Tengo un amigo que siempre corre de noche. Pero no a las seis de la tarde en invierno, cuando ya se ha ido el sol. O a las seis de la mañana, porque madruga. No, mi amigo corre siempre a partir de las once de la noche. Muchas veces ya entrada la madrugada, en el inicio del nuevo día.
En realidad todo empezó porque mi amigo tenía dos trabajos en el sector de la hostelería y muchos compromisos y esos eran los horarios en lo que podía salir a correr. Pero cuando su situación laboral cambió, él mantuvo su rutina de salir a correr de noche.
¿Por qué? En lugar de estar en casa descansando, leyendo, viendo la tele o durmiendo, ¿qué le empujaba a salir por la noche en lugar de la mañana o la tarde? Se lo he preguntado muchas veces y él me dice que ya se ha acostumbrado y que, para él, esas horas son mágicas para correr. Y tienes las calles para ti.
Mi amigo siempre corre por la ciudad. Y le encanta hacerlo por las aceras que durante el día están atestadas de gente. A veces se baja al asfalto en zonas seguras porque prácticamente no pasan coches. Él dice que es un lujo poder hacerlo.
Eso pasa entre semana, claro, porque los viernes y sábados por la noche, sobre todo, la fiesta nocturna toma la ciudad. Esos días, mi amigo descansa o corre en otro horario. Normalmente en carreras.
Pero lo que más le gusta a mi amigo de correr por la noche, de madrugada, es el silencio y la calma que se respiran. Bueno, esto es un decir, porque siempre hay ruidos de coches, alguna sirena de la policía o de una ambulancia, una persiana que se cierra a lo lejos o el bullicio que llega del interior de una tienda abierta 24 horas.
Sin embargo, llega un momento, dice mi amigo, en el que si te fijas bien, mientras corres lo más ruidoso que puedes escuchar es tu respiración y el sonido de tus zancadas contra el asfalto. La ciudad está dormida. Y él se imagina que tras las paredes de esos edificios altos la gente descansa en sus camas sin pensar en lo que pasa fuera.
Y ahí, en el exterior, con paso firme y liberado de todo estrés, corre él, inmerso en la oscuridad de la noche, apenas iluminada por la tenue luz de las farolas en algunos lugares. Entonces deja las calles entra en un parque. Porque ahí la tranquilidad es absoluta y la desconexión total. Y mi amigo dice que casi llega a entrar en trance mientras da vueltas por el perímetro de la zona verde que durante el día acoge a paseantes y personas de paso.
Luego, sin prisa, inicia el recorrido de vuelta. No sabe siquiera qué hora es ni cuántos kilómetros ha hecho. Porque esas es otra de las características del corredor de turno de noche que es mi amigo. No lleva reloj o cronómetro. Sólo el teléfono móvil por si pasa algo, pero nunca lo mira.
Y cuando llega a casa, toma una bebida isotónica y se ducha, dice que se encuentra como nuevo y totalmente relajado. Tanto que cae rendido y duerme mejor que nunca, del tirón. Y cuando él está completamente dormido y empezando a correr en sueños, la ciudad comienza a despertar y se pone en marcha poco a poco, con su tráfico, sus ruidos y la gente andando apresurada por sus aceras.
En esta época del año los gimnasios se llenan. Cuerpos sudados, unos trabajados, otros no tanto... pero todos intentando mejorar la apariencia para el verano.
Podría existir cierta relación entre la fibrilación auricular y la práctica deportiva de alta intensidad, aunque todavía no se puede identificar como factor de riesgo.
Cada vez son más las personas que optan por el running como deporte preferente. Analizamos las diferencias entre correr por la ciudad y por la montaña.
Debería ser un propósito que todos nos hagamos año tras año. Llega una nueva temporada y no prestamos la atención que deberíamos a nuestro cuerpo. Debemos plantearnos hacer las cosas bien para evitar lesiones. Pero no sólo hoy, sino todo el año.
Empezar a correr puede resultar complicado. Y no hablamos sólo del aspecto físico. En un mundo cada vez más lleno de corredores populares, los consejos de los más veteranos siempre vienen bien a los novatos. Mario Trota nos deja algunos sobre la mejor indumentaria para correr.
Algunas actitudes antihigiénicas de los corredores pueden molestar a los que comparten carrera con ellos. Mario Trota nos cuenta cuáles son y cómo podemos evitarlas. Para que al menos haya unas normas básicas que nos ayuden a respetar a los demás.
La pregunta más recurrente en consulta es: ¿Por qué me lesiono? Si tuviéramos una respuesta a esta pregunta sería el fin de las lesiones. Por eso hemos querido analizar los factores lesionales para intentar resolver la eterna pregunta. En algunos casos podremos actuar y mejorar, pero en otros no.
El running virtual ha ganado popularidad en los últimos años, permitiendo a los aficionados disfrutar de la emoción de las competencias desde la comodidad de su hogar. Pero, ¿sabías que también puedes llevar esta experiencia al siguiente nivel en carreras virtuales?
Conducir por puertos de montaña es una experiencia estimulante pero desafiante, especialmente cuando se recorren carreteras empinadas y sinuosas como las de La Carrera.
Si sabemos andar de una manera eficiente en las subidas en montaña, seremos capaces de ganar tiempo y ahorrar energía. Además, con un par de pautas, evitaremos dolores innecesarios. Aprende cómo en este vídeo.
La idea de que debemos ser más flexibles para correr mejor está muy instalada en gran parte de la comunidad runner. Es cierto, pero debemos centrar esa flexibilidad en el rango de movimiento que hacemos al correr.
Tener un entrenador para correr es la opción elegida por cada vez más gente, que quiere mejorar o que simplemente quiere tener nuevos alicientes en sus carreras. ¿Lo estás pensando? Te contamos en qué te puede ayudar.
Cuántas veces nos hemos dicho eso de: ´qué dura es la vida del corredor popular´. Trabajamos, tenemos compromisos familiares, queremos entrenar siempre que toca y participar en carreras. Pero ¿es eso realmente tan duro? Quizá debas empezar a replantearte por qué te sientes así.
¿Beber en carrera te supone un problema? ¿Cada cuándo es recomendable hacerlo? Te ayudamos con este asunto dándote unos consejos sobre cómo y por qué beber mientras corremos.
Las zapatillas (para casi todos los corredores) son el bien más preciado a la hora de correr. Por eso es importante estirar su uso unos pocos kilómetros más. Te damos unos consejos para que tus zapas pasen contigo más tiempo a pleno rendimiento.