Carrera de la Ciencia: una historia de dedicación, ilusión y atletismo popular
Por Luis Blanco para carreraspopulares.com
¿Qué hay detrás de la una de las carreras más prestigiosas de España? Lo hemos descubierto: la historia de dos corredores populares, sus organizadores, que siguen viviendo la carrera con la misma pasión del primer día, allá por los años 70. La www.carreradelaciencia.com celebra el próximo 19 de octubre de 2014 en Madrid su 34 edición. Y Paco y Carlos Cisneros siguen al pie del cañón.
Ellos forman parte del grupo intrépidos pioneros de la organización de carreras populares en España. La suya fue una de las primeras, en 1979. Entonces se celebró la primera edición de la Carrera del CSIC, en la que sólo participaron trabajadores de la institución, familiares y algún invitado.
Para entrevistarles y repasar con ellos la evolución de su carrera y del atletismo popular en las últimas 4 décadas, escogemos el lugar donde empezó todo: la Casa de Campo de Madrid.
Paco Cisneros, 79 años cumplidos el pasado mes de agosto, sigue corriendo con la misma motivación que el primer día: pasarlo bien. Pero ahora está lesionado y no nos podrá acompañar en el rodaje de una hora que su hijo Carlos, de 49 años y yo vamos a hacer. Él se queda esperando dando un paseo, eso sí, vestido de corredor. Nosotros comenzamos a trotar. Son 60 minutos de interesante charla en la que Carlos rememora sus comienzos como corredor. "Llevo corriendo por la Casa de Campo desde finales de los años 70. Y los primeros años la Carrera del CSIC transcurría por aquí, hasta que se trasladó a la Calle Serrano, con motivo del 50 aniversario del CSIC, en el año 1989".
Como les pasa a muchos, su afición por correr es innata: "Yo tendría 13 años cuando empecé. Mi afición era tan profunda como inexplicable. Desde niño era rápido y me aficioné a la carrera. Como era rápido se me daban bien las distancias cortas. Mi distancia en realidad son los 800 metros, y después empecé a correr distancias más largas".
Y fue en aquellos años cuando su padre puso en marcha la que entonces se conoció como la Carrera del CSIC, que tenía una organización muy familiar. Y él corrió esa primera edición: "creo que no había corrido nunca tanta distancia. Ahora son 10 kilómetros, pero por entonces no llegaba a 9 kilómetros. Me acuerdo de la asfixia que sentí al correr ese primer año como si fuera ahora, de estar situado para que no me pasaran algunos. No quedé mal, entre los 30 primeros". El recorrido, en aquella primera edición, era de los complicados. Salía desde el Teleférico, se bajaba hasta el Lago, y luego se volvía a subir al Teleférico. Una exigente cuesta para acabar.
Carreras destacadas
mayo 2025
junio 2025
julio 2025
noviembre 2025
Los inicios
Pero, ¿por qué poner en marcha una carrera popular como esa en aquellos tiempos en los que tan poca gente corría? "Mi padre siempre ha sido un buen deportista aficionado, aunque primero fue ciclista", cuenta Carlos mientras comenzamos una cómoda bajada desde el Cerro Garabitas. Y en aquel momento, la democracia necesitaba mostrar normalidad y avance. "De estar prohibidas las reuniones de más de 8 personas llegaba la gran expansión". Y por eso algunas carreras populares tomaron las calles.
Paco Cisneros y otro de sus hijos, junto a unos amigos, habían participado ya en la primera carrera popular de España, la Media Maratón de Moratalaz (aunque no llegaba a 20 kilómetros), en 1977. Carlos, cuenta, fue a verles correr. "Ese año nace el movimiento de carreras populares como tal. Ese día, los corredores salieron con miedo a lo desconocido y más con sensación de aventura. Entonces no había un maratón popular en España. Hubo mucha gente que comentaba que aquello era una locura, porque no estaban acostumbrados a esas distancias".
Tras vivir la experiencia, Paco Cisneros lanzó su propia carrera. Trabajaba en el CSIC desde siempre, y es dentro de esta institución donde surge la prueba. La primera edición la ganó José María Odriozola (presidente de la RFEA), que venía del atletismo de élite. Paco Cisneros sí puedo correr aquella edición. Fue tercero.
Carlos aún recuerda "los nervios de la noche anterior a la carrera, colocando las medallas en la terraza de casa". La organización era tan novata en este tipo de eventos como escasa y familiar. "Éramos la familia y algún personal del CSIC, amigos de mi padre. No se requería mucho entonces" En esa primera edición quisieron tener un detalle con todos los corredores. "Mi padre fue al Servicio de Publicaciones del CSIC y consiguió un libro para cada participante".
La evolución
Seguimos corriendo por la Casa de Campo y ya enfilamos el camino de vuelta hacia el punto de partida, bordeando el lago, donde están instalando una plataforma para un triatlón que se disputa por la tarde. Fluye la historia y pasan los años.
Durante dos ediciones en los ochenta no se celebra la carrera, pero luego se retoma y en el año 1989 se traslada al centro de Madrid, con salida y llegada en la sede del CSIC. A pesar del salto a las calles de la gran ciudad, la carrera no tiene que superar muchas trabas por parte de las autoridades municipales. En aquella época, organizar carreras en España "era más bien sencillo", reconoce Carlos Cisneros. "No había problemas de permisos, ni había restricciones por cortar las calles. Entonces había muy pocas carreras de 10 kilómetros. Estaban algunas como la de Canillejas, la del Canal o la nuestra. No muchas más".
Pero en el aspecto económico, nunca han tenido mucha suerte. Las aportaciones externas eran escasas. Y por eso no podían pagar los cachés de grandes figuras mundiales del atletismo para dar más prestigio a la carrera, como hacían otras. A pesar de ello, la nómina de grandes corredores que ha pasado por la Carrera del CSIC no es nada despreciable. "La casualidad quiso que tuviéramos en alguna ocasión a la mejor corredora de 10.000 metros del momento, que era Fernanda Ribeiro. Ahora que lo pienso, también recuerdo que han corrido muchos grandes, como Alberto Juzdado, Julio Rey o Martín Fiz".
El reclamo para los corredores buenos de verdad, entonces, eran los premios que en aquellos días se podía permitir la carrera. "Invertíamos en premios, no en fijos. Ellos hacían sus cálculos y, si optaban a un premio, pues les compensaba. Había mucho nivel. Juzdado, por ejemplo, entraba entre los 10 primeros". El ganador a finales de los años 80 cobraba unas 600.000 pesetas. Y entonces las inscripciones eran prácticamente gratuitas. Ahora, sin embargo, las cosas han cambiado y los premios son más reducidos, "no podemos afrontar tantos gastos".
Una fuente de anécdotas
Llegamos al parking del lago de la Casa de Campo, donde Paco Cisneros nos espera. Mientras estiramos, se une a la conversación, y es el momento de recordar las anécdotas. ¿Cuántas veces ha podido correr el organizador su propia carrera? "Sólo cinco", responde Paco. "Corrí las tres primeras ediciones y luego muchos años más tarde, otras dos". Era muy complicado correr si había que estar concentrado en los aspectos organizativos. "En la tercera edición", recuerda, "estábamos en la salida ya preparados para empezar a correr y aparecieron los policías municipales pidiendo los permisos. Le dije al juez que esperase, fui corriendo al coche a por los permisos, se los enseñé y se entonces ya se dio la salida".
Paco Cisneros era sólo un corredor popular, pero de los buenos. Aunque insiste en que él sólo salía a correr, nunca a ganar o a quedar entre los primeros. Pero esto último lo conseguía. "Yo simplemente daba todo lo que tenía y punto". En la primera edición quedó tercero, esa en la que ganó un Odriozola, que acababa de quedar quinto en el Mundial de veteranos en 800 metros. En la segunda edición fue quinto y en la tercera el octavo. Y es que la carrera comenzó a adquirir "más prestigio y nivel".
La afición de Paco Cisneros por correr llegó tarde, cuando ya tenía 42 años. Dos después, en 1979, un día después de trabajar, fue a entrenar a la Casa de Campo. Estaba preparando su segunda Maratón, la de Madrid. Al final de la subida al cerro Garabitas, sintió los pasos de un corredor detrás de él.
Cuando finalmente llegó a su altura, el corredor anónimo le dijo: "Sí que vas fuerte, pensaba que te alcanzaría antes". Empezaron a hablar y su interlocutor le dijo que tenía buenas maneras como corredor y que si se preparaba bien podía bajar de tres horas en el maratón. Tras compartir unos kilómetros de charla, se despidieron. Paco preguntó: "¿con quién he tenido el placer de hablar?". Y el otro le contestó: "soy Luis Miguel Landa". Campeón de España de Maratón o de Cross Universitario, entre otros logros deportivos, y entrenador del Club Canguro. Y poco después, responsable nacional de Maratón de la Federación Española de Atletismo durante más de 30 años.
Así que los Cisneros se unieron al Canguro y comenzaron a entrenar con ellos. Y llegaron las carreras. "Desde entonces me entró una ilusión tremenda", confiesa Paco. Empezó a competir en categoría de veteranos. Y se dio cuenta de que lo suyo no eran las largas distancias, porque era rápido. "Me presenté al campeonato de Madrid en 800 metros y lo gané fácil. Así que fui al campeonato de España veteranos (Veterano B) en 400 y 800 metros y también lo gané". Pero no dejó de participar en carreras populares, al igual que su hijo Carlos.
Ambos han vivido la evolución de estas pruebas y el boom del atletismo popular. Aún recuerdan cuándo, hace 25 años, soñaban con que su carrera algún día superase los 1.000 corredores. Lo consiguieron a finales de los 90. En los últimos años, la Carrera de la Ciencia ha llegado a superar los 8.000 inscritos.
Más información de la carrera en www.carreradelaciencia.com