¿Por qué algunos corredores hacen trampas?
Por Chema Martínez Pastor para carreraspopulares.com
La semana pasada nos enteramos de una noticia que nos hizo sentir bastante tristeza: más de 5.000 corredores han sido descalificados del maratón de Ciudad de México por haber hecho trampas. No se trata de una cifra pequeña. Teniendo en cuenta que 28.000 corredores habían cruzado la meta, quiere decir que más del 15% de los participantes no cumplió con el paso por todos los puntos de control de la prueba, causa principal de la mayoría de las descalificaciones.
Noticias como esta nos ponen tristes, porque significa que hay gente con la que compartimos sitio en las carreras que no respeta y quiere este deporte tanto como nosotros lo hacemos. Lo cual nos lleva a hacernos la siguiente pregunta: ¿por qué la gente hace trampas en un maratón? Hoy en día, además, con la presencia global de las redes sociales, es muy fácil que tu conducta acabe siendo no solo descubierta, sino compartida y anunciada en muchos rincones de la web.
Recordemos que no sólo los que se saltan controles hacen trampas. También en España hemos tenido casos como el de la falsificación de dorsales del Maratón de Madrid. Gente a la que no le importa llevar la contraria a las normas con tal de ponerse una medalla y presumir de ello ante sus amigos.
¿Por qué se hacen trampas?
La respuesta a esta pregunta no es tan obvia como puede parecer. Que un porcentaje de personas tan grande se apunte a un maratón y falsee sus resultados haciendo trampas es como para pensar que no se trata de un fenómeno realizado por “mala gente” o “malos deportistas”. Antes de pensar que estamos rodeados de tramposos, nos gustaría hacer con vosotros este ejercicio de reflexión. ¿Qué lleva a alguien a hacer trampas en una carrera?
- La cultura de la victoria. Vivimos en una época en la que el fracaso está mal visto. O mejor dicho, en la que cualquier cosa que no sea conseguir un reto se nos enseña que está mal, porque nuestra meta en la vida es tener éxito. Se premia tanto los logros de cualquier tipo que parece que no conseguirlo nos excluye de la sociedad. Muchos corredores que no tienen fuerzas para acabar se ven “obligados” a hacerlo simplemente porque no se ven capaces de decir a los demás que no lo consiguieron.
- Postureo. Como todo fenómeno que se pone de moda, las carreras están expuestas a convertirse en una meta que todos quieren lograr para presumir de ello o para sentirse parte de una corriente. Pero muchos olvidan que los logros en carrera deben conseguirse gracias al entrenamiento. Los corredores con menos “espíritu deportivo” no tienen reparos en perder su dignidad como competidores a cambio de una bonita foto con una medalla.
- Poca tolerancia al sufrimiento. Están los que, sencillamente, no les apetece seguir sufriendo en la carrera debido al cansancio y toman “vías alternativas” para conseguir sus objetivos.
- Para conseguir lo que es suyo. Por el hecho de haber pagado una inscripción, solemos pensar que tenemos derecho a todo lo que la organización entrega a los participantes. Entre ello, la medalla. El razonamiento de mucha gente es “si he pagado la medalla al apuntarme, ¿por qué no me la voy a llevar a casa?” Los corredores de verdad sabemos que la medalla solo está reservada para los finishers.
- Para recoger sus pertenencias del ropero. Esta es una razón lógica y es normal que suceda por cómo están organizadas las carreras. Por razones de seguridad, la única forma de acceder al ropero de grandes carreras es a través de la línea de meta. De esta forma, los organizadores se aseguran que sólo los que están apuntados a la carrera pueden recoger las mochilas del guardarropa. Lo que está pensado como elemento de seguridad se convierte en un motivo de descalificación. Muchos de los corredores que cruzan la meta del maratón sin haber hecho corriendo todo el recorrido simplemente lo hacen porque no tienen otra forma de recoger sus cosas.
- Por fallos en el chip. Hay veces que un corredor no ha hecho trampa pero parece que sí, cuando los lectores de chip no registran su paso en un punto. Lo cual, si esto contraviene las normas, supone la descalificación automática de la carrera. Sin embargo, las organizaciones disponen de medios por los que un corredor puede reclamar para que se revise el vídeo de ese punto y confirmar que no hizo trampas.
En este último caso, hay muchos corredores que sabemos que no recogen la medalla reservada a los que han acabado. Pero los hay que sí. Afortunadamente, la mayoría de la gente en carrera es legal y solo busca divertirse y mejorar de forma natural. Esperamos que sea una tendencia pasajera y estas cifras se vayan reduciendo.