Corriendo por los puertos míticos(41): Las Palomas, Andalucía
Por Jorge González de Matauco para carreraspopulares.com
Tal vez más de uno se sorprenda al saber que la sierra de Grazalema, en la provincia de Cádiz, registra los mayores índices pluviométricos de España. Estas montañas ejercen de barrera natural para los núcleos nubosos procedentes del Atlántico, que, en unas decenas de kilómetros, ascienden desde el nivel del mar hasta la cota 1.600. Por el camino se enfrían, condensando gran cantidad de vapor de agua y descargando en forma de precipitaciones. Por si fuera poco, el efecto embudo hace que las masas lluviosas queden atrapadas y continúen descargando. En esas tierras tan lluviosas, enclavado en plena sierra, se encuentra el puerto de Las Palomas, que conecta las localidades de Zahara de la Sierra y Grazalema y que es catalogado por muchos no sólo como el más bello de Andalucía, sino uno de los más espectaculares de toda la península Ibérica.
He establecido mi campo base en la localidad de Grazalema, pese a que la verdadera ascensión se halla en la otra vertiente, en la de Zahara de la Sierra. Así que tomo un taxi hasta Zahara, donde comenzaré el retorno corriendo a través del puerto. Y el inicio no puede ser más prometedor. Zahara de la Sierra se presenta como un pueblo blanco aferrado a un promontorio vertical coronado por un castillo, una escarpada roca fronteriza que durante muchos siglos fue objeto de deseo por parte de cristianos y musulmanes, con un cinturón de murallas defensivas y torres. Una destacada obra nazarí de tiempos medievales. Aunque el cielo permanece neblinoso y bastante cubierto, desde las alturas se divisa el embalse Zahara-El Gastor, construido en 1992 y cuyas vistas serán compañeras inseparables durante los primeros kilómetros de ascenso por el puerto.
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Desde el principio, las rampas del puerto de Las Palomas se muestran moderadas, con una pendiente que permite correr sin problemas durante todo el trayecto. Tanto el tráfico de coches como el de motocicletas es muy escaso. Por el contrario, la presencia de ciclistas, muy abundante. Prácticamente todos saludan y animan a su paso, lo cual hace la ascensión más entretenida y llevadera. La carretera no exige más paradas que las de rigor para sacar fotografías, porque la pendiente es regular y relativamente suave. Un primer lugar de descanso es el mirador de los Acebuches, que permite divisar hermosas sierras de naturaleza caliza que se disuelven al paso del arroyo Bocaleones para formar la llamada Garganta Verde, que desde el mirador se constituye como una abertura de color rojizo entre dos montañas, la Loma de la Castilleja y Las Cambroneras.
Después de este mirador, la belleza del panorama se va progresivamente acrecentando. Lo mismo ocurre con la vegetación circundante, que forma bosques de tipo mediterráneo con encinas, algarrobos y acebuches, entre otros. Pero la gran estrella de estos parajes es el pino pinsapo, algunos de cuyos ejemplares pueden verse durante la subida, aunque el mayor bosque de pinsapos se encuentra en la sierra del Pinar, en el camino entre las poblaciones de Grazalema y Benamahona.
El puerto de Las Palomas también atesora su parte de historia. Por estas rampas ascendió el famoso bandolero José María “el Tempranillo” para llegar a Grazalema con el fin de bautizar a su hijo y enterrar a su mujer muerta durante el parto a causa de los nervios causados por el asedio de los fusileros conocidos como los migueletes. También se cuenta por estos parajes la tragedia de las llamadas quince rosas, en recuerdo del grupo de mujeres de la zona que fueron obligadas a cavar su propia fosa, torturadas y asesinadas por los falangistas durante la guerra civil española.
A medida que se gana en altitud, la carretera se retuerce más y más, y permite contemplar lo que aún queda de ascenso, al tiempo que la majestuosidad y el verdor del paisaje alcanzan cotas que pudieran parecer impensables en estas latitudes. Una vez coronado el puerto, tras 10,7 kilómetros de carrera, a la derecha de la carretera se encuentra otro mirador, y a la izquierda nacen un estrecho sendero y una pista más amplia, mucho más recomendables que el mirador desde un punto de vista estético. Por cualquiera de los dos caminos se puede iniciar un recorrido circular de tres kilómetros que permitirá contemplar, por una vertiente, las mejores vistas de las curvas de la carretera y del pantano de Zahara, y, por la otra, una panorámica rabiosamente verde sobre el área de Grazalema y sus abruptas sierras. Y después, es obligado visitar el que podríamos calificar como el cartel más mentiroso de todos los puertos de España. En efecto, porque la altitud que marca el cartel en la cima de Las Palomas es 1.357 metros, mientras que está comprobado que la altitud real no sobrepasa los 1.200 (mi altímetro marca 1.181 metros).
Con lo más difícil ya conseguido, solo resta encarar el descenso hacia Grazalema, mucho más corto porque apenas supera los cinco kilómetros. Aunque no hay vistas tan abiertas como en la otra cara, la frondosidad del paisaje no deja de impresionar. Al llegar a un cruce se gira a la izquierda y pronto aparece la estampa de Grazalema, un pueblo blanco bello como pocos, con calles estrechas y tortuosas y donde, tras 19 kilómetros, el sufrido corredor podrá reponerse con un buen plato del típico queso payoyo y con otras suculencias de la zona. Un buen final en el puerto más bello de Andalucía.
Para correr por la zona: Ultra Sierra Bandoleros (distancias de 100 millas y 87 kilómetros) www.clubtriton.org