Quién más, quién menos, todos los corredores lo hemos pasado mal en nuestros inicios. Yo mismo fracasé las primeras veces que empecé a entrenar, en la segunda sesión o como mucho en la tercera, lo mandaba todo al garete. Es que las pasaba canutas, me ponía a trotar con intención de hacer media horita y desde prácticamente el inicio del entrenamiento iba resoplando y maldiciendo.
Lo que pasa es que los corredores tenemos una cabeza privilegiada —o absurda, según se mire— y cuando nos proponemos hacer algo vamos a por ello hasta el final. Así que allí estaba yo, arrastrando los pies penosamente, sin prácticamente resuello, dispuesto a completar los 30 minutos tal y como me había propuesto. Y sí, los completaba. Lo que pasa es que acababa destrozado, y además el dolor de piernas me duraba varios días. En esas circunstancias, era lógico que a las primeras de cambio decidiese dejar de intentarlo, aquel esfuerzo sobrehumano no merecía la pena.
A base de hacer el bestia, al final me enganché a esto de correr. Fue a la quinta o sexta intentona, no me acuerdo. Pero desde siempre me ha llamado la atención que casi todo el mundo pasa por el mismo suplicio por el que yo pasé. Y es habitual hablar con personas que te dicen que les encantaría correr, pero que es imposible porque “yo no valgo para eso”, “correr es muy duro para mí”, “yo no aguanto nada, soy incapaz” y mil comentarios similares. Hay una mezcla de miedo al sufrimiento, pereza e inseguridad. Y a eso se le suma lo poco atractivo que resulta, a priori, la actividad de correr.
Con todos estos ingredientes, hace mucho tiempo que empecé a darle vueltas al tema. Correr aporta una felicidad infinita, es sano, entretenido, disfrutas del paisaje, convives con otras personas. Y yo quería ayudar a la gente a disfrutar de ello. ¿Por qué la gente no se engancha? Porque lo pasa mal, ése es el quid de la cuestión: si evitamos que la gente sufra, desaparecerá el principal obstáculo para correr. Y a partir de esa premisa, confeccioné un plan perfectamente asumible para cualquier ser humano, aunque no haya corrido en su vida.
Como los corredores somos unos animales —eso ya lo he dicho muchas veces—, el gran problema es que nos empeñamos en rodar media hora desde el primer día. ¿Cómo no vamos a pasarlo mal? Lo raro es que no acabemos en Urgencias. Lo que hay que hacer es empezar andando, y vamos introduciendo pequeños tramos de trote muy suave, tramos que al principio serán de dos minutitos, no más. Hay quien se extraña porque considera que es muy poco. ¿Y qué más da? Si no has corrido en tu vida, ¿qué prisa tienes por correr 30 minutos del tirón? Puedes esperar unas semanas para lograrlo, ¿no?
Pues de eso va este plan que diseñé hace ya algún tiempo, de empezar poco a poco, con cargas muy ligeras y muy asumibles. El cuerpo trabaja, claro que sí, pero a niveles que podemos soportar con facilidad: se trata precisamente de eso, de acabar satisfechos con el ejercicio que hemos hecho, pero no destrozados física y psicológicamente. Ésa es la clave: los primeros días, el objetivo es, sencillamente, que no se nos quiten las ganas de volver a correr. Con este sistema, he conseguido que cientos de personas se enganchen al running, y que lo hagan además de una forma saludable. Paciencia, sentido común y ganas de disfrutar, eso es todo lo que se necesita. ¿Os animáis? Os invito a ver el vídeo en el que lo cuento. Y ya me contaréis si funciona el método.
Son los tipos de pisada de los corredores. Casi todos lo sabemos ya. Pero no es tan simple. Como nos explica el entrenador Alexis Missiego, lo mejor es que sea un especialista quien decida el tipo de pisada. Además, nos da unos útiles consejos para mejorar la técnica de carrera y evitar lesiones.
Si has comenzado a correr hace poco lo lógico es que hayas notado las molestias normales del principiante. Agujetas o dolores musculares son habituales, pero tienen un motivo y se pueden evitar.
Estirar no es divertido, y siempre nos cuesta hacerlo. Pero como dice el escritor y corredor Javier Serrano, es fundamental. En ese vídeo-artículo nos da unos consejos básicos.
Los atletas populares, por lo general, somos gente de altos kilometrajes. Si a eso le sumamos que, también por lo general, somos gente de cierta edad ...
Pero mi fisio hace mucho más que eso: me entiende, me soporta, me da consejos, me anima, me motiva y, sobre todo, aplaca mis ansias de correr cuando no puedo (o no debo) hacerlo.
Tarde o temprano te acecharán. Pero debes hacer todo lo posible por evitarlas. Luis Baraja nos cuenta cuáles son las tres lesiones más frecuentes en el running y cómo solucionarlas.
Algunas actitudes antihigiénicas de los corredores pueden molestar a los que comparten carrera con ellos. Mario Trota nos cuenta cuáles son y cómo podemos evitarlas. Para que al menos haya unas normas básicas que nos ayuden a respetar a los demás.
La pregunta más recurrente en consulta es: ¿Por qué me lesiono? Si tuviéramos una respuesta a esta pregunta sería el fin de las lesiones. Por eso hemos querido analizar los factores lesionales para intentar resolver la eterna pregunta. En algunos casos podremos actuar y mejorar, pero en otros no.
El running virtual ha ganado popularidad en los últimos años, permitiendo a los aficionados disfrutar de la emoción de las competencias desde la comodidad de su hogar. Pero, ¿sabías que también puedes llevar esta experiencia al siguiente nivel en carreras virtuales?
Conducir por puertos de montaña es una experiencia estimulante pero desafiante, especialmente cuando se recorren carreteras empinadas y sinuosas como las de La Carrera.
Después de hablar tanto de ritmos, marcas, entrenamientos duros o umbrales de esfuerzo, ahora toca hablar de algo a lo que a menudo no se le presta toda la atención que se le debe: el descanso. El entrenador de atletas populares David Calle nos explica por qué es tan importante para el entrenamiento.
Si sabemos andar de una manera eficiente en las subidas en montaña, seremos capaces de ganar tiempo y ahorrar energía. Además, con un par de pautas, evitaremos dolores innecesarios. Aprende cómo en este vídeo.
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Las zapatillas (para casi todos los corredores) son el bien más preciado a la hora de correr. Por eso es importante estirar su uso unos pocos kilómetros más. Te damos unos consejos para que tus zapas pasen contigo más tiempo a pleno rendimiento.