Estrategias cognitivas aplicadas al deporte de resistencia
Por Pedro Fernández López para carreraspopulares.com
¿Qué significan estas palabras? Estrategias cognitivas son las actividades y procesos mentales que los deportistas utilizan de una manera consciente o inconsciente y con las que pueden mejorar su rendimiento.
Nuestro rendimiento deportivo en pruebas de resistencia, como ya hemos dicho en otras ocasiones, viene determinado en mayor parte por nuestras condiciones y nuestra capacidad fisiológica, y sabemos también que las diferencias individuales en cuanto al rendimiento se deben además a la parte psicológica o personal del deportista.
Se ha estudiado que las estrategias cognitivas utilizadas durante el esfuerzo físico intenso y prolongado podrían ser las responsables de al menos una gran parte de estas diferencias, ya que nos son útiles para enfrentarnos a momentos de fatiga, dolor y malestar, influyendo directamente en el principio básico de los deportes de resistencia: máxima eficacia con el mínimo gasto de energía; el “esfuerzo económico”.
Según Morgan Pollock, existen dos tipos de estrategias: Asociativas y Disociativas o distractivas.
-Las Asociativas son aquellas en las que el deportista, el atleta, presta toda su atención a las sensaciones físicas generadas por la propia actividad física. Es decir, está siendo consciente de señales corporales como el estado de sus músculos, la existencia o no de fatiga en ellos, la respiración (en qué nivel de respiración está, está introduciendo el oxígeno necesario para el nivel de consumo de su cuerpo), temperatura, ritmo cardíaco, etc.
-Las Disociativas o distractivas: la atención y consciencia del atleta están fuera de sus sensaciones físicas, centradas en aspectos intra e interpersonales: aquello que les rodea, el paisaje, la temperatura, olores, viento, personas, ruido, música.
Tras varios estudios realizados con distintos tipos de deportistas y de distintos niveles se llego a las siguientes conclusiones:
Las estrategias disociativas o distractivas produjeron una disminución en la sensación de fatiga. Esto no quiere decir que se estuviera menos cansado a nivel fisiológico o muscular, simplemente que se percibía menos. Esto es importante y desencadenante de otros factores psicológicos destacados en la carrera y desencadenantes de posiciones emocionales positivas como la automotivación o la estima. Lo primero para ser mejor es sentirse mejor.
Por lo tanto, reducen la posibilidad de procesar señales internas de dolor y malestar, muy importante para momentos finales de las carreras de larga distancia.
En dichos experimentos, se recogieron datos que apuntan a que la frecuencia cardiaca no se ve afectada por la estrategia cognitiva empleada. Tampoco es posible asegurar que el consumo de oxígeno, o el nivel de lactato en sangre, se vean influenciados por la estrategia cognitiva empleada.
Máximo redimiento
Mi opinión es que, si bien es cierto que no se obtuvo medida en esta dirección, para mí todo proceso emocional y cognitivo es psicofisiológico. Es decir, tiene una respuesta automática en el cuerpo. Por lo tanto, sí que la frecuencia cardiaca puede tener variaciones en función, no tanto de la estrategia cognitiva, si no de los resultados de esa estrategia. Si lo que percibimos es negativo a través de una técnica asociativa, tendrá un efecto cardiaco y, por lo tanto, de consumo de oxígeno y de lactatos.
Según nuestro nivel de deporte, será más adecuado el empleo de una u otra estrategia. En competición, debemos mantener la concentración en las señales corporales para alcanzar y ser capaces de mantener altos niveles de esfuerzo de una manera segura y saludable, además de eficiente. Mediante la capacidad de autoregularnos para lograr el máximo rendimiento.
Es necesario realizar una buena estrategia cognitiva Asociativa, si bien es cierto que lo perfecto sería, en situaciones de competición en las que es muy positivo, utilizar ocasionalmente estrategias distractivas o disociativas, ya que no interferirán en ese “esfuerzo económico”. Por lo tanto, atención continuada a las señales internas, unidas con momentos de distracción para de nuevo volver a la estrategia asociativa.
Para niveles de deporte más bajos (iniciación), entrenamientos suaves, o para aquellas personas que tienen como objetivo en el deporte el mantenimiento, los estudios demuestran que la distracción disminuye la sensación de fatiga y aquellos síntomas físicos de esfuerzo. En estos casos, lo más adecuado serían las técnicas cognitivas disociativas, evitando así el abandono y logrando una mayor satisfacción.
Debemos ser conscientes de que, mientras realizamos nuestra actividad deportiva, realizamos muchos procesos a otros niveles más allá del físico. Seguro que muchos ya conocíais este tipo de estrategias, al memos a nivel experimental o vivencial, no tanto con nombres técnicos, pero sí de forma “inconsciente”. Si sois conscientes de vuestros recursos, eso hará que podáis manejarlos y utilizarlos a vuestro favor , logrando así evolución, eficacia y eficiencia.
Pedro Fernández López. Desarrollo de Cualidades Humanas para el Alto Rendimiento Profesional.
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