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¿Debo tener unas zapatillas para entrenar y otras para las carreras?

Por Víctor Cerón para carreraspopulares.com

Pues depende, como casi todo en la vida. Si eres de los que suele salir dos o tres días a la semana a entrenar y hacer alguna carrerilla de 10k los domingos, e incluso te atreves con alguna media de vez en cuando, pero te gusta más mirar el paisaje que el crono, la respuesta es que no. Te puedes comprar otro par porque te gusten, pero necesitarlas, lo que se dice necesitarlas, no las necesitas. Ahora bien, si estás buscando pulverizar tu última marca, o estás afrontando un maratón, la cosa cambia radicalmente.

Vamos a diferenciar dos casos:

Caso 1: voy a preparar un maratón

Muy bien, enhorabuena, y ¡que la fuerza te acompañe! Ahora bien, en lo que al calzado se refiere, cuando estás preparando un maratón vas a hacer de media unos 800Km, lo que significa que, suponiendo que tus zapatillas estuvieran nuevas al inicio de la preparación, vas a llegar al gran día con la amortiguación sensiblemente tocada, y en según qué casos, tocada y hundida. Ten en cuenta que 800Km es la barrera a partir de la cual la mayoría de las zapatillas acaban su vida útil porque a partir de ahí la pérdida de amortiguación es muy acusada. No es muy recomendable que el día que vas a hacer más kilómetros, y todas tus articulaciones van a sufrir más estrés, la amortiguación no esté en perfectas condiciones. Lo ideal es que tengas dos pares, y que las vayas alternando, para que las que vayas a llevar el día de la carrera estén en condiciones óptimas, tanto de amortiguación como de respuesta y desgaste, que son dos enemigos no tan evidentes, pero igual de peligrosos. En especial el desgaste de la suela, porque si eres del tipo de corredor que desgasta mucho la suela de las zapatillas de forma desigual (generalmente mucho más la cara externa del talón, o la cara interna del antepié) puedes acabar sufriendo una lesión, debido a que, al estar la suela muy desgastada, varía su geometría y el pie no apoya como debería. Y obviamente, si la amortiguación no está en condiciones óptimas también puedes sufrir una lesión de tipo articular debido a la gran cantidad de estrés al que vas a someter a tus articulaciones ese día.

Caso 2: me he apostado con mi compañero de trabajo un cubo de cervezas a que este año le gano en la Norte vs Sur

La honrilla ha hecho más por el deporte que las escaleras averiadas del Metro, eso es así. Ahora bien, ¿cómo podemos ayudarnos a conseguir sacar todo nuestro potencial en carrera? Pues la elección de las zapatillas puede ayudarte bastante, no es que vayas a correr necesariamente más rápido (aunque lo cierto es que el factor psicológico ayuda un montón, yo es que me pongo unas voladoras y ya me siento como el dios del trueno) pero lo que es seguro es que lo harás más fácil. Me explico, haciendo un símil automovilístico podríamos decir que no usas el mismo coche para irte el fin de semana al circuito a quemar rueda, que el que usas para hacerte un Madrid-Cádiz, cuando te vas de vacaciones. Para ir rápido quieres uno que pese poco, con la amortiguación dura para las curvas rápidas, pero si te pasas seis horas en él te va a acabar doliendo hasta las pestañas, porque no está hecho para ir cómodo, está hecho para ir rápido. Y si te vas de viaje, quieres uno que sea cómodo y que absorba bien los baches del camino que te puedas tirar muchas horas ahí dentro y estés como en tu casa.

Bien, pues las zapatillas de running son más o menos igual. Las zapatillas que usas para entrenar normalmente, con las que haces las tiradas largas de los domingos, a las que les haces un cerro de kilómetros, lo suyo es que sean cómodas, que tengan una buena amortiguación que te protejan bien las articulaciones. Pero si vas a una carrera y vas a darlo todo, no vas a meter la berlina familiar en el circuito, porque su amortiguación cómoda y poco reactiva, y su construcción pesada te van a hacer emplear más esfuerzo en mover los pies. Para eso están las voladoras, que son zapatillas mucho más ligeras que las rodadoras, son los deportivos de las zapatillas. Y no sólo son más ligeras si no que tienen una amortiguación mucho más reactiva (también las sentirás mucho más duras, por lo que no serán tan cómodas) y también suelen tener elementos estructurales en la mediasuela, como puentes activos (que son piezas de plástico, TPU para ser exactos), que actúan como muelles para devolvernos todavía más energía de la pisada, y hacer que nuestros pies salgan disparados hacia adelante.

En el caso anterior (si estás preparando un maratón, y tu intención no es sólo acabarlo, sino que además quieres ir muy rápido), esto cobra todavía más importancia, y además puede ser una buena manera de descargar tus voladoras de kilómetros, porque como a los deportivos, su vida útil es sensiblemente más corta que las rodadoras, así que puedes separar tus entrenamientos rápidos, de tus entrenamientos largos. De éste modo tus voladoras estarán perfectas para dar caña el día D.

Así que ya sabes, antes de comprar tus próximas zapas, piensa para qué las vas a usar y ten en cuenta tus objetivos a medio plazo, para que no tengas que verte pensando excusas para justificar otro par más de zapatillas en casa.

SOBRE EL AUTOR

Víctor Cerón
Diseñador de calzado técnico


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