El secreto de la vida (runner) eterna
Por carreraspopulares.com
¿Recuerdas cuándo empezaste a correr? ¿Te planteabas durante cuánto tiempo te duraría esta nueva afición que estabas construyendo? Seguro que es algo en lo que no pensamos cuando empezamos pero que poco a poco va adueñándose de nosotros. Me refiero al pensamiento de que estaremos corriendo toda la vida. Cuando te pones las zapatillas por primera vez, o tal vez unos pocos kilómetros después, te has convertido en corredor o corredora. Eso no quiere decir que eres una “persona que tiene como afición correr”, sino que eres “una persona que corre”. Como quien respira o quien se toma un café por las mañanas para salir de casa. Correr forma parte de lo que somos, y a poco que lo cuidemos, va a ser algo que nos acompañe toda la vida.
¿Cuál es el secreto para no dejar de correr nunca? El primer paso, sin duda está dado. Se trata de amar esta afición, de sentir que es lo que necesitas para encontrarte mejor y, sobre todo, sacarle el máximo partido cada vez que sales a la calle. Si nos convertimos en runners, lo somos para toda la vida. Pero ¿cómo hacer para que no se “rompa la magia”?
No caigas en la monotonía
Como si de una relación con otra persona se tratase, tu relación con el running debe ser cuidada a menudo. No debes dejarte llevar por la monotonía y debes introducir novedades que te hagan disfrutar del running como el primer día. La buena noticia: que tienes tantas cosas por probar que puedes estar toda tu vida cambiando. Prueba carreras cortas, o muy largas. Vete a la montaña, al campo. O haz turismo runner. Colecciona medallas de medias maratones. Prueba el duatlón o el triatlón. Corre con tus amigos, con tu pareja, con tus compañeros de trabajo... Hazlo como quieras, pero cambia, no hagas siempre lo mismo o te parecerá una obligación y perderás la motivación de continuar.
Aprende de los fracasos y mira hacia adelante
O mejor aún, no los llames fracasos. Acepta que las cosas malas suceden. Que no siempre te encontrarás en tu mejor forma. Que si hoy no has bajado tu marca, mañana lo harás. O que llegará un momento en que no la bajes más. No pasa nada. Siempre puedes buscar nuevos retos. Pero lo que es mejor es aceptar que no estás corriendo por un reto concreto, sino simplemente por el placer de correr. Ese día, serás runner para siempre.
Busca nuevas carreras
Apuntarse a una carrera nueva nos hace sentirnos como el primer día. ¿Cómo será el recorrido? ¿Habrá mucha gente animando? ¿Qué música pondrán en la salida? Tenemos la suerte de contar con un calendario de carreras muy variado. Aprovecha para buscar nuevos desafíos y colecciona líneas de meta.
Explota el lado social
Tener un grupo de runners es otra de las cosas que te harán querer correr toda la vida. Con una afición en común como el deporte, podréis hacer juntos muchas actividades que vayan más allá del mero hecho de correr: viajes a participar en pruebas internacionales, quedadas para entrenar por la mañana que incluyan un buen almuerzo, celebraciones de cumpleaños, fiestas runner... Como casi cualquier ámbito en la vida, correr se disfruta mucho más (y durante más tiempo) con amigos.
Aprende de los cambios de tu cuerpo
Con el tiempo, tus piernas o tu sistema respiratorio no funcionarán igual que al principio. No quiere decir que funcionen peor. De hecho, lo normal es que cada vez funcionen mejor. Que te fatigues menos haciendo cosas de tu día a día, o que gracias al running superes tus problemas de espalda. Muchas de las cosas que ahora das como normales no serán así dentro de unos años. Correr es una estupenda forma de conocernos y de saber cómo vamos evolucionando. Si pones un poco de atención, podrás ver cómo cambia tu cuerpo. Toda una lección de vida.
Cuidate
Indudablemente, lo más importante si queremos seguir corriendo toda la vida, es tener un cuerpo que lo soporte. Prevenir lesiones y preparar nuestro cuerpo para el ejercicio son las claves de una vida runner eterna. Estira bien después de cada carrera. Calienta correctamente. No hagas sobreesfuerzos. Aliméntate bien. Ve al fisio frecuentemente. Hidrátate, protégete en las horas de más calor. Tu cuerpo se va a ir haciendo más fuerte conforme acumules kilómetros. Pero si no lo cuidas, puede resentirse en cualquier momento. Está en tu mano que la maquinaria aguante hasta que tú quieras.