Las carreras más raras del mundo (VI)
Por Chema Martínez Pastor para carreraspopulares.com
Volvemos a repasar las carreras más raras del mundo. En cuanto a propuestas, la mente humana no deja de sorprendernos, y cada búsqueda de carreras raras que hacemos nos muestra una vez más que lo nuestro es divertirnos, y que hacemos todo lo posible por sacar el lado más fiestero del running.
Abróchate el cinturón porque de nuevo están con nosotros... ¡las carreras más raras del mundo!
Brain Freezer 5K
Cuándo: mes de julio
Dónde: Burlington, Vermont (Estados Unidos)
Modalidades: 5K
Página web
El procedimiento es fácil, de hecho ya hemos hablado de varias carreras similares. Sin embargo, el reto “foodie” es de los más duros: los participantes en esta carrera al norte de Estados Unidos deben correr dos kilómetros y medio, tomarse medio litro de helado y volver al lugar de la salida. Evidentemente, estamos hablando de meses veraniegos, por lo que contamos con que el helado será una fresca recompensa. Sin embargo, tanto la cantidad a ingerir como la propia densidad del helado nos hace pensar que la vuelta no será tan placentera.
Aún así, se trata de una carrera divertida, solidaria y muy diferente. La organización anuncia que a cambio de la inscripción recibirás “una camiseta bonita, medio litro de helado, premios personalizados, cronometraje profesional y -lo más importante- el reconocimiento de tus amigos.”
Maratón Internacional de Bhutan
Cuándo: mes de marzo
Dónde: Punakha Dzong (Buthan)
Modalidades: Maratón y Medio Maratón
Página web
Si hay algo de lo que nos gusta hablar es de los maratones en países exóticos. Después de haber explorado los de Pyonyang o Kuala Lumpur, esta vez nos vamos a uno de los países más “bonitos, misteriosos e inaccesibles del planeta”. Estas últimas palabras no las decimos nosotros, sino los organizadores, que no escatiman en detalles en su página web para ponernos los dientes cada vez más largos.
El maratón y medio maratón discurren por parajes verdaderamente únicos, en la cordillera del Himalaya. Un circuito que alterna el camino asfaltado con el camino de tierra. El final de la carrera está situado en el templo budista de Punakha Dzong , donde se obsequiará a los finishers con el avituallamiento, medalla y camiseta de rigor. Premios que no serán nada comparados con el premio espiritual que nos llevaremos con nosotros mismos al haber corrido por semejantes parajes.
Bay to Breakers
Cuándo: mes de mayo
Dónde: San Francisco (Estados Unidos)
Modalidades: 12K
Página web
Esta carrera, elegida entre las “10 carreras más icónicas de Estados Unidos”, se viene celebrando desde hace más de 100 años, uniendo los célebres “docks” de la zona este de la ciudad con el extremo oeste, justo frente al océano Pacífico. Durante la carrera se sube alguna de las míticas cuestas de la ciudad californiana, pero sin duda se hace más llevadero por el apoyo de la gente que sale a animar, que básicamente es más de media ciudad.
Se trata de todo un acontecimiento, donde más de 50.000 personas se ponen en la línea de salida cada año, y la organización monta todo un fin de semana temático, donde no faltan los disfraces y el buen ambiente. Aunque la verdadera novedad de esta carrera consiste en su categoría de “ciempiés” donde compiten entre sí grupos de 13 corredores que deben correr unidos por una cuerda formando una sola fila .
End of the World Marathon
Cuándo: mes de diciembre
Dónde: Placencia (Belice)
Modalidades: Maratón y medio maratón
Página web
Terminamos con otro maratón exótico, esta vez en las costas del Caribe. El nombre de esta carrera tiene mucho que ver con su emplazamiento. No porque sus costas hayan sido identificadas como el fin del mundo (aunque el escritor Aldous Huxley en su día así las calificó). Se llama “Carrera del fin del mundo” porque su primera edición tuvo lugar en diciembre de 2012, justo la fecha que, según el calendario maya, señalaba el fin del mundo.
Afortunadamente, el mundo no acabó y se pudo celebrar la carrera, con tanto éxito que sigue en marcha desde entonces, ofreciendo al participante la posibilidad de correr por un entorno único. La región de Placencia no es ni más ni menos que una península con forma de brazo de tierra de 22 kilómetros de longitud y en algunas zonas con poco más de 10 metros de ancho. Una ocasión incomparable para conocer una zona del Caribe que suele estar fuera de los mapas y empaparse de la cultura maya.