Ben Nevis Race, más que una carrera
Por carreraspopulares.com
Al oeste de las famosas highlands de Escocia se alza la montaña más alta del Reino Unido. Se llama Ben Nevis y tiene 1.344 metros de altitud. Puede parecer poco si estamos acostumbrados a vivir cerca de una zona se montaña con cotas superiores a los 2.000 metros. Y si nos planteamos subirla corriendo. Pero la ascensión al Ben Nevis entraña más dificultad de lo que pensamos. Es cierto que desde la base de la montaña, la distancia hasta la cima no es muy larga, entre siete y ocho kilómetros, dependiendo de la ruta. Pero el desnivel es de 1.340 metros, porque comienzas a subir desde el nivel del mar.
Situada a las afueras de la localidad de Fort William, la montaña británica más popular atrae a miles de turistas cada año y a cientos de corredores cada primer sábado de septiembre, dispuestos a participar en la Ben Nevis Race, una carrera centenaria, clásica y que se ha convertido en un símbolo del fell running. Se trata de la modalidad precursora del trail running, o de las carreras de montaña. Desde el siglo XIX los británicos se vieron atraídos a correr y competir por campos y colinas. Y no tardaron en atreverse con su cima más emblemática.
El primero en hacerlo fue William Swan, en septiembre de 1895. Era barbero y vivía en Fort William. Él realizó la primera ascensión de la que se tiene registro corriendo hasta la cumbre. Salió desde la oficina de correos de Fort William, coronó la montaña y regresó al punto de inicio en 2 horas y 41 minutos. La distancia era de alrededor de 14 kilómetros.
Fue tres años después cuando, tras varios intentos de récord por parte de varios hombres, la Asociación Atlética Amateur de Escocia estableció la primera carrera oficial de ascensión al Ben Nevis. Tomaron la salida 10 corredores, en un trazado algo más largo que el de Swan, porque salieron desde un hotel en Banavie, más alejado. Curiosamente, el ganador, un joven de 21 años llamado Hugh Kennedy, tardó también 2 horas y 41 minutos.
Se celebraron varias carreras más hasta comienzos del siglo XX, de las que se tienen pocos registros. En una de ellas, con salida en la oficina de correos de Fort William, Ewen McKenzie estableció el nuevo récord de la prueba en 2 horas y 10 minutos.
La nueva era
Pasaron tres décadas sin carrera hasta que en 1937 se recuperara para celebrarse de manera más regular. En aquella primera edición de la nueva era de la Ben Nevis Race el ganador fue Charles Wilson, con un tiempo de 2 horas y 17 minutos. Wilson ganaría el año siguiente y en dos ocasiones más, y su mejor marca fue 2 horas y 13 minutos.
Hubo seis ediciones de la carrera desde 1937 hasta 1951, cuando se creó la Ben Nevis Race Association con la idea de formalizar la prueba y hacerla con una periodicidad anual. Algo que se ha conseguido hasta la actualidad, salvo en 1981, que no se celebró por la extrema dureza de las condiciones meteorológicas.
Aquel año 1951, el ganador, Brian Kearney, consiguió batir el récord y además bajar de las 2 horas, algo que nadie había conseguido. Su marca: 1 hora y 51 minutos. En aquella época no había un trazado oficial establecido en la carrera. Una vez que se situaban a las faldas de la montaña, cada corredor escogía el mejor camino para subir y descender.
Otro de los hitos de la historia de la carrera lo estableció Kathleen Connochie en 1955. Fue la primera mujer que corrió y completó la Ben Nevis Race. En aquella época no permitían correr a la mujeres en este tipo de competiciones.
Pero su entrenador, un popular deportista local y ganador de la carrera del Ben Nevis en una ocasión, Duncan McIntyre, amenazó con no participar si se vetaba a la joven corredora. Kathleen tenía tan sólo 16 años cuando se convirtió en la primera finisher de la Ben Nevis Race. Tardó 3 horas y 2 minutos. Entró en la historia y en el Libro Guinness de los Récords.
Victorias y marcas
Hablando de récords. Tanto el masculino como el femenino se establecieron en 1984. Ese año el ganador Kenny Stuart paró el crono en 1 hora 25 minutos y 34 segundos. La ganadora, Pauline Haworth, estableció una marca de 1 hora 43 minutos y 25 segundos.
Más estadísticas curiosas: Ros Evans (o Coats, si tomamos su apellido de soltera) es la mujer que más veces ha ganado la carrera, un total de 7. En el lado masculino, el que más victorias acumula es Finlay Wild. Ha ganado 10 veces, todas de ellas de forma consecutiva, y es el vigente campeón, al ganar también la edición de 2019.
Y otro dato interesante más. En medio de la larga historia de victorias británicas nos encontramos a dos españoles. En 2008 Agustí Roc ganó la Ben Nevis Race con un tiempo de 1 hora 29 minutos y 12 segundos. Un año después, la victoria femenina fue para la catalana Mireia Miró, que acabó en 1 hora, 56 minutos y 46 segundos.
Una carrera especial
La Ben Nevis Race ha recibido muchos calificativos: dura, icónica, clásica, espectáculo. Es mucho más que una competición y en la historia del deporte británico es una de las pruebas más queridas. Por eso todos los atletas se toman la carrera de una forma muy personal y se preparan para ella como si fuera una competición de un gran campeonato internacional.
En la actualidad, el límite se ha establecido en 600 participantes y las plazas vuelan cuando los dorsales se ponen a la venta varios meses antes. La distancia es de 14 kilómetros, con un desnivel positivo de 1.340 metros. La salida está en Caglan Park, a las afueras de Fort William. Pero no puede participar en la carrera cualquier corredor. Los organizadores vigilan mucho la seguridad y exigen que los participantes sean corredores de montaña algo experimentados, que hayan terminado al menos tres carreras de ‘trail’ previamente.
Las condiciones meteorológicas del Ben Nevis, como hemos dicho, pueden ser complicadas, debido al duro clima escocés. Por ello también se exige a los corredores que lleven chubasquero, un gorro, guantes y un silbato, por si se desorientan entre la niebla (muy habitual y densa en la cima) o en medio de una tormenta. Además, si un participante no ha llegado a la cima en menos de dos horas, es obligado a regresar a la salida.