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Los voluntarios: tu carrera es imprescindible sin ellos

Por Luis Miguel del Baño para carreraspopulares.com

Olvídate. No habría carreras sin ellos. Que no, que no estamos exagerando. Desde la carrera más pequeña del pueblo más recóndito, donde prácticamente todos son voluntarios, hasta las más grandes, como los grandes Maratones de Valencia y Barcelona, donde hay más de 1.000 voluntarios en cada uno de ellos.

Los voluntarios se han convertido en una pieza indispensable en este ciclón de las carreras populares. Las organizaciones de pruebas, a pesar de ser lucrativas en muchos casos, no tendrían presupuesto suficiente para poder pagar todas las labores que llegan a hacer estas personas. Por otra parte, el voluntariado deportivo se ha convertido para muchos de sus participantes en una acción que aporta gran valor a sus vidas.

Para ti, para el corredor popular son, sencillamente, indispensables. Sin ellos no hay carrera, sin ellos no hay diversión.

Te darán el dorsal. Empezamos bien. Es, probablemente, el objeto más importante de tu carrera, el dorsal. Pues bien, cuando llegues al lugar donde te lo entregan, fíjate bien en ellos. Están todos ordenados. Los tendrán quizás en cajas, de un número determinado a otro, preparados para que no se formen filas, con sus imperdibles al lado, y llega una mano que te busca en el listado, te tacha, y te lo da. Es un voluntario. ¡Olé por ellos!

El agua que te hace seguir. Bueno, el agua, el isotónico, las barritas o geles energéticos, y así incluyendo las posibles frutas que te dan tras cruzar la meta, bollería, la bolsa del corredor. Vamos, que te dan la carrera entera. Te proponemos el mismo ejercicio que antes. Cuando pases por un avituallamiento, fíjate en todo lo que hay montado: mesas, cajas y más cajas de agua que pesan lo suyo, papeleras, etc. Todo eso no ha llegado ahí de cualquier manera ni se reparte solito. Existen unas personas que cargan, descargan y te dan esa agua que te da la vida en mitad de la carrera. Y lo hace por el hecho de aportar, por el hecho de mejorar tu carrera. ¡Otro aplauso!

La bolsa, esas cosas no se meten solas ahí. Pero, volvamos un poco atrás. Hace unas líneas acabamos de nombrar las bolsas del corredor, ¿verdad? ¿crees que esas cosas se han metido ahí solas? Pues no, llegaron en enormes y pesadas cajas, se desembalaron, y en una cadena de gente, una a una, se fueron introduciendo en la bolsa. Venga, va, que siempre nos encanta recibir la bolsa del corredor. Pues son ellos quienes nos las han preparado. ¡Bien!



Las calles, preparadas. No es que pongan las calles para las carreras, pero casi. Cruce tras cruce, en muchas carreras te los encuentras. Complementando la acción de la policía en el corte de calles, muchos voluntarios están colocados en intersecciones para garantizar que la carrera transcurre por donde toca y que ningún coche se mete en el circuito por despiste. ¿Te imaginas la de broncas injustificadas que habrán recibido por parte de algunos impacientes al no dejarles pasar porque había una carrera popular? ¡Buen trabajo!

¿Has dormido poco? ¡Pues imagínate ellos! Echa un vistazo a tu alrededor cuando llegues a una carrera. Con casi total seguridad, los voluntarios ya estaban ahí cuando tú llegaste. Y además, se irán más tarde que tú. Vamos, que le echan muchas horas. Horas que le quitan a su familia, al descanso, a sus ratos de ocio. Esto del voluntariado debe llenar también.

Los de guardarropa: ¡paciencia! Son algunos de los que más momentos intensos viven. En tan solo unos minutos, centenares de corredores se abalanzan para dejar sus bolsas. Y todo tiene que estar perfectamente orquestado para que nada falle. Y esto, ¿qué tiene que ver con una carrera? Pues mucho. Parece una labor absurda, pero mucha gente no podría correr si alguien no le guarda sus pertenencias. También, en muchas ocasiones, son ellos.

Los cajones de salida. Ahí seguro que se llevan más de una mala mirada. Pero su trabajo es garantizar que tengas sitio, que puedas correr con gente de tu nivel, y que no se monten aglomeraciones. Los voluntarios también se encargan de controlar el acceso a los cajones de salida. ¿Os imagináis la de veces que se les ha puesto en un compromiso por parte de corredores que se intentan colar? Paciencia infinita.

El aplauso. Son sin duda, nuestros voluntarios favoritos (son todos, en general). Esos que se colocan en sitios estratégicos del recorrido y que, de repente, cuando vas mirando al suelo, casi sin fuerzas, te sueltan un chillido de ánimo y un aplauso. Muchas veces lo hacen incluso llamándote por tu nombre si lo llevas escrito en el dorsal. ¡Eso sí que es un subidón! Hay voluntarios que se pasan así toda la carrera. Bien porque sea su labor o bien porque ya han acabado su tarea y quieren mejorar más aún tu carrera. Gracias, gracias y gracias.

¡La medalla de tu maratón! Si te fijas, cuando has corrido un Maratón o Medio Maratón donde den una medalla, al final te la ha acabado casi siempre un voluntario. Esa medalla que tanto estimas, que tan buenos recuerdos te trae. Sin embargo, ¿serías capaz de recordar la cara del voluntario que te la dio?

Los corredores solo os podemos pagar de una manera: mostrándoos nuestra gratitud. Cada vez que veas a un voluntario, sonríe, hazle un gesto, dale las gracias, están ahí por ti, por nosotros, por nuestra carrera, por nuestras ilusiones. ¡Grandes!

SOBRE EL AUTOR

Luis Miguel del Baño
Periodista


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