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Por qué no (y por qué sí) debes llevar música mientras corres

Por carreraspopulares.com

¿Tú de qué lado estás? ¿Eres de los que no puede salir a correr sin sus auriculares o de los que prefieren disfrutar del “sonido ambiente” que le proporcionan sus zancadas? Entre los debates milenarios del mundo del running, hoy le vamos a dedicar unas palabras al de “música sí” o “música no”.

Ventajas de correr CON música

Si corres con auriculares, conectados a tu playlist favorita, tienes una serie de ventajas que los “corredores del silencio” no tienen:

- Estás realizando dos aficiones a la vez. Por un lado estás corriendo, con todo lo que ello tiene de bueno, pero por otro lado estás desarrollando tu afición por la música. Correr es un momento perfecto para escuchar con atención el último disco de tu grupo favorito o para descubrir joyas que en condiciones normales no te daría tiempo a escuchar.

- Tienes una motivación adicional para salir a correr. La música hace que te cueste un poco menos esfuerzo lanzarte a la calle a dar zancadas. En días en los que no te apetece hacer deporte o en los que no tienes ganas ni de aguantarte a ti mismo/a, la música te ayuda a desconectar el cerebro mientras haces deporte.

- Al ritmo de la música. Hay quien dice que corre a mayor velocidad (o durante más tiempo) si va escuchando determinado tipo de música. Correr es una actividad muy mental. Llevar con nosotros un estímulo auditivo muchas veces hace que pensemos menos en lo que estamos haciendo y, por tanto, nos cueste menos trabajo hacerlo.

- Tu propia banda sonora. Si sales a correr por lugares con tráfico o con ruidos molestos, te quitas de en medio esa contaminación sonora y la cambias por un sonido agradable a tu elección.

Ventajas de correr SIN música

Por otro lado (no decimos que sea mejor ni peor), correr sin auriculares también tiene sus ventajas, de las cuales no podemos disfrutar si estamos pendientes de la música:

- Más contacto con el entorno. Llevar auriculares nos aísla de lo que tenemos alrededor, y eso supone dejar de escuchar lo que nos rodea. Si lo hacemos por un parque, bosque o cualquier lugar con un mínimo de naturaleza, a veces esto es suficiente para tener sonidos a los que prestar atención que con música nos perderíamos.

- Más seguridad. Tener los oídos abiertos significa tener más consciencia de lo que tenemos alrededor. Y más si son cosas que nos pueden poner en peligro: vehículos, animales, incluso el propio terreno. Tener los cinco sentidos puestos en lo que hacemos significa que corramos menos peligro de chocar o caernos.

- Escuchar a tu propio cuerpo. No es que se “escuche” propiamente. Salvo en alguna ocasión en que sentimos los latidos del corazón, no es que haya una vocecita que te vaya recordando lo cansado o no que va nuestro cuerpo. Pero sí que es importante prestar atención para detectar si tenemos alguna molestia, si hemos hecho algún gesto inapropiado o si, simplemente, estamos yendo a un ritmo muy rápido.

- Corres a tu propio ritmo. Una cosa que dicen quienes corren con música es que muchas veces el ritmo de las canciones son las que marcan el ritmo al que se corre. Y no siempre es bueno. Salvo que hayas elegid muy bien el tipo de música con la que corres y se adapte perfectamente a tu entrenamiento, un ritmo rápido o lento puede rompernos los planes que hubiéramos hecho para ese entrenamiento.

¿Y tú, de qué lado estás?


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