Cómo el running me ayudó a aprobar mi oposición
Por carreraspopulares.com
Tener un objetivo claro a medio plazo (mejorar el tiempo en 10k, correr un maratón) es para la mayoría de los runners la única manera de cumplir con los entrenamientos durante cada temporada. Pero somos corredores populares; entrenamos y trabajamos, entrenamos y cuidamos de nuestras familias, amigos, casas y en algunas ocasiones... entrenamos y opositamos. ¿Qué nos pasa como corredores cuando el objetivo a medio plazo es aprobar una oposición? Este ha sido mi caso en el último año y la disciplina adquirida con mis entrenamientos me ha ayudado a abordar el proceso; espero que pueda serte útil también a ti si estás opositando o viviendo una situación similar de mayor carga laboral o personal.
¿Maratón de Sables? Una oposición es la más dura de las carreras por etapas, en la que la planificación es clave: hay que conocer la distancia (número de temas y tamaño), tu ritmo de carrera (el volumen diario que puedes estudiar), los avituallamientos a realizar (¡el mejor de los avituallamientos de una oposición puede ser... correr!)
De la misma forma que cumplo los planes de entrenamiento, organizaba las etapas de estudio diarias, cuadrándolas con las actividades obligatorias (trabajo/casa...) y encajando después el running. En esta priorización de actividades puede costar enormemente relegar el correr, pero teniendo claro que el entrenar debía estar al servicio del estudio pude seguir corriendo y sin presión.
Durante la fase inicial de la oposición (en la que aún no tenía fecha de examen) mi objetivo fue dosificar fuerzas y no “sobre-estudiar” por lo que pude mantener con ciertas alteraciones mi rutina de entrenamiento; entre semana entreno con mi equipo lunes y miércoles a última hora, por lo que bajaba a correr cuando había acabado la jornada de estudio. Esto me permitía relajarme después de un largo día de trabajo y estudio, asentar lo aprendido, cansarme física (y no sólo mentalmente) y desconectar (la única manera de dormir como un bebé).
El mayor cambio fue en el fin de semana. Es vital analizar el rendimiento al estudiar; en mi caso, es máximo en las primeras horas de la mañana. Por ello, aunque en sábados y domingos me gusta levantarme y bajar a correr para premiarme con un gran desayuno, tuve que mover el entrenamiento a última hora del día, siendo en este caso correr el premio a un buen día de estudio.
En la recta final de la oposición (cuando conocí la fecha del primer examen) tuve que derribar el muro: aquí puede aparecer el cansancio, nervios, agobios, inseguridades... el objetivo primordial es el estudio y aunque lo tengamos claro, puede ser duro tener que dejar de lado los objetivos atléticos que teníamos a la vista. Yo me sentía en el mejor momento de forma de mi vida tras correr mi primera media maratón , pero no, no era el momento de hacer mejores marcas personales, ni preparar otra media. No disponía del tiempo requerido para ello, lo que me podría llevar a no cumplir mi reto deportivo y mucho peor, el opositor. Además, el estrés de la oposición puede hacernos más propensos a padecer una lesión. La recta final es la etapa de no exigirte y correr ‘para soltar’. Prácticamente sólo pude mantener mis entrenamientos con el grupo (y casi siempre llegando tarde) por el placer de oxigenarme, moverme y no menos importante ¡socializar! después de pasar todo el día rodeada de folios. Alguna pequeña tirada en el fin de semana para controlar el estrés y paseos la mayoría de los días (para obligarme a abandonar la silla de estudio).
Y así llega el día del examen... Carga de hidratos, preparar la equipación, dormir lo suficiente... Conocemos bien esta rutina ¿verdad?
Todos los corredores sabemos que el running nos devuelve mucho más de lo que le damos. La disciplina, motivación y superación que he adquirido corriendo la he podido aplicar directamente al estudio y el continuar entrenando, siendo consciente de las adaptaciones necesarias, el complemento perfecto para opositar.
* María José es una atleta popular de Madrid y, hasta hace unos meses, preparaba una oposición que, felizmente, ha terminado aprobando.