¿Por qué los atletas en pista corren en el sentido contrario a las agujas del reloj?
Por Chema Martínez Pastor para carreraspopulares.com
Para los que hemos corrido alguna vez en pista o para los que hemos visto las competiciones atléticas en televisión o en vivo en el estadio, responder a la pregunta de en qué dirección se corre en una pista es bien fácil. En pista se corre en sentido contrario a las agujas del reloj. Es decir, las curvas se toman, siempre, hacia el lado izquierdo. En competiciones de velocidad no es tan relevante, pero para los que realizan distancias que requieren varias vueltas, sí es importante entrenar en el mismo sentido que se compite, porque las piernas izquierda y derecha no se comportan exactamente igual y no responden igual a la inclinación del cuerpo que si lo hiciéramos al revés.
Lo que no es tan fácil es responder a la pregunta:
¿Por qué se corre en el sentido contrario a las agujas del reloj?
La respuesta más fácil (y menos interesante) a este interrogante es “porque lo dice la norma”. Efectivamente, en las normas de la IAAF está recogido, en su artículo 163, lo siguiente: “La dirección de la carrera se efectuará teniendo el bordillo de la calle interior a la izquierda (...)”. Y en el artículo 213.3 se estipula que “el sentido de la carrera se efectuará teniendo a la izquierda el bordillo o línea interna (...)”.
Carreras destacadas
noviembre 2024
diciembre 2024
Podríamos dejarlo ahí y no investigar más. Tenemos una norma y seguro que todos estamos de acuerdo en que hay que cumplir un consenso para que todas las pruebas se realicen en las mismas condiciones. Imagina que las carreras en Europa fueran en el sentido de las agujas del reloj y en América, al revés. Los atletas de uno y otro lado se volverían locos para planificar sus temporadas y la forma de coordinarse para entrenar en las pista sería un caos.
Sin embargo, si rastreamos el origen, nos damos cuenta que, además del atletismo, todos los deportes que se realizan en un circuito (velódromos para bicicletas, motociclismo, trial, incluso los canódromos o hipódromos), siguen esta misma dirección. Así pues, se podría pensar que el ser humano tiene una tendencia a girar hacia el lado izquierdo.
Hay teorías que apuntan que, al ser una mayoría de la humanidad diestra, la pierna derecha estará más desarrollada y, por tanto, de manera natural es la que ofrece un mejor rendimiento si es la encargada de hacer los impulsos más largos hacia la parte de dentro, siendo la izquierda la que dirige y controla el giro. Algunos estudios corroboran la tendencia del ser humano a favorecer el lado derecho del cuerpo para cualquier actividad, tan simple (o compleja, según sea el caso) como un beso. El profesor Onur Güntürkün, biopsicólogo de la universidad de Ruhr en Bochum así lo ha corroborado en algunos de sus estudios .
Otros investigadores llevan la explicación más lejos. Es el caso del profesor M. H. Tavakkoli, quien en su tesis “The Reason Why Do Athletes Run Around the Track Counter-Clockwise?” (“La razón por la que los atletas corren en pista en dirección contraria a las agujas del reloj”), dice:
“Corremos en esta dirección porque todo en la naturaleza tiende a correr en contra de las agujas del reloj. La lista de fenómenos naturales que ocurren en esta dirección es impresionante. Incluye: la estructura molecular de los aminoácidos, la forma de las conchas de los moluscos, la rotación de los planetas (excepto Venus) y la órbita de la tierra respecto al sol. En este punto, Peter Brown, de Sheffield, apunta: ‘A causa del efecto de la rotación de la tierra, un atleta que corre al contrario de la agujas del reloj tendrá una ligera ventaja, consiguiendo un tiempo un poco menor. En el hemisferio sur el efecto es inverso pero, como la mayoría de la práctica deportiva se realiza en el hemisferio norte, las carreras en este sentido han prevalecido. Una evidencia de este fenómeno es que ningún record del mundo en pista se ha realizado por debajo del Ecuador. [...]’“
Puede que haya una construcción del ser humano que nos incline a correr en sentido contrario a las agujas del reloj, o puede que sólo sea consecuencia del azar. Aunque, si es el caso primero, deberíamos preguntarnos por qué los relojes van en este sentido y no en el contrario...