud: malla corta, tres cuartos (pirata) o larga. Si de momento piensas comprarte solo una, valora la opción que más vas a aprovechar. Personalmente te recomiendo que apuestes por la malla pirata, es la más versátil, te cubre hasta los gemelos (no se te enfriarán) y la aprovecharás gran parte de los meses del año.
· Costuras: Fíjate que las costuras sean planas y no sobresalgan para así evitar sufrir rozaduras.
· Sujeción: La malla debe de acoplarse bien a tu cuerpo, es importante que corras cómodo y tengas una buena sensación de sujeción.
· Accesorios: Revisa si tiene bolsillos interiores o alguna pequeña cremallera para que puedas guardar tus llaves cuando corras. También fíjate que cuente con partes reflectantes, para que seas visible para cuando corras de noche. Ante todo seguridad.
3.- Gorra/Visera: Este es un complemento presente durante todo el año, pues es importante protegerse del sol. Sin embargo, el tiempo cambiante que caracteriza al mes de otoño puede darte alguna que otra sorpresa en tu entreno y de repente empezar a llover. Si llevas una gorra o visera evitará que te molesten las gotas en los ojos.
4.- Buff/Braga: La garganta sufre la llegada del viento y del frío. Usa una braga o buff cuando empieces a correr. En el momento que entres en calor, y si te resulta molesta, quítatela. Es un complemento que puedes guardar muy fácilmente, en la muñeca y listo.
Soy consciente de que cada corredor es un mundo y cada uno tiene sus trucos y prendas favoritas para salir a entrenar, pero no está demás tener una orientación básica para no volverse locos cuando vayamos a una tienda y nos preguntemos: “¿Y ahora qué me compro?”