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Tengo agujetas, ¿puedo seguir entrenando?

Por Luis Miguel del Baño para carreraspopulares.com
Martinmark_Dreamstime.com
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Las conoces perfectamente. Son como ese viejo amigo indeseable que, cuando te lo vuelves a encontrar, te pide dinero. Es decir, alguien a quien no te gustaría volver a tener en tu día a día. Aún así, y por mucho que sepamos de ellas, las agujetas siguen siendo unas desconocidas. Generalmente te aparecerán en una época en la que has vuelto a entrenar después de un tiempo sin hacerlo, has ejercitado un grupo de músculos que tenías olvidados o en la que has elevado la carga de intensidad respecto a tus anteriores ejercicios. Puede resultar frustrante , pero no por ello hace falta que pares por completo de ejercitarte.

No entraremos en el debate de cómo se pasan y cómo acabar con ellas, sino en si puedes o no continuar con tus entrenamientos mientras las padeces. En el fondo, y siendo realistas, “la mejor medicina para curar unas agujetas es el descanso”, nos explica David Sorní, médico especialista en lesiones deportivas. “Hemos sometido al cuerpo a un desgaste excesivo” y se resiente. Aún así, las agujetas “no son una lesión grave”, y podemos introducir algún tipo de movimiento o actividad física moderada mientras esperamos a que nos desaparezcan. Eso sí, debes diferenciar entre el tipo de agujetas que tengas.

Si son de alta intensidad

Descanso activo o buscar otro grupo muscular para seguir nuestra actividad son una buena opción. En este caso, con agujetas intensas, no es del todo recomendable el ejercicio en las zonas afectadas. Piensa que las agujetas son, según los principales estudios, pequeñas lesiones que sufre nuestro cuerpo tras un ejercicio intenso. Podemos ser capaces de seguir entrenando aunque estén presentes, incluso puede que nos venga bien, es cierto, pero si esas pequeñas lesiones son de alta intensidad, el entrenamiento normal no es recomendable. En este caso, hay otras posibilidades.

“Podemos realizar algún tipo de ejercicios, pero deberán ser muy suaves ”, matiza Sorní, sin elevar la intensidad hasta que el dolor vaya remitiendo, es decir, probablemente uno o dos días después. “Casi debemos tomarnos estos ejercicios como un calentamiento leve”, sin forzar la máquina. Ten precaución, porque “cuando la zona se haya calentado puede que notemos menos el dolor provocado por esta lesión, y que eso nos confíe a aumentar la carga”. Echa el freno.

Practicar estiramientos también es recomendable. Los estiramientos “nunca te vendrán mal”. Nuestra circulación sanguínea se reactiva y gracias a ellos recuperamos movilidad articular y nuestros músculos pierden el posible agarrotamiento al que les somete el ejercicio.

Masajes y técnicas de fisioterapia. Cada cierto tiempo debemos introducir masajes de descarga en nuestra rutina de entrenamiento. Quizás este no sea un mal momento. Puedes aprovechar el pequeño parón para seguir con tu planning introduciendo algún masaje que siempre te vendrá bien para activar la circulación sanguínea en la zona. Así pierdes las menores sesiones posibles.

Si son de baja intensidad

En principio, la respuesta a si podemos seguir ejercitando es “sí, podemos”, según Sorní. Aunque haya agujetas podemos entrenar siempre y cuando éstas no sean muy acuciantes y el entrenamiento soga unas pautas. Lo primero que debes tener en cuenta es que nuestra actividad post-agujetas “debe ser una intensidad de ejercicio media-baja”. Lo que queremos es poder ejercitarnos, pronto y no caer de nuevo en otro día más de agujetas.Así que, realiza un calentamiento muy suave y más largo de lo normal. Si habitualmente calientas 10-15 minutos, esta vez calienta unos 20 minutos y “con una intensidad sensiblemente menor a la de tus ejercicios de calentamiento habituales.

A partir de ahí, “puedes hacer una sesión de entrenamiento de baja intensidad”. Introduce la lógica en ella. Si lo que quieres es seguir tonificando el cuerpo y “dentro de tu rutina de entrenamiento hay un grupo muscular que no está afectado por las agujetas, dedícate a esa zona”. Por ejemplo, si tenemos agujetas en los cuádriceps, podríamos hacer una buena sesión de core al día siguiente para dejar descansar las piernas pero sin perder un día de entrenamiento.

En el caso que vayas a entrenar un grupo muscular con agujetas, activaremos la circulación en dichas zonas y el efecto de la “vasodilatación hará que la sangre fluya por las zonas afectadas” haciendo trabajar también a nuestra recuperación. El contraste frío-calor tanto antes como después de ese entrenamiento suave es una opción a tener en cuenta. Hazlo con cabeza y sin pasarte.

SOBRE EL AUTOR

Luis Miguel del Baño
Periodista


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