Dime lo primero que piensas y te diré cómo vas a entrenar
Por carreraspopulares.com
No es un principio que se cumpla siempre, pero no nos equivocamos mucho si decimos que la actitud antes de realizar un entrenamiento (o tirada, o carrera) es muy importante. Por duro que sea se nos puede hacer muy fácil si contamos con la motivación adecuada. Y, por el contrario, si no estamos de humor para entrenar, hasta el entrenamiento más sencillo puede tornarse en una pesadilla.
Muchas veces no vamos a poder controlar lo que pensamos antes de salir a correr. Pero si lo intentamos y trabajamos en ello, podemos tener una mejor actitud, que nos ayudará a tener un mejor desempeño a la hora de realizar nuestra tarea. Intenta hacer este ejercicio: la próxima vez que salgas a entrenar, en el momento en que te estés vistiendo o poniendo las zapas antes de salir a la calle, escúchate. ¿Qué dice tu cabeza? Posiblemente no le des importancia o simplemente, no esté diciendo nada. Pero si logras saber qué es lo que te mueve en ese momento, puedas dirigir tus pensamientos hacia lugares que te ayudarán a tener una sesión más satisfactoria.
“A ver si acabo pronto el entrenamiento, que me apetece llegar a casa cuanto antes”
Si antes de salir a correr ya estás pensando en volver, es que no estás concentrado al 100% en la tarea que tienes por delante. Pensar en tu rato de correr como algo que te “tienes que quitar de encima” significa que no es importante para ti. No pasa nada, correr no tiene que ser lo principal en tu vida. Pero es posible que, pensando así, ante la más pequeña dificultad o distracción que tengas corriendo, es bastante posible que encares el camino a casa.
Carreras destacadas
febrero 2025
marzo 2025
abril 2025
julio 2025
noviembre 2025
“Qué bien me va a venir salir a correr para quitarme el estrés del día”
Cuidado con este pensamiento. Correr sin duda te va a ayudar a canalizar el estrés y a hacer que los días duros acaben como la seda. Una buena sesión de entrenamiento o de carrera hará que tus nervios se aplaquen y tu cabeza rompa con esos nubarrones negros que se han podido generar en el día. Pero puede tener un lado negativo, y es que, si depositas en el running todas las esperanzas de que te “limpie” el estrés, puede que a veces no funcione. Tienes que poner de tu parte en cualquier caso. Mantén una actitud positiva y el running te ayudará a muchas cosas, pero no creas que lo va a hacer todo sin un poco de ayuda.
“Hoy me encuentro fuerte, voy a hacer un buen entrenamiento”
Perfecto, esa es la actitud. Salir a la calle pensando que nos vamos a “comer el mundo” es el primer paso para conseguirlo. Sin embargo, intenta canalizar tu exceso de energía y de ganas para que te salga bien el entrenamiento. Por muchas ganas que tengas, darte una paliza por encima de tus posibilidades no siempre es la mejor idea. Lo mejor es que sigas con tu plan si lo tienes, que comiences poco a poco y dejes que la energía vaya fluyendo por si sola. Empezar poco a poco y conseguir terminar fuerte es la mejor sensación con la que te puedes quedar. Pero ya sabes el dicho: “la potencia sin control...”
“Como ayer no pude salir, hoy tengo que hacer un poco más”
También cuidado con estos reajustes. Si tienes un plan de entrenamiento y te saltaste la sesión de ayer, doblar esfuerzos hoy no te va a ayudar en nada. Si cuentas con un entrenador, lo mejor es que le consultes. A veces suele ser mejor dejar pasar ese entrenamiento que no hiciste que reajustar cosas a tu aire. Cuando se lleva a cabo un plan de entrenamiento se tienen en cuenta más cosas que el volumen de kilómetros semanales. El orden de las sesiones y descansos es importante para que el cuerpo asimile lo entrenado.
“No me apetece nada salir a entrenar, pero voy a bajar aunque sea a hacer 3 kilómetros”
Por supuesto que tener una buena predisposición ayuda. Pero seamos honestos, no siempre nos va a apetecer bajar a entrenar. En cambio, sobreponerse a esa desgana y, “aunque sea” correr unos kilómetros nos será de más ayuda que el mejor de los entrenamientos de series.