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Diferencias entre salir a correr por la ciudad y salir a correr por la montaña: 10 cosas que debes saber

Por carreraspopulares.com

Salir a correr, ya sea por la montaña o la ciudad, se ha convertido en uno de los hábitos más comunes entre miles de personas, independientemente de su edad o condición física. Permite liberar estrés, perder peso, conocerse a sí mismo y mejorar las habilidades sociales. Además, es una interacción directa con el entorno que transmite paz y respirar aire puro. Pero, ¿qué diferencias existen entre salir a correr por la ciudad y la montaña?

Un estudio elaborado por el Gobierno de España en 2022, concluyó que casi seis de cada diez españoles (el 57,3%) practicó running durante ese año, un 3,8% más que en 2015. Los deportes al aire libre siguen siendo la opción preferente, predominando especialmente el senderismo y el montañismo (con el 30,8%) seguido del ciclismo (con el 28,4%).

Los datos más recientes revelan que un 10% de los españoles salen a correr con asiduidad, siendo sus principales motivaciones mejorar el aspecto físico y reducir el estrés. Siempre que se pueda, se opta por un entorno natural, pese a que el terreno sea más abrupto. No obstante, la rutina diaria obliga a tener que recurrir a parques o zonas próximas a ríos para disfrutar de un entorno natural en plena ciudad.

1. La forma física

Correr en la montaña requiere de una mejor forma física. Y es que el terreno es irregular, existen obstáculos (como rocas y árboles) y el cuerpo precisará de un mayor entrenamiento para resistir a las exigencias del entorno.

La preparación será fundamental. En un entrenamiento en montaña predomina el volumen frente a la intensidad, de tal modo que antes habrá que haber salido a correr por la ciudad, en llano, mínimo durante tres meses y unas 3-4 veces por semana. La clave es empezar con series cortas, para continuar con fartleck, carrera continua suave y posterior entrenamiento cruzado.

2. Las partes del cuerpo que se trabajan

Al correr por la montaña existe, por tanto, una mayor carga biomecánica que en un pavimento uniforme, de ahí que las caderas y músculos estabilizadores hagan un mayor trabajo. Con las subidas, la zancada se acorta y la tensión del músculo es mayor.

En el trail running se trabajan todos los grupos musculares, además de las piernas, por lo que el tren superior (core, pecho, hombros y abdomen) se verán fortalecidos. Es importante una fusión con el entrenamiento de fuerza. En las carreras por montaña se aprecia un menor impacto en las articulaciones, ya que la hierba, el barro o la tierra están blandos, mientras que en suelo firme la pisada dañará más los tobillos y rodillas.

3. El ritmo y la velocidad

Al salir a correr por la ciudad es más sencillo mantener un ritmo estable y rápido, mientras que al salir a correr por la montaña habrá tramos en los que se vaya más despacio, siendo incluso andar o escalar para sobrepasar obstáculos puntuales. La coordinación, el equilibrio y la concentración son fundamentales, ya que los pies deben moverse con plena agilidad e ir muy firmes para corregir caídas desafortunadas.

4. Control del tiempo

Parece una obviedad, pero al salir a correr por la montaña será más difícil planificar la ruta. En asfalto se pueden planificar entrenamientos de 30 minutos, sin temor a imprevistos, mientras que en montaña se puede tardar más tiempo, especialmente si es la primera vez que se recorre un determinado sendero.

5. El equipamiento

Para salir a correr por la ciudad bastará con unas zapatillas de running y ropa cómoda y transpirable. No obstante, en el caso de salir a correr por la montaña, será imprescindible utilizar un calzado específico, capaz de aportar mayor adherencia y resistencia frente a golpes, además de impermeable. Además, se recomienda llevar ropa de abrigo, ya que la carrera será más larga.

En la mochila de un runner que entrene en la montaña nunca debe faltar un teléfono móvil, una prenda de ropa ligera, comida y bebida. El monte puede convertirse en un entorno peligroso si no llevamos el material apropiado y las condiciones meteorológicas empeoran o sufrimos una caída.

6. La calidad del aire

Ni que decir tiene que quienes opten por salir a correr por la montaña disfrutarán de una mejor calidad del aire, ya que el contacto con la naturaleza irá asociado a unos menores niveles de contaminación.

Es muy importante saber que, al correr por la montaña, nos someteremos a cambios de temperaturas, debido a las variaciones de altitud. De ahí que se exija una mayor preparación previa, además de tener en cuenta las previsiones meteorológicas del momento.

7. El enfoque mental

Quienes practican trail running (salir a correr por la montaña), no tienen la posibilidad de desconectar por completo, tal y como sucede al salir a correr por la ciudad. Sobre el asfalto siempre se sabe hacia dónde se va y se es libre para desconectar. Además, al correr por pista podrás superar tus límites en materia de ritmo, incluso cuando estás en un espacio mental casi meditativo.

8. La frecuencia cardiaca

Tal y como se ha comentado con anterioridad, el ritmo y la velocidad variarán en función del usuario. No obstante, al salir a correr por la montaña el esfuerzo será mayor y, por ende, la frecuencia cardiaca se intensificará con respecto al running por ciudad.

9. Interacción social

Al salir a correr por la ciudad existirá la posibilidad de reforzar las habilidades sociales, pues no solo se podrá interactuar con el resto de personas y deportistas, sino que también será más sencillo encontrar a otros runners que nos siguiesen el ritmo. Para quienes prefieren salir a correr por la montaña, la libertad será un plus, aunque para otros esa soledad es un hándicap, así como la falta de seguridad.

10. Plena disponibilidad horaria

Al salir a correr por la ciudad será posible practicar deporte a cualquier hora del día, pues la iluminación artificial es un aliado para realizarlo. No obstante, quienes optan por salir a correr por la montaña están supeditados a un horario, existiendo menor capacidad de compatibilidad con otros aspectos personales.

Pese a las diferencias notables entre salir a correr por la ciudad y salir a correr por la montaña, tanto el running de asfalto como el trail running son muy beneficiosos para los corredores profesionales. De este modo, podrán integrar otra disciplina en su entrenamiento siempre y cuando se diese la oportunidad.

 

 


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