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La diarrea en el corredor

Por Francisco Gilo (1943 - 2024) para carreraspopulares.com

Los atletas de resistencia a menudo sufren problemas gastrointestinales con peristaltismo aumentado, diarrea y meteorismo, incluso cuando están en reposo. Los expertos sugieren, sin embargo, que el ejercicio moderado realizado regularmente puede reducir el riesgo de determinadas alteraciones gastrointestinales, incluyendo a las úlceras, el síndrome del intestino irritable, la indigestión y la diverticulosis. Las personas de edad avanzada que practican ejercicio con regularidad pueden tener un menor riesgo de hemorragia gastrointestinal grave.

En los deportes de larga duración y gran desgaste físico, tales como el ciclismo, la maratón o el triatlón, entre otros, en los que es imprescindible que durante la actividad haya un aprovisionamiento y una adecuada ingesta de líquidos, es frecuente la aparición de molestias digestivas, entre ellas, la diarrea osmótica.

Este tipo de alteración gastrointestinal se caracteriza por la salida, hacia la luz o lumen intestinal, de gran cantidad de líquido, lo que suele estar asociado a dolor abdominal y flatulencia.

¿Cuáles son las causas? Existen sustancias como la glucosa que en el intestino arrastran hacia sí líquidos corporales, debido a que tienen una gran osmolaridad o carga osmolar. Si este nutriente se ingiere a una elevada concentración, provoca la salida hacia la luz del intestino de gran cantidad de líquido, lo que da lugar a la diarrea osmótica.

La diarrea osmótica suele ocurrir cuando se toman conjuntamente bebidas específicas para deportistas junto con pastelillos de arroz o barritas energéticas, ya que la concentración de hidratos de carbono "en suma" es muy alta y de gran carga osmolar. La consecuencia directa de la diarrea, de no instaurar las medidas adecuadas, es la deshidratación.

¿Cómo prevenirla? Para evitar este alteración digestiva, hay que evitar la sobrecarga de hidratos de carbono durante la actividad deportiva. Por ello, no se debe tomar nunca juntos una bebida isotónica junto con preparados energéticos específicos para deportistas.

Lo más adecuado es tomar la bebida sola y, cuando sea necesario, agua junto con pastelillos de arroz o similares o barritas energéticas.

Los probióticos (microbios que normalmente se alojan en las mucosas del organismo y que forman parte de la flora bacteriana) son eficaces para prevenir la diarrea que se produce a veces como consecuencia de los tratamientos con antibióticos.

Siguiendo con el problema que nos trae este artículo sobre las causas de la diarrea en el corredor: En capacidad de transporte, el intestino delgado excede al intestino grueso. Por tanto las causas infecciosas, tóxicas o de otra naturaleza, que provocan un aumento en la secreción del intestino delgado pueden superar los mecanismos de absorción del colon y dar lugar a la diarrea. Estas distinciones fisiológicas son útiles tanto para el diagnóstico como para el tratamiento de los trastornos diarreicos.

De las múltiples causas de diarrea, los agentes infecciosos se encuentran entre los más importantes, ya que causan enfermedades agudas, que a veces ponen en peligro la vida; sin embargo, a pesar de que la mayoría de los casos son tratables, siempre es importante la prevención, a través de adecuadas prácticas de higiene (lavado de manos después de ir al baño, antes de preparar alimentos, aseo adecuado de alimentos y utensilios de preparación, etc).

La deshidratación, desnutrición, pérdida de peso y síndromes específicos por deficiencias de vitaminas, son signos comunes en la diarrea, según su causa, intensidad y cronicidad.

La prioridad, una vez que ha sido eliminada la causa a través del tratamiento médico, es la reposición de líquidos y electrolitos; posterior a esto se presta atención a los aspectos nutricionales.

En la diarrea leve a moderada, en la que la persona no se ha deshidratado aún, la recomendación es suministrar una solución comercial de rehidratación oral de electrolitos y glucosa con potasio adicional, que tenga una proporción adecuada de carbohidratos - sodio (idealmente 2:1).

Los líquidos sin base fisiológica para uso en casos de diarrea aguda, que se recomiendan frecuentemente incluyen: bebidas carbonatadas, jugos de frutas comerciales, gelatinas y tés. Muchos de estos líquidos carecen de la proporción adecuada entre los ingredientes, necesaria para el cotransporte del sodio y la glucosa, y la mayoría tiene una osmolaridad alta, haciéndolos potencialmente ineficaces o dañinos.

El suministrar líquidos con demasiado sodio, causa hipernatremia y demasiados carbohidratos simples incrementa la penalidad osmótica, acarreando más líquido fuera del intestino, lo que complica el cuadro.

En un episodio de diarrea, el objetivo es reemplazar los líquidos perdidos con fluidos con una composición similar, incluyendo la cantidad correcta de sal.

El tratamiento de una deshidratación grave, requiere de hospitalización y rehidratación con una solución intravenosa con electrolitos.

Los alimentos comunes, que son generalmente bien tolerados durante la diarrea, son aquellos que contiene básicamente almidones como el maíz, el trigo y la patata. De igual forma, bebidas no endulzadas a base de yogur, jugos de vegetales y plátano (el cual es una fuente importante de potasio). El agua natural también puede ser efectiva si es suministrada junto con alimentos a base de almidón que contienen algo de sal, como las galletas saladas. Estos alientos proveerán los nutrientes necesarios para prevenir una diarrea osmótica e incluso para acortar la duración de esta. La dieta a base de arroz, puré de manzana y té, no es adecuada debido a que el grano entero de arroz es difícil de digerir para el intestino cuando está deteriorado; el puré de manzana contiene demasiada azúcar y el té no contiene carbohidratos ni potasio.

Cuando la diarrea cede y la persona comienza a tolerar los alimentos, habrá que aumentar poco a poco el volumen de las porciones de alimento servidas según la tolerancia, y comenzar con alimentos con poca fibra (como serían los almidones refinados) a los que seguirán alimentos proteínicos. Hay que instar al paciente a que consuma grasas y no limitar su ingesta.

Si la diarrea se vuelve crónica, quizá se acompañe de diversas deficiencias nutricionales. Además de la posible disminución de la absorción, habrá que reponer las pérdidas importantes de electrolitos, vitaminas, minerales y proteínas. La pérdida de potasio altera la motilidad intestinal, vuelve anoréxico al enfermo y puede iniciar un ciclo de perturbaciones intestinales. La pérdida de hierro por hemorragias intestinales puede alcanzar intensidad tal que culmine en anemia. Las propias deficiencias nutricionales causan cambios en la mucosa como acortamiento de vellosidades y menor secreción enzimática, lo cual culmina con mala absorción.

Una vez que comienza a ceder la diarrea, la adición de más fibra a la dieta puede ser eficaz, ya que un volumen mayor de heces permite restaurar la motilidad intestinal normal.

Como nota final, advertir a todo corredor que ante cualquier alteración digestiva en la que haya pérdida de líquidos, la recomendación será recuperarse y olvidar la carrera hasta su total restablecimiento.

El consumo de fibra durante la práctica deportiva

Las dietas ricas en vegetales son, por tanto, generalmente altas tanto en fibra soluble como en insoluble. Una pequeña cantidad de fibra soluble antes o durante el ejercicio puede ayudar estabilizando la cantidad de glucosa en la sangre.

Algunos atletas son sensibles a la fibra, y experimentan calambres estomacales, intestinales o diarrea antes de la práctica deportiva, si la comida previa contenía cantidades importantes de esta sustancia. En estos casos, una disminución de alimentos altos en fibra en la comida anterior a la competición ayuda a eliminar este malestar; e incluso, puede que sea necesario reducir el consumo de fibra de 24 a 36 horas antes de la prueba.

Mantener unos horarios regulares de alimentación y de hábitos de evacuación también previenen las complicaciones intestinales causadas por el ejercicio.

El consumo recomendado de fibra (10 gramos/ 1000 Kcal), es comúnmente satisfecho, y a menudo excedido, por los atletas con alto consumo de calorías.

Por tanto, las personas deportistas que siguen dietas hipercalóricas por exigencias de la práctica deportiva, no deben estar preocupados de más por la fibra y deberán seleccionar una gran variedad de alimentos altos en hidratos de carbono y no siempre ricos en fibra ( pasta y arroz blanco, patatas y zumo de fruta).

SOBRE EL AUTOR

Francisco Gilo (1943 - 2024)
Licenciado en Medicina y Cirugía

www.temasmedicosdiversos.com


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