Correr con tu pareja: ¿sí o no?
Por carreraspopulares.com
En plena celebración del día oficialmente establecido para festejar el amor, te vamos a hacer una pregunta incómoda: ¿quieres más a tu pareja o al running? No, no respondas, que ya sabemos la respuesta...
En realidad la pregunta no es esa, sino si tú pareja también corre y, si es el caso, si compartís el tiempo dedicado a esa afición. Si es el caso, ¿el running hace que la relación de pareja sea mejor? Y, en sentido inverso: ¿correr con tu pareja hace que sea más divertido y motivador? Seguro que conoces muchas parejas de corredores que viven en una “luna de miel” constante y otros que, en cambio, prefieren realizar su afición por separado.
Ventajas de correr con tu pareja
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- Para parejas que, por motivos laborales o de otro tipo, se ven poco durante el día, es una excelente forma de pasar tiempo juntos y de contarse qué tal ha ido el día. En el caso de que solo uno de los dos corra o prefieran correr cada uno por su lado, el running podría verse como algo que dificulta aún más el no pasar tiempo juntos y llegar a ser una “molestia”. Si encima, uno de los dos está en plan de entrenamiento para una carrera, añade una presión a la relación y al entrenamiento que resultaría muy negativa.
- Compartir la afición de tu pareja supone que comprendes perfectamente qué significa esa afición para él o ella. Sabrás perfectamente por qué necesita levantarse temprano para ir un domingo a correr o por qué, a pesar de llevar todo el día fuera de casa, ponerse las zapatillas y salir a trotar hará que se sienta mucho mejor.
- Si, además, os ponéis metas juntos y entrenais a la vez para una carrera, encontraréis la motivación necesaria para seguir la rutina de entrenamiento, lo que asegurará no fallar a la hora de completar casi todas las sesiones necesarias para la puesta a punto.
Viajar en pareja para correr es algo que une muchísimo. Seguro que no olvidareis esa meta que cruzasteis de la mano, o aquella en la que, aunque no corristeis al mismo ritmo, allí estaba él o ella para daros el abrazo de final de carrera.
- Compartir ropa o gadgets. Otra de las ventajas es que podéis usar camisetas, calcetines o sudaderas de vuestra pareja si fuera necesario. ¿A quién no le ha pasado tener todos los calcetines en la lavadora? Con dos personas que corren en casa, ¡las posibilidades de tener calcetines limpios se duplican!
Desventajas de correr con tu pareja
- Por el contrario, hay personas que prefieren que el momento de correr sea algo más personal, y se pueden llegar a sentir obligados a modificar su rutina para acompañar a la otra persona. En parejas que comparten mucho tiempo, no está mal que el “momento running” sea un momento para dedicárselo a sí mismos y tener su espacio. Esto, independientemente de que los dos corran. También hay que saber cuándo dejar espacio a la otra persona.
- Depender de los ritmo del otro. A veces, correr con nuestra pareja nos puede hacer esforzarnos de más para llevar su ritmo o relajarlo en exceso, lo que puede ser también malo. No pasa nada por bajar el ritmo para compartir unos kilómetros, o por esforzarse en un momento puntual, pero correr con nuestra pareja no debería significar modificar nuestro ritmo habitual en tiradas u otro tipo de entrenamientos. Por lo menos no todos los días.
- Más lavadoras. Si los dos componentes de una pareja son corredores -no digamos si son corredores “avanzados”- el volumen de ropa a lavar, tender y ordenar se multiplica, a veces parece que por mucho más que dos. Una pareja runner lava más ropa de deporte, sin discusión, que de cualquier otro tipo.
- Presión. En algunos casos, convivir con alguien que corre más rápido y más a menudo, puede suponer una presión extra para la otra parte, si es que se lo quiere tomar más con calma o espera otras cosas distintas del running. No ayuda muchas veces si la otra persona mejora sus tiempos y nosotros seguimos estancados. ya sabemos que cada corredor/a tiene su evolución. Pero una cosa es saberlo y otra compartir cama con ese otro/a.
Vosotros elegís. En cualquier caso, la línea roja es que ni el deporte ni, por supuesto, la relación de pareja, debe verse perjudicada. En el momento en que compartir una afición (o no hacerlo) es problemático para el resto de cosas, hay que plantearse hacer cambios. Y si no es tu problema, porque no tienes pareja, quien sabe, el running igual te ayuda a solucionarlo... ¡Feliz San Valentín!