Pensamientos que te ayudarán en tus largos de maratón
Por Abel García Contreras para carreraspopulares.com
Seguro que muchos de vosotros tenéis pequeños trucos para tratar de hacer más amenos esos largos preparatorios para el maratón. Cada uno tiene un tipo de distracción. Muchos lleváis música, otros vais con un compañero o pensando en el trabajo. Pero, en realidad esos entrenamientos son tan extenuantes y tan extremos que, en ocasiones, la mente se queda sin recursos. Aquí tienes unas cuantas ideas para entretenerte y, a la vez, para ir entrenando también la cabeza de cara al gran día.
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Traslada la distancia que llevas al trazado real del maratón
Antes de salir, estudia el trazado del maratón que vas a correr. Si, conforme avances en tu entrenamiento vas pensando a qué zona real del maratón correspondería la distancia por la que vas, tu mente se irá centrando en otras cosas en lugar de pensar si te está costando o no. Es una manera de evadirse, pero a la vez, es una manera de conocer a fondo y ´radiografiar´ mentalmente el trazado del Maratón que vas a correr. Así sabrás las zonas más amenas o, por ejemplo, las que tienen rectas más largas.
Mide tu tiempo del medio mataron versus segundo medio maratón
En los largos preparatorios de un maratón, probablemente correrás varias veces distancias superiores a los 21k, o sea, medio maratón. Puedes ir midiendo tu tiempo en esa distancia y saber, más o menos, cuánto te costará en la carrera real adaptando los ritmos que quieres llevar. Piensa que, para un corredor popular, es muy complicado que el segundo medio maratón sea más rápido que el primero. Si haces unos pequeños cálculos, sabrás si estás corriendo dentro de tus objetivos o no. De repente, estarás por el kilómetro 23 sin haberte dado cuenta.
Pruebas mentales
Los largos de maratón son el momento ideal para poner tu cuerpo y especialmente tus piernas a prueba, pero también puedes poner a prueba tu mente. Existen también entrenamientos mentales que, no sin una pequeña dosis de masoquismo, podrán hacer que tu mente esté preparada para pasar esos momentos más complicados:
El circuito
Es un caso real de un atleta de élite español. Cuando le toca en el plan de entrenamiento uno de los largos preparatorios que se acercan a los 30 kilómetros, no busca un lugar donde poder hacer 15 kilómetros en una dirección y otros 15 de vuelta. Tampoco un trayecto circular. Este atleta se establece un circuito de solo 1 kilómetro en un lugar conocido, por ejemplo, alrededor de un parque cercano a su casa. En ese circuito, sitúa a alguna persona cercana, por ejemplo en un banco. Empieza el entrenamiento que consiste en dar 30 vueltas a ese circuito de 1 solo kilómetro. Claro, la mente empieza a jugar malas pasadas a partir de la mitad del trayecto, que se hace cansado y repetitivo. Además, la presencia de alguien conocido hace que aumenten las ganas de parar y charlar un rato o ir con esa persona de nuevo a casa cada vez que pases por ahí. Si superas esas 30 vueltas, no solo habrás hecho una gran tirada larga, sino que tu mente habrá superado una dura prueba.
Cuenta pasos
¿Sabes cuántas zancadas es un maratón? Aunque sean 42 kilómetros, son menos de 42.000, pero son varios miles. Lo puedes averiguar durante tus entrenamientos. Estamos de acuerdo en que contar nuestras zancadas puede parecer algo asemejarse a los ´trabajos forzados´, pero con que lo hagas un rato, se te pasarán dos o tres kilómetros casi sin darte cuenta. En algún momento que, en tu largo de maratón o en alguna serie vayas a ritmo de competición, cuenta cuantas zancadas das en 100 metros, y luego, para afinar aún más, cuenta cuantas das en 500 metros. Ahora solo tienes que hacer un par de multiplicaciones y un par de sumas. Se te habrá pasado un buen rato sin que te des cuenta.
Las referencias
Seguro que casi sabrías medir a ojo distancias de varios cientos de metros. Cuando se te plantea una recta bien larga, sabes si tiene más o menos de un kilómetro. Podríamos decir que es ´deformación profesional maratoniana´. Cuando vayas entrenando, coge referencias de objetos o elementos que estén en tu trayectoria. Por ejemplo, una vaya o un árbol que esté en tu camino próximo. Intenta averiguar cuantas zancadas te separan de ese elemento y, por tanto, cuantos metros. Poco a poco irás afinando sorprendentemente y, además, se te pasarán unos buenos minutos con tu mente activa en otra tarea que no sea correr y solo correr.