BUSCA TU CARRERA

Tenemos 135 eventos a tu disposición

El corredor glotón

Por Mario Trota para carreraspopulares.com
El corredor glotón se permite comer ciertos alimentos de vez en cuando
El corredor glotón se permite comer ciertos alimentos de vez en cuando

Acabas el entrenamiento, o una carrera. Ha sido duro, te has esforzado y te sientes cansado. Lo que más te apetece es beber algo y comer. Como te sientes satisfecho por el trabajo bien hecho, quieres darte un capricho. El peligro está en que , a veces, es demasiado. Pero no podemos evitarlo. Muchos, además de corredores, somos unos glotones.

O amantes de la gastronomía. Para decirlo de una manera más elegante. Dos aficiones que no tiene por qué estar reñidas. En los últimos años ha aumentado el número de aficionados al gastrorunning. Esos que dicen abiertamente que en realidad corren para después poder permitirse una buena comida. Bueno, normalmente suele ser un chiste, un comentario jocoso. Pero tiene algo de verdad.

Como siempre, mis textos se basan en la experiencia de varios años como corredor popular. Y, por supuesto, no quiero generalizar. Pero, ¿a que todos los corredores que leéis esto conocéis a alguien que ha hablado de ello alguna vez? O vosotros mismos, confesad, os consideráis unos runners glotones, al menos de forma esporádica.

No hay que darle mucha importancia; simplemente hay que comer de forma adecuada, sana. Y algunas veces, podemos darnos un capricho. No es ningún delito, ¿verdad?

El caso es que yo soy un corredor glotón. Sí, ¿qué pasa? Cuando tengo alguna carrera importante para mí, una maratón que preparo con dedicación y esfuerzo; alguna de 10 kilómetros en la que quiero batir mi marca, me cuido algo más. Me fijo bien en lo que como, trato de evitar comidas con grasas, dulces con calorías innecesarias, alcohol, etc. Vamos, lo que todos sabemos.

La caña y la tapa con los amigos después del entrenamiento
La caña y la tapa con los amigos después del entrenamiento

El componente social

Pero el resto del tiempo, me gusta comer bien. Lo cual no significa que coma grandes cantidades ni a todas horas. Pero no me digáis que está mal comer de vez en cuando un buen chuletón con los amigos, o un cochinillo regado de buen vino en una cena con compañeros de trabajo. Esas cosas pasan, y más en un país como España, donde tenemos una gastronomía envidiable y unas costumbres sociales ligadas profundamente al buen comer.

Reconozco que hay algunas semanas que me paso de kilos. Que mi barriga siempre incipiente a veces toma forma de barrilete. Pero luego me pongo manos a la obra otra vez y con los entrenamientos habituales y un poco de sentido común, las cosas vuelven a su cauce normal y más o menos desaparece. Aunque tampoco os voy a engañar: mi cuerpo no nació para marcar abdominales en plan tableta de chocolate.

Por ello, yo abogo porque nos tomemos esto de correr como algo sano y divertido, a veces no falto de sacrificios, pero sin renunciar a las cosas buenas que nos da la gastronomía. Eso sí, siempre de forma moderada y controlando bien lo que comemos y cómo lo hacemos.

No me lo neguéis. El mejor momento del entrenamiento con los amigos, los compañeros del gimnasio, los del club de corredores, no es cuando hacéis la última serie de 1.000 con la cara desencajada por el sufrimiento. Que sí, que te deja muy satisfecho y orgulloso de tu superación y tal.

El mejor momento es cuando después vas al bar con ellos, pides una caña y te ponen una tapa de jamón o un trozo de tortilla; o pides una ración de patatas bravas y unos calamares. ¿Cuántas veces lo habéis hecho? Seguro que más de una. Y es en ese momento cuando piensas: "cómo me gusta esto de correr".

SOBRE EL AUTOR

Mario Trota
Corredor popular


12.332

Articulos relacionados

Reportajes Networking en zapatillas
Entrenamientos Los rodajes largos
Reportajes Guía del corredor novato: el día anterior a la carrera

También te puede interesar

Reportajes La dura vida del corredor popular
Reportajes No eres runner si no...

Las más vistas

Entrenamientos El consumo máximo de oxígeno (VO2máx)