Iniciarse en el ejercicio físico
Por Francisco Gilo (1943 - 2024) para carreraspopulares.com
Determinación, entusiasmo y planificación, son fundamentales al decidir adoptar un estilo de vida saludable y activo. Al respecto, el especialista en medicina deportiva, Ricardo Javornick, comentó que noventa de cada cien personas que quieren bajar de peso y empiezan a hacer ejercicios sin plantearse un plan, con metas que puedan lograrse a corto plazo, tienden a fracasar en su objetivo.
Tomar la iniciativa de comenzar a ejercitarse es una conducta positiva, pero si lo que se busca es adoptar un estilo de vida saludable tenemos que convertir el ejercicio en un hábito, para ello debemos establecer normas y ser constantes en el entrenamiento.
Para el especialista en medicina deportiva, el éxito del entrenamiento planificado y las metas realistas radica en que las personas pueden notar su progreso a corto plazo y conseguir el estímulo que necesitan para mantenerse activas.
Manteniendo un promedio de pérdida de peso de medio kilo por semana, la persona estará saludable y en cuestión de meses puede lograr su objetivo, sin exigirse demasiado ni sentir frustración.
A quienes tomaron la decisión de adoptar un estilo de vida activo, el doctor Javornick les recomendó iniciar con al menos 30 minutos de ejercicios diarios. Esto puede ser con caminatas, practicando algún deporte o asistiendo regularmente al gimnasio.
Algunas de las ventajas que ofrecen estos centros de entrenamiento son: entrenadores que diseñen planes de trabajo individualizados, disponibilidad de equipos que ayudan a mejorar el acondicionamiento muscular y una amplia variedad de disciplinas deportivas que pueden practicarse en sus instalaciones.
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Noventa de cada cien personas que empiezan una rutina sin plantearse un plan, tienden a fracasar en su objetivo
A continuación se presentan algunos consejos para conseguir el éxito a la hora de iniciar una rutina de ejercicios:
-Reforzamiento positivo: Estar rodeado de personas que se ejercitan nos da la sensación de que esta práctica funciona para sentirse bien, ya que otros lo están haciendo y se ven sanos y sonrientes. Esto aumenta nuestra autoeficacia, ya que pensamos “si otro puede hacerlo, yo también soy capaz”.
-Trabajo colectivo: Hay personas que necesitan tener a otros a su alrededor para sentirse estimulados y elevar su rendimiento.
No creas en el mito de los carbohidratos: Los carbohidratos son el combustible básico de los músculos, al restringirlos notablemente e incrementar la actividad física se produce una fatiga que obliga a la persona a esforzarse más y le genera desazón al hacer ejercicios físicos.
-Variar el ejercicio: Los gimnasios brindan la posibilidad de practicar varias actividades, de acuerdo con su oferta de servicios. Si durante la semana alternamos ejercicios cardiovasculares, levantamiento de pesas, bailoterapia y clases de diferentes disciplinas, como Dragon Fight, el entrenamiento es más completo y nos sentimos más animados a seguir activos.
-La hidratación es vital: Hay que consumir suficiente agua antes, durante y después del ejercicio, así nos aseguramos de cubrir los requerimientos de nuestro cuerpo y evitar las molestias asociadas a la deshidratación.
No subestimes lo que comes y sobreestimes lo que haces: para quemar 300 calorías es necesario hacer media hora de ejercicios físicos con una intensidad entre moderada y ligeramente fuerte. Por lo tanto, no hay que descuidar la alimentación.
Qué podemos hacer los médicos en el inicio de una actividad física?
La responsabilidad de los médicos está en saber donde están nuestros fallos a la hora de prescribir una actividad física:
El fallo está en la consulta, porque no le detallamos al paciente qué tipo de actividad física debe hacer según su estado de salud, edad, enfermedades o necesidades físicas. Simplemente le decimos que camine, haga dieta, baje de peso y adelgace. En cambio, cuando prescribimos un remedio le precisamos la dosis, la frecuencia y el tiempo que lo tomará.
Con el ejercicio debe pasar lo mismo: tenemos que explicarle qué tipo de actividad necesita y cómo debe hacerla; dosificarle como si fuera un medicamento. Debemos conversar más en la consulta porque tenemos que acompañarlo en el cómo hacer, y motivarlo para que se inicie en el hábito de moverse.
Si una persona está sana, no tiene síntomas, anda de aquí para allá, hace las tareas cotidianas sin dificultades, no necesita ir al médico para empezar a caminar.
En cambio, la persona enferma, con molestias o factores de riesgo (obesidad, tabaquismo, sedentarismo, HTA, diabetes, arritmias, falta de aire, etc.) sí debe consultar al especialista antes de iniciar cualquier ejercicio físico.
La muerte súbita no es provocada por el deporte. En mayores de 35 años ocurre por un problema coronario, y en menores de 35 -incluidos los jóvenes y niños- se debe a miocardiopatías congénitas, que en estudios de rutina no siempre se detectan, de ahí la importancia de realizar un estudio médico-deportivo a todo aquel que haya incorporado a su estilo de vida una actividad como el correr. Con ello conseguiremos mayor garantía y más seguridad a la hora de ir incrementando ritmos y distancias.