Suma y sigue: Santiago Hitos llega a los 300 maratones y nada le detiene
Por carreraspopulares.com
Hace muchos años que no mira el reloj, no le importan las marcas. Sólo quiere tomar la salida y llegar a la meta. No se ha retirado ni una sola vez de una carrera. Ni siquiera en alguno de los 300 maratones que soportan ya sus piernas. Santiago Hitos Olivera ha hecho honor a su apellido y ha marcado un nuevo hito en la historia del atletismo popular español. A finales de 2014 hablábamos con él cuando alcanzaba la redonda cifra de 200 maratones. "Entonces me puse el reto de llegar a los 300 maratones", cuenta. Y lo ha conseguido a comienzos de este mes de julio, en Jaén. Cuatro años y medio le ha costado, a una media de más de 20 maratones al año.
"Yo sólo quiero disfrutar de correr", asegura Hitos, de 61 años, que empezó en el deporte de las zancadas a principios de los 90. El Maratón de Barcelona de 1991 fue el primero. Pero la fiebre por completar cada vez más maratones por año comenzó más tarde, teniendo su momento álgido en 2018. "Era mi reto de los 60 años, quería batir mi récord", asegura. "Hice 35 maratones el año pasado y 15 de ellos en 15 semanas seguidas".
La consecución de los 300 maratones ha tenido que esperar un poco este año: "Tuve que suspender mi participación en dos maratones. En mayo corrió el de Martín Fiz en Vitoria ("he corrido las 17 ediciones"). Y en junio pisó un poco el acelerador antes del parón veraniego; corrió 4 maratones y un ´ultra´ de 70 kilómetros en Cantabria (aunque ese no cuenta para la lista, claro).
El pasado 7 de julio, el Maratón en Pista de Jaén celebró por todo lo alto que uno de los participantes llegara a la mágica cifra de los 300. Tras dar 104 vueltas a la pista de atletismo, en la última muchos de los participantes, que ya habían acabado, se unieron a Santiago para cruzar juntos la meta. "Me dieron un trofeo y la organización se portó muy bien, todos se volcaron conmigo. Es algo que me ha dado muchas alas".
Echando cuentas
Santi ocupa el número 1 en el ranking de españoles con más maratones. Eso sí, son todos oficiales, organizados, nada de salir a correr un día 42 kilómetros por su cuenta y registrarlo en el reloj. Algo que supone una dificultad añadida, sobre todo por los traslados y las cuestiones logísticas. No hay maratones organizados cada día y cerca de casa. Así que la agenda de Santi Hitos está más programada que la de un ministro. Y las cuentas que hace para poder costear su afición son la envidia del director financiero de muchas empresas.
"Soy un corredor ´low cost´", asegura. "Me llevo la comida de casa, vuelo en aviones baratos y me alojo en pensiones y albergues". Además, si el maratón no es muy lejos, viaja el sábado y vuelve el domingo. En alguna ocasión, apenas pasa unas horas en la ciudad en la que va a correr.
Para un maratón de Sevilla, Santiago viajó en autobús toda la noche, llegó dos horas antes de la salida y tomó otro autobús de vuelta a casa cuando acabó la carrera. Además, "llevo una vida austera, no me gasto nada en fiestas, no tengo otras aficiones; sarna con gusto no pica". Este funcionario jubilado dedica ya la mayor parte de su tiempo a su pasión por correr.
Santiago asegura que en todo este tiempo no ha tenido lesiones de gravedad. "No me he gastado un céntimo en fisios. Ya me gasto mucho las inscripciones y viajes. Si tengo dolor descanso, voy al mar y meto el pie en agua. El mar es mi traumatólogo y mi farmacia. Si veo que no me duele nada, sigo".
Hasta que el cuerpo aguante
¿Y cuáles son sus planes de futuro? Empezando por el más inmediato. Su respuesta nos sorprende: "Voy a descansar dos meses, voy a cargar las pilas", asegura. "He estado de flor en flor (de maratón en maratón) como las mariposas". Va a descansar de las carreras, porque en realidad seguirá corriendo, entrenando para lo que está por venir.
¿Se plantea llegar a los 400 maratones? "No quiero dar cifras, ahora voy a disfrutar a correr maratones a los que no he ido", responde. "En España los he corrido todos". Así que se plantea objetivos más por gusto que por batir récords. Le gustaría cruzar el "charco" y correr maratones en Buenos Aires o Santiago de Chile. O quizá en Tokio o Sydney. Pero entiende que es muy complicado y caro. Aunque su mayor ilusión es participar en el más grande, el de Nueva York, cuando cumpla los 65 años, y acompañado de su hija.
"A mí no me retira ni una grúa de gran tonelaje", afirma rotundo. "Tengo mucha moral. Quiero seguir hasta que aguante. Pero cuando tenga 70 años ya no voy a poder batir mis récords, como el de 35 maratones en un año". Y cuando se le insiste un poco más, sí que fija un objetivo concreto y da una cifra. "Tengo ilusión por llegar a los 400, tengo tiempo hasta los 70 años". Aunque lo dice con la boca pequeña: "Tengo muchos sueños, pero prefiero no decirlos, prefiero hacerlos realidad".
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