A menudo acumulamos kilos de más que pesan en carrera. Hay cargas emocionales que también pesan día tras día a la hora de entrenar y competir. Igual que nos ponemos a dieta para perder peso, podemos ponernos a punto emocionalmente.

Entrenamos durante meses para esa gran carrera que siempre hemos tenido en mente. Nos cuidamos físicamente, cumplimos el plan de entrenamiento, el día antes comemos sano y nos acostamos pronto. El día de la carrera nos plantamos en la línea de salida con todo listo y ¿qué ocurre?

Una charla interesante sobre el Lactato en el deporte a cargo del neurofisiólogo Juan de los Reyes, en el entorno de la Casa de Campo

Todas las personas tenemos unos valores de cabecera que se encuentran presentes de una u otra forma en las cosas que hacemos día a día. El deporte en general, y la carrera a pie en particular, tienen detrás unos valores en sí mismos, pero cada uno alimentamos unos en concreto cuando corremos.

Las personas somos por naturaleza creativas, completas y llenas de recursos y como corredores desarrollamos muchos recursos y habilidades que pueden ser aplicados a nuestro día a día.

Trabajo, familia, amigos, descanso y entrenar. Todo en 24 horas que tiene el día. Una de las habilidades del corredor popular es lidiar con la gestión del tiempo ¿Cómo lo hacen?

Correr no es sólo un deporte, puede ser una filosofía de vida, una fuente de inspiración y motivación, no sólo para correr más rápido, más lejos o más tiempo. Correr puede ser una fuente de energía infinita para la vida.

El cuerpo es el mensajero de información. Si no le haces caso te vas a perder mucho que te tiene que decirte. Como corredores, debemos estar atentos a las señales que nos envía y reflexionar sobre ellas. David Roncero nos lo explica en este artículo.

Corremos por muchas razones y una de ellas es para descargarnos del estrés del día a día. Tenemos claro que correr puede ser un deporte de equipo, a muchos de nosotros nos gusta en mayor o menor medida correr solos.

Los límites del ser humano pueden llegar mucho más allá de lo que imaginamos. Es nuestra imaginación la que nos impone limitaciones. Es la clave del artículo que nos trae David Roncero.

Juan de los Reyes nos obsequia con esta charla magistral sobre Las Agujetas, el azote de los entrenamientos duros

Muchos corredores nos tenemos que enfrentar, antes o después, a la pregunta “¿por qué corres?”. Algunas personas no comprenden qué necesidad hay detrás de correr 10, 21 o 42 kilómetros, cada vez más rápido o sencillamente más veces.

Una buena parte de la motivación surge de saber qué deseas conseguir cuando corres. Cabe diferenciar por qué corremos de para qué corremos. Las razones que nos llevan a correr pueden desaparecer, sin embargo, aquello que deseamos conseguir se mantiene.