El mal del corredor: la periostitis tibial
Por Diego González Tévar / Rubén Gadea para carreraspopulares.com
¿Qué es?
La periostitis tibial es una patología que cursa con una inflamación aguda o crónica del periostio que recubre la tibia. Es una dolencia muy común en deportistas y se presenta principalmente en corredores de fondo, en corredores de largas distancias. Provoca una sensación de quemazón en la parte anterior de la tibia.
Causas
Las causas principales de la inflamación del periostio, o cualquiera de las patologías que provocan este dolor típico en los corredores, son un esfuerzo excesivo durante un largo período de tiempo, un cambio brusco en el entrenamiento, cambios de terreno o problemas con el calzado.
Los excesivos impactos del pie con el suelo causan vibraciones. Estas vibraciones, unidas a las tracciones de la musculatura rígida en su inserción y los apoyos incorrectos, provocan traumatismos repetidos sobre la cara anterior de la tibia, sobre su periostio, y esto favorece la aparición de la periostitis. Otra causa puede ser la excesiva rotación de la cadera, lo que puede provocar una torsión tibial externa aumentada con un pie hiperpronado o con excesiva eversión del talón, valgo del retropié.
Estos factores aislados o unidos pueden provocar, además, una sobrecarga de los músculos de la pantorrilla, principalmente el tibial posterior.
Diagnóstico
La radiografía y resonancia magnética puede complementar la exploración física para el diagnóstico de la periostitis tibial, aunque el diagnóstico principalmente se realizará mediante la exploración. La exploración física consiste en la palpación de la parte anterior de la tibia, se da una palpación dolorosa y, en ocasiones, puede presentar “bolitas inflamatorias” a lo largo de la tibia o tumefacción. Además, se valorará el tipo de pisada para ver si es la causante de esta dolencia. Si es necesario se realizará un estudio biomecánico de la pisada.
Tratamiento
Lo primero que se debe tratar es esta sobrecarga de la musculatura, que en ocasiones incluso es la causante principal del dolor. Eliminar el factor desencadenante del problema debe ser prioritario. Corregir el mal apoyo del pie mediante un análisis mecánico de la pisada para definir la necesidad del uso de plantillas, disminuir la carga de entrenamiento, cambiar de calzado o cambiar el terreno por el que se entrene.
Dentro del tratamiento médico para la periostitis cabe destacar el uso de antiinflamatorios y analgésicos, el reposo hasta que remita el dolor y, siempre que haya sospecha de dicha patología, acudir a un profesional cualificado para que realice las pruebas pertinentes.
En el tratamiento fisioterápico clásico se ha destacado, además del reposo y medidas analgésicas y antiinflamatorias, el uso de la crioterapia o hielo, iontoforesis antiinflamatoria y ultrasonidos con un gel corticosalicilado en período crónico o subagudo, láser, correcciones ortopédicas y reanudación de la actividad de forma progresiva y controlada.
Actualmente, se trata la periostitis de forma distinta, reduciendo la carga de trabajo y, además del uso de medidas antiinflamatorias, analgésicas y crioterapia, se realizan vendajes con tape rígido o esparadrapo estático para ayudar a atenuar la vibración del miembro inferior durante el impacto del pie con el suelo. Suele estar afectada la musculatura adyacente a la tibia, como es el tibial posterior, tibial anterior, peroneos, sóleo o gemelos. Esta musculatura se trata relajándola y mejorando su estado. Se realizan masajes descontracturantes, estiramientos para la recuperación de la misma y disminución del dolor, se fortalece la musculatura anteriormente nombrada y, antes de la actividad deportiva, se debe realizar un correcto calentamiento.
En resumen
En el caso de que el corredor tenga sospecha de sufrir esta patología debe acudir a un profesional cualificado para su correcta exploración, diagnóstico y tratamiento. Es recomendable reducir la carga de trabajo, realizar los cambios pertinentes en su actividad deportiva para su correcta práctica, mantener la musculatura en correcto estado con un adecuado calentamiento antes de entrenar, estiramientos y una buena descarga muscular. Realizar la actividad deportiva con un vendaje compresivo, fortalecer la musculatura de la pantorrilla y aumentar la carga de trabajo de forma progresiva.
Diego González Tévar, fisioterapeuta, y Rubén Gadea Mira, especialista en rendimiento deportivo y licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.
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