Electrocardiograma de rutina para los deportistas jóvenes
Por Francisco Gilo (1943 - 2024) para carreraspopulares.com
Un historial detallado y un examen pueden revelar el riesgo de un adolescente de muerte repentina, afirman unos expertos.
Los expertos cardiacos de EEUU recomiendan que los médicos utilicen una lista de comprobación de 14 puntos en lugar de un electrocardiograma (ECG) al evaluar a los jóvenes respecto a las enfermedades cardiacas subyacentes que podrían resultar en un paro cardiaco repentino.
El sedentarismo sólo se combate con actividad física. Y, como hemos repetido en numerosas ocasiones, no se trata de convertirse en un atleta de competición. La clave está en modificar los hábitos sedentarios de vida y ocio y transformarlos de forma que se incremente nuestro nivel de actividad física y deporte. En el caso de los adultos sedentarios que llevan mucho tiempo sin hacer ningún tipo de ejercicio es conveniente que consulten a su médico: tan peligroso es para la salud no hacer nada de deporte como, en esa situación, lanzarse a un ejercicio exhaustivo y desmedido de forma aislada.
El sedentarismo, además de provocar por sí mismo un importante daño a nuestro sistema cardiovascular, contribuye a acentuar los efectos de otros factores de riesgo como la obesidad, la hipertensión o el colesterol. Una persona sedentaria tiende a tener sobrepeso, suele fumar y es habitual que tenga una alimentación desequilibrada.
Por el contrario, está demostrado que la actividad física y el ejercicio colaboran tanto en el mantenimiento del peso como en el control de las cifras de tensión arterial y colesterol.
La Asociación Americana del Corazón (American Heart Association) y el Colegio Americano de Cardiología (American College of Cardiology) dijeron en una declaración conjunta que un historial médico personal y familiar más detallado junto con un examen físico pueden ayudar a identificar a los jóvenes con riesgos genéticos o congénitos (que existen desde el nacimiento) de muerte cardiaca repentina.
La declaración, publicada en las revistas Circulation y Journal of the American College of Cardiology, también recomienda una distribución más amplia de desfibriladores externos automáticos en los lugares públicos, como los centros deportivos y las escuelas. Esos dispositivos pueden salvar vidas en caso de un paro cardiaco, dijeron los expertos.
Unos casos raros que han recibido mucha publicidad sobre las muertes de deportistas jóvenes mientras practicaban deporte han llevado a solicitudes en algunos países de evaluaciones obligatorias para todos los deportistas con un ECG, según un comunicado de prensa de las dos asociaciones cardiacas. Pero los cardiólogos afirmaron que esta costosa medida no está justificada.
El paro cardiaco repentino no es más común entre los deportistas jóvenes que entre otros adolescentes y adultos jóvenes, señalaron los médicos. "No se ha demostrado que usar los electrocardiogramas de doce derivaciones para detectar la enfermedad cardiaca cardiovascular congénita o genética como herramienta de detección en los jóvenes de 12 a 25 años sin hallazgos positivos en el historial y el examen físico salve vidas", dijeron los cardiólogos.
"La cobertura mediática de los paros cardiacos repentinos en los deportistas podría haber creado la impresión exagerada de que estos trágicos eventos son mucho más comunes de lo que en realidad son, o de que se limitan a los deportistas", señaló en el comunicado de prensa el Dr. Barry Maron, jefe del panel de redacción de la declaración y director del Centro de Cardiomiopatía Hipertrófica del la Minneapolis Heart Institute Foundation.
Evaluación y antecedentes
"Los que no participan en deportes son igual de propensos a tener las enfermedades cardiacas genéticas que aumentan el riesgo de muerte súbita".
Dado que hay muchísimos más no deportistas (solo alrededor del 1% de los estudiantes universitarios y el 30% de los estudiantes de secundaria participan en deportes de competición) hay más muertes entre los no deportistas que participan en deportes recreativos y en las actividades cotidianas normales", señaló Maron.
Según los expertos cardiacos, las preguntas que los médicos deben preguntar para evaluar los riesgos cardiacos incluyen si un paciente ha experimentado o no desmayos, dolor de pecho, falta de aire o fatiga sin explicación durante el ejercicio.
También se debe preguntar a los jóvenes sobre sus antecedentes familiares, lo que incluye si algún pariente cercano ha muerto o no a una edad temprana por una enfermedad cardiaca o afección del corazón que tenga que ver con el músculo cardiaco o el ritmo cardiaco. Además, ¿alguna vez se ha restringido su participación en los deportes o recibieron pruebas cardiacas indicadas por su médico?
Si cualquiera de esos factores es positivo, quizá se necesiten pruebas adicionales para identificar defectos cardiacos.
Aunque un ECG puede ayudar a detectar la enfermedad cardiaca congénita que puede conducir a la muerte cardiaca repentina, esa prueba no se debe utilizar a menos que un médico haya determinado que un joven corre un riesgo más alto de una anomalía del corazón, aconsejaron los expertos.
Los ECG pediátricos pueden ser particularmente difíciles de interpretar, dado que los resultados cambian con el crecimiento y el desarrollo, advirtieron los expertos.
Además, la evaluación de los defectos cardiacos congénitos mediante ECG resultaría costosa. Tan solo evaluar a los deportistas jóvenes costaría inicialmente al menos dos mil millones de dólares al año.