Alergia alimentaria con el ejercicio
Por Francisco Gilo (1943 - 2024) para carreraspopulares.com
El incremento gradual de las prácticas deportivas en la sociedad actual, junto con la alta prevalencia de la patología alérgica en los sectores de la población con mayor actividad física, ha supuesto la aparición de síndromes de trasfondo alérgico, en ocasiones subclínicos, que sólo se manifiestan con el ejercicio.
Alimentos que provocan una relación alérgica
Esta alergia aparece cuando se da la siguiente situación. Una persona ingiere un alimento concreto poco tiempo antes de empezar o inmediatamente después de terminar con la actividad física. Los síntomas que aparecen son los propios de cualquier reacción alérgica a un alimento: urticaria, picores, hinchazón, mareos, sufriendo una anafilaxia en los casos más graves.
El descubrimiento de este tipo de alergia es bastante nuevo. Los primeros datos de la alergia inducida por el deporte son del año 1979. Al tratarse de un caso relativamente poco habitual, se tienen pocos datos al respecto. No obstante, se sabe que puede afectar tanto a hombres como mujeres con edades comprendidas entre los 16 y los 40 años, y que aparece practicando cualquier tipo de deporte pero con mayor prevalencia en el caso de los ejercicios aeróbicos, tales como marcha rápida, running, y sesiones de fitness de estas características.
Los alimentos que provocan una relación alérgica relacionada con el ejercicio son los cereales, las frutas y verduras y los frutos secos. Hay que tener en cuenta que estos alimentos mencionados son los que suelen ingerir los deportistas antes y después de una actividad física, ya que proporcionan energía y resistencia. No se tiene constancia de reacciones a alimentos que también son considerados alérgenos, como es el marisco. Esto puede estar motivado porque el marisco no es un plato que se suela consumir justo antes o después de hacer deporte.
El principal síntoma que aparece en estos casos de alergia inducida por el deporte es el picor. El o la deportista que sufre la alergia alimentaria presenta un picor constante e intenso en las palmas de las manos y la planta de los pies. El picor puede ir acompañado de hinchazón y enrojecimiento. El segundo síntoma en aparecer, y también el más común, es el mareo. Sensación de mareo, desequilibro, dificultad para enfocar la mirada y sensación de agotamiento hacen que el o la deportista tengan que detener la actividad física.
La prevención consiste: en no ingerir los alimentos implicados durante las 4-6 horas previas a realizar ejercicio.
La ingesta de mínimas cantidades, a veces inadvertidas de dichos alimentos son suficientes para desencadenar el cuadro.
El padecimiento de una enfermedad alérgica no debe impedir la práctica segura del deporte.
Cómo actuar
Ante la aparición de los primeros síntomas, se debe suspender el ejercicio, tomar un antihistamínico, sentándose o tendiéndose en el suelo en caso de presentar sensación de mareo.
Cuando aparece algún signo de gravedad, dificultad para respirar o tragar, lipotimia, etc. el tratamiento con adrenalina auto-inyectable debe ser inmediato.
Algunas personas experimentan una mejoría transitoria de los síntomas, presentando al cabo de unas horas una recaída del cuadro.
Se debe instruir al afectado sobre la dosificación de adrenalina autoinyectable para administrársela en caso necesario, recomendándole llevar consigo una jeringa precargada siempre que realice actividades físicas programadas e ir acompañado de alguien con capacidad para asistirlo en caso de anafilaxia.
Por otra parte, el ejercicio físico, la ingesta de alcohol y los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) pueden actuar como inductores de reacciones alérgicas alimentarias, según se desprende de un estudio realizado por el Vall d´Hebron Instituto de Investigación (Vhir) de Barcelona.
El trabajo, que publica la revista Allergy, ha recogido pruebas de 74 pacientes que presentaban alergias alimentarias desencadenadas por estos factores entre las dos horas anteriores y las cuatro posteriores a la ingesta del alimento que produce la alergia.
De hecho, los investigadores han descubierto que el 82,4% de los pacientes no presentaban ninguna reacción alérgica, o si se producía era de carácter leve, si la ingesta se producía de manera aislada, mientras que con la intervención de alguno de los tres factores descritos las reacciones anafilácticas pasaban de afectar al 17,6% de los pacientes estudiados hasta el 85,1%.
Adicionalmente, el 58% de los casos estaban relacionados con la ingesta de antiinflamatorios, el 52,7% con el ejercicio y el 12,2% con la ingesta de alcohol, mientras que el tiempo de aparición de los síntomas depende del tipo de factor que influye, variando desde 75 minutos de media con los medicamentos hasta los 10 minutos con el ejercicio.
"El trabajo pone de relieve la importancia de evaluar la acción de estos cofactores cuando se trate a pacientes con posibles reacciones alérgicas alimentarias", ha señalado en un comunicado la responsable de la Sección de Alergología del Servicio de Medicina Interna del Hospital Vall d´Hebron, Victoria Cardona.
Los especialistas han subrayado que las reacciones alérgicas han sido tradicionalmente atribuidas al cofactor cuando la verdadera causa, el alimento, pasaba desapercibida, por lo que apunta a nuevas líneas de investigación futuras para detectar el papel como desencadenantes que pueden jugar determinadas enfermedades, el estrés, el cansancio y la menstruación.