Deportistas weekend
Por Francisco Gilo (1943 - 2024) para carreraspopulares.com
Si usted es de los que de la noche a la mañana se dio cuenta de que el ejercicio hacía bien, por lo que rogó a su mejor amigo que lo metiera en la liga de fútbol o si es de los que descubrió que el trote en realidad era su gran pasión, aunque sólo lo practica cuando “tiene tiempo”, lo más probable es que sea un weekend-warrior, un término que en medicina se utiliza para referirse a aquellos deportistas de fin de semana, que en uno o dos días tratan de hacer toda la actividad física que no han podido (o no han tratado) de hacer durante la semana.
Los deportistas ocasionales son los que tienen más riesgo de sufrir, desde lesiones óseas, musculares o articulares, hasta un evento cardiovascular o, incluso una muerte súbita, debido a la falta de una preparación adecuada, gradual y regular.
Las personas sedentarias con una inadecuada preparación física, que tratan de recuperar en un sábado todo el esfuerzo físico que no hicieron a lo largo del mes o la semana anterior, se sitúan, sin saberlo, en una situación de elevado peligro.
Sus músculos están débiles, con falta de flexibilidad, con mala irrigación sanguínea, escasa coordinación y, seguramente, muchos de ellos posean algún factor de riesgo cardiovascular, a veces conocido y controlado por su médico de cabecera, pero en muchas otras ocasiones, no.
Los controles médicos y la actividad física programada según las condiciones de cada individuo son las mejores garantías para evitar un evento cardíaco mientras se hace ejercicio.
Hay que tener en cuenta dos aspectos fundamentales al comenzar a practicar deportes: la perseverancia y la progresión.
Se debe partir con un esfuerzo adecuado para la capacidad física que tiene la persona en ese momento y el esfuerzo debe incrementarse en forma progresiva. Además, la práctica debe hacerse con periodicidad; de lo contrario el organismo no gana nada y, tras las interrupciones, hay que comenzar desde cero.
La actividad física implica un estrés para el organismo y la adecuación a ese estrés se denomina entrenamiento.
En el momento del esfuerzo, el organismo sufre descompensaciones a las que se adapta. Ahí reside la importancia del examen físico previo a la práctica del deporte.
Antes de hacer ejercicio. Se sugiere hacer precalentamiento (15-20 minutos). Realizar estiramientos suaves y ejercicios de movilidad de las articulaciones. Se aconseja no hacer deporte en las dos horas posteriores a las comidas.
Durante el ejercicio. No forzar. Si sentimos pinchazos, molestias, dolores, palpitaciones intensas o mareos, detener la actividad. No nos estamos entrenando más o haciéndonos más fuertes por aguantar.
La planificación del ejercicio es fundamental. Si el esfuerzo es el adecuado para el aparato cardiovascular y para las condiciones físicas de cada individuo, la edad no es una barrera para hacer ejercicios.
En el caso de los sedentarios que hacen esfuerzo eventualmente, los riesgos se incrementan. "Jugar al fútbol una vez por semana no le aporta nada al organismo; al contrario. El partido de los sábados debe incluirse en un plan de entrenamiento para no ponerse en riesgo".
Antes de empezar una actividad física es necesario realizarse un chequeo completo con el médico de cabecera y a ser posible también con un cardiólogo deportivo para incluir una prueba de esfuerzo en relación al deporte elegido y a la edad.
Es muy difícil detectar en un estudio rutinario, con un electrocardiograma, alguna dolencia cardiaca congénita que predisponga a tener una muerte súbita salvo que sea muy evidente.
A nivel cardiovascular, al no hacer un entrenamiento aeróbico durante la semana, nos encontramos con falta de un acondicionamiento cardiaco, que puede coexistir con factores de riesgo como hipertensión arterial, obesidad o sobrepeso, sedentarismo, etc.
Los riesgos de una arritmia cardiaca y/o infarto de miocardio pueden estar presentes, en especial en mayores de 35 años, en los que la enfermedad coronaria suele estar presente aunque de forma silente, sin síntoma alguno.
La actividad debe programarse de acuerdo con las condiciones de cada persona. Un profesor de educación física está capacitado para realizar esta planificación en función del informe médico que aporte el deportista iniciado.
Aquellos que estén dentro de los grupos de riesgo (hipertensos, diabéticos, enfermos cardíacos, entre otras patologías) deben realizar una actividad física integrada a un programa de tratamiento.
En casos como los anteriores, es necesario que intervengan el médico de cabecera de esa persona y un médico deportivo. Hay que tener en cuenta que la actividad física mejora el estado general de estas personas, siempre que se la integre al tratamiento.
Aquel que sea adicto al alcohol o al tabaco(, puede encontrar en el deporte una buena herramienta para recuperarse. Si cumple los requisitos anteriores y está dispuesto a cambiar, seguramente mejorará su condición física.
Para aquellas personas sedentarias, que no hacen actividad física semanal, es preferible que el fin de semana caminen o monten en bicicleta.
El control de su frecuencia cardíaca nos dará información durante y después del ejercicio. Nos informa de cómo reacciona el cuerpo al mismo, ayuda a controlar la intensidad del deporte, contribuye a que se entrenen mejor, apunta sus progresos y nos documenta sobre la existencia o no de alteraciones (por ejemplo: un pulso elevado en reposo es un mal signo cardiaco).
Aunque lo más importante en el entrenamiento es contar con un pulsómetro que nos muestra si las pulsaciones, tras el esfuerzo, vuelven a la normalidad.
La revista científica New England Journal of Medicine publicó un artículo sobre el riesgo aumentado de sufrir un infarto al miocardio por parte de los deportistas ocasionales, debido a que someten dicho órgano a una sobrecarga de trabajo en forma repentina. La investigación señala que el peligro de un incidente cardiaco disminuye notablemente si en vez de hacer deporte esporádicamente se hace con regularidad.
Lo esencial es que las personas sedentarias busquen una actividad que verdaderamente les parezca entretenida, porque de lo contrario la van a abandonar en el corto plazo.