¡Quedan inaugurados los JJ.OO. de Atenas 1896!
Por Carlos Domingo para carreraspopulares.com
A día de hoy los días que ocupan los Juegos Olímpicos en el calendario son sinónimo de verano. Con las vacaciones –de quienes las tengan por esas fechas- llega el torneo multideportivo por excelencia. Cada cuatro años los mejores en cada uno de los deportes olímpicos se juntan para elevar a la máxima expresión sus disciplinas. Pero esto no siempre fue así.
Un 6 de abril de 1896 el barón Pierre de Coubertin vio cumplido su sueño. Un sueño que pretendía elevar el deporte a arma de paz en el que, aunque fuese en las fechas de la competición, parasen todas las guerras del mundo. Esa afirmación sigue siendo una utopía, y lo cierto es que han servido para hacer llegar al mundo políticas de diferente índole. Pero todo empezó en el cuarto mes del año de finales del siglo XIX en Atenas.
GRECIA, NO PODÍA SER OTRA
El 18 de junio de 1894 Coubertin organizó un congreso con representantes de sociedades deportivas de once países diferentes en la Universidad de la Sorbona en Francia. Allí expuso su proyecto y una vez aprobado se pasó a elegir fecha y sede. Su propuesta inicial era la de organizarlos haciéndolos coincidir con la Exposición Universal de París 1900 pero finalmente se decidió que fuesen en 1896 para que la espera no hiciese disminuir el interés por la nueva idea. Entonces tocaba elegir sede. Entonces el griego Dimitrios Vikelas propuso Atenas para hacer un guiño a la historia de los Juegos Olímpicos primitivos. Este empresario y escritor nacido en la ciudad helena de Ermúpoli expuso la propuesta y la votación fue unánime a favor de la capital ateniense. Él había sido elegido además primer presidente del recientemente creado Comité Olímpico Internacional y siendo esa su primera gran propuesta fue apoyada sin réplica.
LOS JUEGOS, UNA REALIDAD
Así llegó el momento. Atenas se vistió de gala para unir pasado con futuro. El deporte estaba a punto de volver a unir civilizaciones y elevaría a los altares en forma de podio a los mejores de cada práctica.
El 6 de abril de 1896 fue lunes. Entonces se alzó la voz en el Estadio Panathinaikó y se dijo aquello de “quedan inaugurados los Juegos de la I Olimpiada”. En ellos tomaron parte un total de 241 atletas de 14 países entre los cuales no hubo ni una sola mujer. Finalmente fueron 43 competiciones repartidas en los 9 deportes que abrieron los Juegos modernos. El calendario llevó hasta el cierre de los diez días de pugna por las medallas. El 15 de abril fue miércoles y ahí se bajó el telón de la I Olimpiada de la era moderna. Lo que parecía una osadía utópica de un amante francés del deporte acabó por convertirse en el germen y el primer paso de lo que a día de hoy es la mayor concentración de unión y deporte en el mundo. Unas semanas que, cada cuatro años, han sido capaces de llegar a marcar la historia política de muchos países.