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Cuídate por fuera: tu piel también corre

Por carreraspopulares.com

Muchos son los órganos de nuestro cuerpo que intervienen en nuestra carrera. Tanto los que tienen que ver con el movimiento (músculos, huesos, tendones...) como los que se encargan de procesar y generar la energía que necesitamos (pulmones, corazón, sistema digestivo...) se ven directamente implicados en la realización del ejercicio. Es algo directo. Cuando corremos, nuestros músculos y nuestro corazón intervienen de forma directa. Y por eso tenemos que tener más cuidado con ellos para saber si el ejercicio les está afectando de forma positiva o hay que bajar en algún momento el ritmo.

Pero hay otras partes de nuestro cuerpo que, aunque no intervienen en el ejercicio, sí se ven directamente afectadas, y correr tiene consecuencias sobre ellas. Es el caso de la piel. Si bien no podemos decir que “corramos con la piel”, sí es muy cierto que nuestra piel también sufre o se beneficia de los efectos del running.

Correr es bueno para la piel

Vaya por delante esta afirmación: correr tiene muchas ventajas para tu piel. La primera es el efecto del aumento de la actividad sanguínea en el cuerpo, lo cual se transforma en una mayor renovación celular. Además de proveer oxígeno a las células de la piel, el aumento de flujo sanguíneo ayuda a deshacernos de los radicales libres, con lo cual estamos contribuyendo a disminuir la oxidación celular.

El aumento de la sudoración, en principio, no es ni beneficioso ni perjudicial para la piel. El sudor es una sustancia neutra, pero sí puede aumentar la presencia de células muertas, sebo o suciedad que bloqueen el folículo piloso, lo cual se puede traducir en un aumento del acné. El llamado “acné del deportista” no se produce por la presencia de sudor, pero sí es más frecuente por haber permanecido un tiempo con el sudor en la piel después de hacer ejercicio. El uso de prendas opresivas, gorras, mochilas o similares provoca un aumento en la fricción que puede resultar en la aparición de acné.

Para evitarlo, sigue estos consejos: dúchate con agua templada lo más pronto posible después del ejercicio, evita llevar prendas o complementos muy ajustados, y procura usar prendas que eliminen el sudor correctamente, ya que el exceso de humedad puede ser un caldo de cultivo para que aparezcan esos molestos granitos.

Otro beneficio para la piel es que correr disminuye los niveles de la hormona cortisol, asociada al estrés, lo que resulta beneficioso para pieles con tendencia a eczemas o psoriasis.

Cuidado con el sol

Por último, es muy importante que protejamos la piel del sol, usando para ello una crema protectora solar, aplicada antes del ejercicio, sobre todo si hacemos deporte en las horas centrales del día. Aunque, siempre que salgas a correr con el sol fuera, es buena idea proteger al menos tu cara con una buena crema de alta protección y una gorra. En caso de que vayas a estar largo tiempo corriendo, es buena idea que repitas la aplicación cada 60-80 minutos. Estas precauciones se multiplican si vas a practicar trail running, puesto que en la montaña aumenta tu exposición a los rayos solares.

Eso sí, procura usar cremas indicadas para hacer deporte, y evita las que son resistentes al agua, ya que por lo tanto, también lo serán al sudor y puede provocar la obstrucción de los poros de la piel, evitando eliminar toxinas, lo que puede traducirse en un aumento del acné.


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