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¿Ampollas en los pies? Nunca más con estos consejos

Por Rubén Sánchez-Gómez para carreraspopulares.com

Las ampollas son cápsulas rellenas de líquido linfático y otros componentes serosos como el sudor, formadas entre las capas de la epidermis. Según su tamaño se pueden conocer técnicamente con el nombre de ampollas o bulas si son mayores a 0,5 cm de diámetro y como vesículas o flictenas si son menores a 0,5 cm de diámetro.

Se forman principalmente por un agente externo erosivo que genera calor superficial entre las superficies que conforman la capa más superficial de la piel denominada epidermis. Esta fricción inter-capa junto con una alta temperatura y algo de humedad, terminan de formar esta lesión tan dolorosa.

Por qué nos salen ampollas corriendo

En el caso que nos ocupa, en el pie del corredor son originadas por una zapatilla excesivamente dura y apretada, normalmente una zapatilla vieja que ha perdido maleabilidad y se ha quedado acartonada por el uso y sin el acolchamiento interno que toda deportiva ha de tener. También puede deberse a una zapatilla excesivamente grande, donde el pie tiene una excesiva capacidad de moverse en el interior de la misma y en ese proceso de hipermovilidad, el pie va rozando con las diferentes paredes del calzado deportivo. En ambos casos, las ampollas van a debutar como un área rojiza o sonrosada que coincide con alguna prominencia ósea del pie (dedos, apófisis del V metatarsiano, hallux, arco interno...), pero si se cogen a tiempo, con cremas regenerantes podremos evitar que la lesión evolucione a ampolla; en Pododinámica usamos aquellas ricas en Aloe Vera o Centella Asiática, y aplicadas en forma de cura oclusiva, nos dan estupendos resultados.

Por tanto, como resumen diremos que hay que evitar usar zapatillas de una talla incorrecta, no prolongar más allá de los 1000km su uso, evitar mantener durante mucho tiempo el pie húmedo en el interior del calzado (ojo con los trail de montaña o campo, donde se suelen pisar muchos charcos), y proteger aquellas zonas de nuestro pie que sean "huesudas", con vaselina o algún otro agente protector.

SOBRE EL AUTOR

Rubén Sánchez-Gómez
Equipo Pododinamica<BR>Expertos en Biomecánica

www.pododinamica.es


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