¿Por qué es tan especial la Behobia - San Sebastián?
Por carreraspopulares.com
El domingo 10 de noviembre se celebra la 55 edición de la Behobia-San Sebastián . Una prueba mítica que se ha ganado la prestigiosa etiqueta de “carrera a la que hay que ir al menos una vez en la vida”.
Después de tres ediciones perdiendo corredores, este año la carrera se recupera. Su número de participantes supera los 33.300 y se sitúa como la segunda mejor cifra desde el récord de 33.900 de 2015.
Pero, ¿por qué tantos quieren participar en la Behobia-San Sebastián ? Y más teniendo en cuenta su elevado precio, que supera el de la mayoría de las carreras de distancia similar. Estos son algunos de los motivos.
Su historia
Este año se cumplen 100 años del nacimiento de la Behobia, si bien estuvo muchos sin disputarse. Acumuló 14 ediciones de forma intermitente hasta los años 60. Y en el año 1979 reapareció en medio del auge de las carreras populares en España, para cumplir con su cita anual hasta la fecha. Por ello, es una de las clásicas, tiene tradición y acumula una experiencia organizativa que muy pocas carreras tienen.
La distancia
Son 20 kilómetros, no tiene nada que ver con las distancias más habituales de las carreras en la actualidad. Es casi una media maratón, pero no puede catalogarse como tal. Y es precisamente esa particularidad la que atrae a muchos participantes.
El recorrido
Es lineal, sale de Irún y acaba en San Sebastián. Lospaisajes alternan montes con el mar y buena parte del circuito los corredores están fuera de núcleos urbanos. Desde 2014 la carrera retomó el recorrido original, haciendo así un guiño más al pasado.
La meta
En la Alameda del Boulevard de San Sebastián. Un larga recta de meta plagada de público que se ha convertido en una de las llegadas más emblemáticas de las carreras populares en España. Justo antes se pasa cerca de la Playa de la Zurriola, junto al Palacio de Congresos del Kursaal y su puente, con el mar a la derecha.
Cruzar el arco de meta en San Sebastián después de 20 kilómetros produce una de las mejores sensaciones que un corredor popular puede experimentar.
Su dureza
Sí. Porque es uno de sus signos de identidad. Todos los que van asumen que la carrera, lejos de ser llana, tiene algunas dificultades en forma de desnivel positivo y puertos. El primer desafío aparece en el kilómetro 6, cuando comienza la subida a Gaintxurizketa, de unos dos kilómetros y medio. Larga y tendida, pero las piernas acaban pesadas en el alto.
Otra de la zonas difíciles está en kilómetro 17, con subida a Miracruz. Más corta pero con mayor desnivel. Se hace dura. Desde el año 2014, con el nuevo recorrido, la carrera también sube el alto de Capuchinos en la salida de Rentería, en el kilómetro 13. Es una subida aún más corta que la de Miracruz, pero puede resultar también dura.
En cualquier caso, el recorrido de la Behobia-San Sebastían resulta duro no sólo por estos tres ‘obstáculos’. En realidad el trazado es un sube y baja constante, con numerosas cuestas y algunos de los descensos tienen un desnivel bastante pronunciado, por lo que hay que regular bien la marcha.
Su organización
Es uno de los alicientes de la carrera. Desde la salida perfectamente dividida por cajones y oleadas, hasta su zona de post-meta con un estupendo avituallamiento y servicios al corredor organizados de manera muy profesional. Es cierto que en alguna ocasión ha habido fallos, problemas con las medallas, etc. Pero la organización del evento es casi impecable, y más teniendo en cuenta el elevado número de participantes. Una gran labor del Club Fortuna.
Su animación
Hemos dejado el motivo más evidente y conocido para el final. Así que no vamos a ahondar en ello. Casi todo el mundo sabe que la animación en la Behobia-San Sebastián es una de las mejores del mundo. Que los vecinos de San Sebastián y de los pueblos por los que pasa la carrera salen a la calle haga frío, calor o caiga un diluvio.
Que se entregan al máximo y gritan y aplauden con entusiasmo. Que te los puedes encontrar en medio de una carretera alejada de zonas urbanas llenando los bordes del asfalto y animando en todo momento.
Si tuviera que destacar personalmente un punto de esa animación sería la localidad de Rentería. Desde que llegas a las afueras del pueblo en el kilómetro 11 hasta que sales y encaras la rampa de Capuchinos, la presencia de público es apabullante. Cuando atraviesas el centro de la localidad, en ambos lados de la calzada no hay ni un metro libre. Está todo ocupado por personas desgañitándose y aplaudiendo. El recuerdo perdura durante años.
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